Cómo hacer sopa de verduras
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La sopa de verduras es un alimento que combina de forma perfecta el mejor sabor gastronómico y la mezcla más nutritiva de elementos necesarios para nuestra salud, y por eso es muy recomendable incluirla de forma regular en nuestra dieta.
La sopa de verduras es un plato que cuenta con infinidad de recetas, dado que son innumerables las combinaciones que podemos hacer con las distintas verduras y vegetales que estén a nuestro alcance, en las tiendas y verdulerías de nuestro entorno vecinal.
Además, a esas múltiples combinaciones se les puede añadir diversos condimentos y añadidos como los fideos, el arroz, el pan, legumbres y otros. Y la sopa se puede hacer con agua simplemente, o con algún caldo procedente de carnes o pescados.
La sopa es una de las formas de alimentarse más antiguas que existen, desde que se descubrió el uso del fuego para cocinar y alguien puso carne o vegetales o algún cereal en agua caliente. La misma palabra sopa, que por cierto es muy parecida en los principales idiomas europeos, en su origen se refería a un trozo de pan en algún caldo caliente. Al fin y al cabo es una preparación que en su forma más básica es muy sencilla de preparar.
A continuación te indicamos como hacer sopa de verduras, de las que hay tantas variedades, tanto calientes, las más comunes, o las frías, como el gazpacho, siempre apetecibles en invierno y en verano.
Las verduras
Son el principal ingrediente y lo primero que hay que hacer es prepararlas para luego ponerlas a cocer. Nunca faltan en una sopa de verduras típica hortalizas como la zanahoria, la judía verde o el calabacín, así como el puerro o el apio. Pero la receta general es utilizar las verduras de temporada que puedas encontrar en la verdulería en cada momento del año. Así tendrás la verdura en su mejor sazón y al mejor precio, sin necesidad de usar productos que se han cultivado en la otra punta del mundo.
La preparación de las verduras consiste en limpiarlas, lavarlas y cortarlas al tamaño deseado. Las zanahorias se pueden pelar o raspar y cortarles la punta más gruesa, las cebollas habrá que pelarlas de las hojas externas ya secas, el puerro cortarle la parte de la raíz y luego lavarlo muy bien para que se vaya la tierra que pueda esconderse entre sus hojas, o quitar los hilos más duros al tallo del apio. Una vez limpias las verduras, deberás lavarlas con mucha agua, e incluso utilizando unas gotas de lejía apropiada para desinfectar vegetales.
Después debes cortarlas en trozos regulares y así las tendrás preparadas para hacer tu sopa. Una de las maneras más famosas de cortar la verduras es en juliana, hasta el punto de que una sopa de verduras lleva este nombre. La juliana simplemente significa que las verduras estarán cortadas en tiras alargadas y estrechas. Es una técnica conocida desde principios del siglo XIX, y el nombre se podría deber a Jean Julien, un cocinero francés pionero en escribir sobre técnicas culinarias.
El caldo
Otro de los ingredientes básicos de una sopa de verduras es el caldo o líquido en el que se cocerán las verduras. Se pueden hervir en agua de manera que se conseguirá un caldo de verduras, al que se le puede añadir un puñado de fideos o de arroz y tener una sopa rápida, sabrosa y nutritiva. También puedes preparar un caldo de verduras que incluya las más aromáticas como el puerro y el apio, y luego usar sólo aquellas que más te gusten y retirar las demás, o añadir al caldo las que quieres tomar en esa ocasión. También puedes echar un chorro de aceite de oliva crudo cuando sirvas la sopa, o sofreír todas las verduras antes de añadir el agua. En este caso puedes añadir cebolla y ajo picado, y un poco de tomate rallado, triturado o picado, lo que le dará aún más sabor a la sopa.
Un caldo muy habitual para hacer sopa de verduras es el de pollo, que tendrías que preparar con antelación. Usa las carcasas y otros huesos de pollo, las alitas y algún trozo de carne del pollo, como algún muslo o cuarto trasero. Súmale puerro y apio, zanahorias y cebolla, y cuece todo durante cuarenta minutos en la olla expréss o durante un par de horas a fuego lento, con tapa, si utilizas una cacerola corriente. Después, cuela el caldo, retira la carne de los trozos del pollo y pícala, con el fin de agregarla a la sopa de verduras y así enriquecer su sabor. Separa y guarda también las verduras para usar las que prefieras en la sopa, como la zanahoria.
Para este caldo de pollo puedes usar en cambio un cuarto de gallina, que es la pieza que tradicionalmente se ha usado para hacer este caldo, al ser carne más dura pero que da un gran sabor y cuya carne, tras una cocción, que necesariamente deberá ser más prolongada, se puede picar igualmente para añadirla posteriormente a la sopa de verduras.
