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El campo de los postres y la repostería ofrece una gran variedad de riquísimos preparados. Pasteles, bombones, chocolates, tartas, mousses, etc. Todos ellos son dulces exquisitos para tomar después de una buena comida o bien, el algún momento del día en el que se nos despierte el gusanillo. Y es que más allá de comer estos manjares, cocinarlos y crearlos es un pasatiempo divino, ya que puedes crear postres muy originales a la vez que mimas tu estomago. Por ello, hoy queremos hablarte del mousse, especialmente del mousse de café. En este caso, poco tendremos que decir acerca del mousse, ya que la textura juntamente con el sabor hacen de este postre una auténtica maravilla. Así, podemos encontrar infinidad de gustos para los mousse, aunque en este ocasión queremos hacer un inciso especial en el mousse de café. En ese sentido, el mousse de café es un capricho ideal para todos aquellos amantes del café; regalar tus sentidos con un buen mousse de café casero. Por todo ello, hoy en doncomos.com te explicamos cómo preparar un mousse de café en tu casa con cuatro pasos sencillos para que sorprendas a todo aquél que lo pruebe.
¿Que necesitas para preparar mousse de café?
- Café molido -2 cucharas soperas, te recomendamos que utilices café soluble, ya que así no necesitarás colar el resultado y tampoco encontrarás granitos de café en tu mousse final-.
- 3 huevos de gallina -únicamente utilizarás las yemas-.
- Agua natural -un vaso, 40 centilitros-.
- Azúcar blanco -3 cucharas soperas-.
- Nata para cocinar líquida -150 miligramos-.
- Galletas, virutas o chocolatinas para decorar tu mousse -dependiendo de tus gustos, opcional-.
- Un molde o recipiente -del tamaño que desees tener tu mouse, puedes optar por 3 o 4 moldes pequeños, para obtener mousses individuales-.
- Batidora -recomendablemente eléctrica-.
Instrucciones para preparar mousse de café
- En primer lugar, deberás empezar por mezclar el azúcar y el agua en una cazuela. En este caso, tienes que verter todo el agua natural -40 centilitros- y añadir seguidamente las cucharadas de azúcar blanco; remueve todo durante unos segundos y a continuación, enciende el fogón -a potencia media- para que empiece a calentarse.
- El siguiente paso -sin separar la mezcla de agua y azúcar del fuego- será añadir el café en polvo. Para ello, puedes optar por añadir en el bol donde está el café una cucharadita de leche para diluir el café antes de verterlo en la mezcla, que ya deberá estar hirviendo. Así, remueve el café soluble con una cucharadita de leche y, seguidamente, añádelo a la mezcla de agua y azúcar.
- Debes remover bien los tres ingredientes durante un par de minutos para que la mezcla sea totalmente homogénea. Así, deja que hierva durante unos 5 minutos y, seguidamente, retíralo del fuego. Simultáneamente, deberás separar las yemas de los huevos de las claras para poder añadir a tu mezcla únicamente las yemas de los tres huevos. Para ello, rompe el huevo con mucho cuidado en dos y ves pasando la yema, con cuidado, de un lado para otro para que quede totalmente separada de la clara.
- El paso siguiente será batir las yemas; con la ayuda de la batidora eléctrica el resultado será mucho mejor, ya que las yemas subirán. En este caso, puedes batir las tres yemas durante un par de minutos y, a continuación, verter el resultado en la mezcla de café, agua y azúcar. En este caso, deberás detenerte a mezclar los tres ingredientes bien, durante unos 4-5 minutos para que la mezcla adopte una textura esponjosa.
- A continuación, ya solo faltará añadir la nata. Para ello, es necesario que la nata líquida esté bien fría para poder montarla con la batidora. Así, debes batir la nata poco a poco, subiendo la intensidad de la batidora, para que se vaya montando. Cuando adopte la textura deseada, rápidamente la deberás mezclar al resultado de café, agua, yema y azúcar.
- Mezcla todo bien durante unos 3-4 minutos con un ritmo paulatino para que adopte la textura total deseada.
- Así, lo último será verter la mezcla en un molde, recipiente o copa -según tus preferencias- y dejarlo en el frigorífico para que adopte la temperatura deseada y repose. En unas dos horas… ¡tendrás tu mousse de café listo para comer!
Consejos para preparar mousse de café
- Para obtener un mejor resultado y más rico, puedes decorar y acompañar tu mousse con nata montada, siropes o virutas de chocolates. Además, también puedes poner helado de vainilla, leche condensada o frutas rojas. Deja volar tu imaginación y hazte un rico postre con el que chuparte los dedos.
- Te recomendamos que hagas una base de galleta a tu mousse; con ello, el resultado será más consistente y más sabroso. Para ello, únicamente tienes que picar galleta -Galleta María, Oreo, etc.- y mezclarla con mantequilla líquida -calienta un par de cucharadas de mantequilla en el microondas o el fogón-.