Kéfir – Cómo hacer Kéfir – Propiedades y Beneficios

Seguro que has oído hablar alguna vez del kéfir. Se trata de un alimento que va ganando nuevos adeptos día tras día debido a sus beneficios para nuestra salud. Además todo el que lo prueba repite debido a su delicioso sabor.

En este artículo no solamente aprenderás cómo hacer kéfir. También te explicaremos qué es y cuáles son sus principales propiedades y beneficios. Estamos seguros de que muy pronto tú también te convertirás en un amante del kéfir.

Qué es el kéfir

La palabra kéfir proviene del vocablo tuco “keyif “y significa “alegría” o “placer”. Con esta denominación se pretende explicar el bienestar que se siente al tomar kéfir.

Se dice que el kéfir proviene del Caúcaso. Allí los pastores descubrieron esta singular bebida de pura casualidad. Al parecer se dieron cuenta de la presencia del kéfir transportando leche en sus animales de carga. Esta leche, tras varios días de camino, comenzaba a fermentar en su parte más baja dando lugar a pequeñas bolitas blancas. Poco a poco esta receta se fue transmitiendo de padres a hijos y se extendió por todo el mundo. El kéfir siempre ha sido considerado una bebida capaz de mejorar nuestra salud estomacal. En el siglo XVIII ya nadie dudaba de sus propiedades saludables. Sin embargo tendremos que esperar a que se hagan los primeros estudios científicos del kéfir a partir del siglo XX. Gracias a esos estudios las cualidades probióticas del kéfir han sido demostradas al cien por cien.

El kéfir tiene un aspecto grumoso muy parecido a un coral en su textura y se elabora a partir de leche fermentada. Los microorganismos que lo forman contienen levadura y bacterias y se aglutinan entre sí en una matriz. Esta matriz se conoce como kefirano.

Para tomar kéfir hay que mezclarlo con la leche. Pasado un tiempo desde que se hace la mezcla el kéfir adquiere una textura similar a la del yogur batido. Su sabor es muy parecido al del yogur natural sin azúcar y es una bebida con excelentes propiedades probióticas. Su sabor algo agrio resulta chocante la primera vez que se toma. Sin embargo deja un regusto muy agradable en el paladar y es excelente para obtener buenas digestiones y un estómago fuerte y sano.

El kéfir se puede consumir de dos maneras.

  • Con agua, creando un producto muy sabroso conocido como kéfir de agua.
  • Con leche, con la que se crea el kéfir de leche. Se puede utilizar cualquier tipo de leche para preparar esta bebida. Incluso la leche de soja. Este kéfir es el que se consume más habitualmente.

Aunque normalmente la gente asocia al kéfir con una bebida, lo cierto es que se puede consumir de muchas maneras. Las formas más habituales para tomar kéfir son las siguientes:

  • Como si se tratase de un queso para untar sobre tostadas. En estos casos se recomienda mezclarlo con especias para darle un sabor completamente increíble.
  • Como bebida. Como hemos explicado unas líneas más arriba puedes prepararlo con una base de agua o de leche. Si te apetece puedes añadir azúcar o cualquier otro edulcorante. Sin embargo esto alterará su delicioso sabor natural.
  • Para hacer una macedonia de fruta. Si lo mezclas con fruta natural tienes un plato muy completo. Añade al conjunto frutos secos para conseguir más detalle en los sabores.
  • Como base para hacer batidos. En vez de añadir leche, helado o nata, utiliza kéfir para hacer tus batidos de frutas. El sabor es increíble. Si los quieres consumir inmediatamente añade unos cuantos hielos para tomarlo bien fresquito.
  • Con yogur. En vez de con agua o con leche el kéfir puede mezclarse con yougr de todos los sabores. El resultado es una mezcla cremosa y espesa que hace las delicias de grandes y pequeños.

Cómo hacer kéfir

Para preparar kéfir es necesario partir de unos pocos granos. Por norma general el kéfir se regala. Si has tomado kéfir y sigues tomándolo estamos seguros de que eres consciente de lo rápido que se duplica su tamaño. De hecho con unos pocos granos una persona puede conseguir producción suficiente para toda la vida y regalar a sus amistados.