Para preparar una buena sopa de verduras con caldo de pollo, únicamente tienes que añadir las verduras que quieras a la cocción, ya sea patata -que engordará el caldo y lo hará más espeso- como el resto de verduras variadas y de la temporada que prefieras. Cuanta más diversidad vegetal aportes al plato, más nutritivo y exquisito te saldrá.
De igual manera, puedes usar como base un caldo de carne o pescado, consiguiendo otras tantas variantes de una sopa de verduras. Para hacer un caldo de carne, pon a cocer varios huesos de rodilla y otros de ternera o vaca, con alguna zanahoria y puerro y apio. Y lo puedes hacer con huesos de espinazo y otros de cerdo, o mezclar unos y otros. Otra alternativa muy común en España es hacer un caldo de jamón de cerdo, con huesos de esta pata, una vez que se ha consumido la carne curada del propio jamón.
Y aunque el cordero no sea una base muy habitual para hacer un caldo, hay que recordar uno de los grandes platos de la cocina magrebí, como es el cuscus, que podemos tomar como el cocido o puchero hispanos, con una gran sopa con los granos de cuscus y el caldo que se hace a base de cordero y siete verduras -como mínimo-, y después seguir con la carne y verduras.
En todos los países existen sopas de verduras de distinto tipo, y podemos destacar varias, entre ellas la minestrone italiana, con verduras y pasta corta, una gran sopa de verduras que puede llevar algún producto cárnico del cerdo, como la panceta o las manitas -como parece ser que era en el origen campesino de la receta-. Un gran plato que perfectamente puede constituir toda una comida completa, acompañada de pan tostado.
Minestrone
Esta receta tan típicamente italiana tiene muchas variedades, casi una por cada casa, y sobre todo, dependiendo de las verduras de la estación, pero tiene como característica general que siempre lleva judías o alubias blancas, aunque pueden ser de otras variedades, tomate, queso, y pasta corta como los macarrones. También se puede decir que no pueden faltar la zanahoria, la cebolla, la patata, el ajo y el apio.
A estos ingredientes se le pueden añadir verduras del tiempo, pero se trata que siempre haya muchos vegetales en la sopa, como el puerro, la coliflor, las acelgas, la calabaza, el calabacín, o los guisantes.
Para preparar la minestrone hay que limpiar la verdura y picarla en trozos pequeños. Se pone una olla amplia en el fuego, se echa aceite de oliva y cuando se caliente hacemos en primer lugar un sofrito con la cebolla, el ajo picado, el tomate, el apio y la zanahoria. Añadimos la panceta o bacon en tacos, o en su caso una manita deshuesada tras haberla cocido, troceada, y seguimos friendo. Cuando todo esté pochado, añadimos el resto de verduras, incluidas las judías blancas, y el caldo de pollo o el que queramos usar, sazonamos con sal y pimienta negra, agregamos romero y laurel, o si se prefiere, albahaca, nuez moscada y perejil, añadimos un par de trozos de corteza de queso parmesano o similar -podemos cambiarlo por añadir queso rallado al servir la sopa- y dejamos que cueza a fuego medio durante una hora aproximadamente. Cuando falten alrededor de cinco a diez minutos para apagar el calor, agregaremos la pasta, de preferencia y si los podemos conseguir, ditalini, unos macarrones muy cortos y pequeños, o en su defecto, macarrones o plumas, u otra pasta corta, para que se hagan “al dente” y no se ablanden en exceso.
Cuando todas las verduras estén bien hechas, incluidas las judías, asi como la pasta, puedes servir bien caliente la sopa minestrone. Como último toque de sabor, riega cada plato o cuenco con un hilo de aceite de oliva virgen extra, ¡y a távola, a comer!
Porrusalda
Una receta mucho más cercana de una sopa de verduras es la clásica vasca porrusalda, sencilla como pocas, rica y muy nutritiva e incluso depurativa. Sus ingredientes son mínimos, pero todo sabor: puerros, zanahorias y patatas.
Para hacer una sabrosa porrusalda sólo que hay que tomar cinco o seis puerros, un par de zanahorias, dos o tres patatas, limpiar bien todo y picarlo bien. Se puede usar como líquido sólo agua, o mejor, un caldo de pollo preparado previamente.
Se sofríe a fuego lento una cebolla picada, se le añaden los puerros, las zanahorias y las patatas -estas mejor tronchando trozos de las mismas para que engorden el caldo-, se da unas vueltas con la cebolla, se le añade el caldo, unos tres litros, y se cuece hasta que todo esté tierno. No necesita más, y se sirve caliente. Una reconfortante receta de sopa de verduras para los más fríos días de invierno.