Cómo hacer caramelo
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Se trata de una receta súper sencilla de preparar. Mi padre me lo hacía algunas veces en la sartén cuando era pequeña y me dolía la garganta o me acatarraba. Recuerdo verle en la cocina con la cuchara de palo remueve que te remueve preparando un poco de caramelo líquido. Siempre cogía un pegote que dejaba que cayera en forma de bola sobre un plato cubierto con papel de horno, el que se usa en repostería, para hacer un enorme caramelo casero que yo me dedicaba a rechupetear durante toda la tarde. Hasta casi una llegaba a alegrarse de que le doliera la garganta porque siempre recibía un dulce de regalo y que encima era obligatorio comerlo.
Además de poder utilizarlo como receta improvisada para el dolor de garganta (os aseguro que funciona y muy bien. También es un buen remedio contra la afonía), puedes usarlo para acompañar algunos de tus postres, como por ejemplo el flan o unas tortitas recién hechas para un desayuno especial de fin de semana. A tus hijos les encantará y si eres un romántico empedernido tu pareja caerá rendida a tus pies con este bonito detalle.
No te llevará nada de tiempo hacerlo y le gustará a todo el mundo. Te aseguro que merece la pena dedicar los 5 minutos que como mucho lleva hacer la receta en vez de gastar el dinero en comprarlo ya preparado. El sabor es infinitamente más rico y encima no tiene conservantes ni colorantes añadidos. ¿Qué más se puede pedir? Si quieres saber cómo prepararlo de una forma fácil y sencilla, lee el siguiente post. ¡Comencemos!
¿Que necesitas para hacer caramelo?
Receta para 2 personas
- Elaboración: fácil
- Dificultad: baja
- Precio: económico
Vamos a necesitar los siguientes ingredientes
- 100 g de azúcar blanca. Si quieres que su sabor sea un poco menos dulce puedes usar azúcar morena.
- 100 ml de agua.
- 1 chorro de zumo de limón ecológico o vinagre en caso de no tener ningún limón en casa.
Instrucciones para hacer caramelo
Elaboración paso a paso
- Hemos de tener en cuenta que las proporciones entre el agua y el azúcar siempre tienen que ser equivalentes. Es decir, que si decides hacer algo más de cantidad, has de utilizar siempre las mismas medidas en proporción y aumentar ligeramente el zumo. Si en cambio quieres hacer menos, reduce los ingredientes también de forma equivalente para que salga perfecto.
- En una tabla de cortar, cortamos un limón por la mitad y reservamos.
- Mientras, ponemos a calentar una sartén a fuego medio. Cuando ésta ya esté caliente, bajamos el fuego, añadimos el agua y vamos agregando el azúcar poco a poco y sin dejar de remover con ayuda de una cuchara de palo. De esta manera evitaremos que se pegue a la sartén y que quede quemado. Veremos cómo en muy pocos minutos el azúcar se disuelve en el agua y comienza a adquirir un tono tostado y una textura espesa. Saldrán burbujitas mientras lo estés cocinando. No te preocupes, es lo normal.
- Cuando ambos ingredientes hayan casado, sólo tendremos que agregar unas cuantas gotas de zumo de limón. El proceso es tan sencillo como exprimir el zumo de una de las mitades que hemos cortado directamente sobre la sartén y continuar removiendo con nuestra cuchara. Podemos sustituirlo por un chorrito de vinagre. En cualquier caso no hemos de excedernos con su uso, pues endurecerá demasiado la mezcla y hará difícil su utilización.
- Pasados unos 3 minutos, o cuando adquiera el espesor que más nos guste, retiramos del fuego. Hemos de tener cuidado de no mantenerlo al calor en exceso. Nunca debe de pasar de dorado a tostado. En ese caso habremos quemado el caramelo y su sabor será muy amargo. Podemos servirlo directamente sobre nuestro postre. Y ya sólo nos quedará chuparnos los dedos.
Consejos para hacer caramelo
Algunas sugerencias de última hora
Si eres una persona imaginativa y te gusta darle forma a tus sueños, puedes divertirte mucho con esta salsa. Al igual que hacía mi padre en un plato, donde creábamos un caramelo de chupar enorme, puedes usar tu imaginación para darle formas divertidas y crear estructuras muy cristalinas que adornen tus postres más exquisitos.
Sólo necesitas un poco de papel de horno y unos moldes metálicos con formas divertidas. Cualquier molde de galleta puede servirte perfectamente para este truco. Coloca el molde sobre el papel y vierte un poquito de la salsa dentro de él. Estírala con la cuchara de palo y deja que se enfríe. Cuando ya esté seca y fría, puedes retirar el molde con cuidado y separar el caramelo del papel. Verás que ha adquirido la forma que has elegido y que ya podrás usarlo como decoración en tus tartas y flanes. Divertido, ¿verdad?
Te recomiendo que lo utilices con la siguiente receta de flan casero que podrás encontrar en la misma web de doncomos.com. Te chuparás los dedos.