La fondue de queso es uno de los platos más típicos de Suiza, y es una comida muy agradable porque transmite una idea de amistad al calor del fuego en tiempos invernales y a la vez es divertida por su informalidad, aunque como todo, tiene sus reglas para disfrutar más de ella.
Aunque la imagen del pueblo suizo es de frialdad y regularidad extremas, en realidad también les gusta disfrutar de una buena fiesta en la que compartir bebida y comida con las amistades, e incluso se les puede ver en tabernas bulliciosas comiendo una fondue.
Es cierto que es una comida para los rigores invernales -aunque en Suiza se toma en cualquier estación-, dado que se sirve muy caliente y tiene una gran carga calórica. En realidad, este plato que está documentado desde el siglo diecinueve, parece ser que se origina en la costumbre de los pastores de vacas en los Alpes de fundir el queso para tomar una comida caliente.
Las primeras recetas conocidas describen la fondue como queso fundido con huevo y mantequilla,pero años más tarde se fijó la receta actual a base de quesos y licores. La fondue -que significa simplemente fundido– se prepara también con carne o con chocolate, pero ahora te comentamos cómo preparar una fondue de queso sabrosa y casera.
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