Si no conoces a nadie que tome kéfir en tu círculo de amigos puedes localizar los granos con los que se produce en herbolarios o en tiendas de alimentación especializadas en productos biológicos. Si no lo encuentras allí es probable que ellos te sepan redirigir a alguien que tenga estos granos y que pueda regalarte unos pocos.

Una vez que consigas los granos la forma más sencilla de hacer kéfir es sin duda la siguiente.

  • Meter los granos de kéfir dentro de un tarro de cristal. De esta manera tendrás un lugar donde colocarlos y donde podrán comenzar a fermentar.
  • Verter leche. Una vez tengas los granos de kéfir dentro de tu tarro de cristal será el momento de añadir leche. Como hemos explicado unas líneas más arriba puedes utilizar cualquier tipo de leche. Ya sea de vaca, de oveja, de cabra, de soja. Desnatada, entera… etcétera. Si mezclas el kéfir con leche de soja el sabor será un poquito más suave que en el resto de los casos.
  • Cerrar el tarro. Ahora que ya tenemos el kéfir con la leche cerraremos herméticamente el tarro y lo guardaremos durante 24 horas en un armario. Durante este tiempo no puede darle la luz a nuestra mezcla. Puedes dejarlo más de 24 horas, pero nunca menos. En caso contrario no se reproducirá. Si lo dejas más tiempo el kéfir será mucho más fuerte y espeso.
  • Colar el kéfir. Ahora hay que colar la bebida resultante. A la hora de hacerlo nunca utilices tarros, tapas, coladores o cualquier otro utensilio que pueda contener hierro, latón, cobre o aluminio. Estos materiales desprendes partículas metálicas que son tóxicas en el kéfir. Una vez dicho esto, vas a necesitar una cuchara, un colador y un nuevo recipiente. Para colarlo solo tienes que apoyar el colador sobre el nuevo recipiente e ir vertiendo el contenido del otro tarro sobre el colador. Iremos vertiendo poco a poco el kéfir sobre el colador pues la bebida resultante es muy espesa. Para asegurarnos de que suelta todo el líquido aplastaremos el kéfir con una cuchara sobre el colador. De esta manera tendremos los granos de kéfir por un lado y la bebida que hemos producido por otro.
  • Lista para tomar. Puedes beber tu rica bebida recién hecha inmediatamente o bien dejarla refrescar un poco en la nevera.

Ahora que ya hemos creado nuestra bebida de kéfir probablemente te preguntarás qué tienes que hacer con los granos de kéfir con los que hemos empezado la explicación. Pues bien. Has de verterlos de nuevo en el tarro de cristal y volver a mezclarlos con leche. De esta manera seguirás produciendo más kéfir casero y los granos irán en aumento.

No es necesario que limpies el tarro de kéfir continuamente. Puedes hacerlo una vez a la semana. Eso sí, cuando lo hagas asegúrate de secarlo a la perfección para poder seguir produciendo más kéfir de calidad.

¿Cómo debo conservar el kéfir?

Como hemos explicado unos pocos granos de kéfir son suficientes para poder crear nuestra propia producción casera. Sin embargo es muy importante que sepamos cómo conservarlos para que estos sigan creciendo. Aquí tienes algunos consejos que te vendrán de perlas.

  • Mantén los granos de kéfir a temperatura ambiente. El mejor sitio en el que pueden estar en es un armario de cocina que no abras demasiado. La bebida de kéfir o el yogur de kéfir, sin embargo, sí pueden conservarse en el frigorífico. Su sabor es mucho más delicioso fresquito. Puedes mantenerlo aquí unos 2 o 3 días. Si para entonces no lo has tomado es mejor que lo tires y fabriques más bebida con los granos.
  • Regálalo entre tus amistades. Como hemos explicado normalmente los granos de kéfir se regalan de unas a otras personas. La producción que puede hacerse con unos pocos es tan elevada que no hay nada mejor que regalarlos. Si lo haces prepara un poco de granos de kéfir dentro de un tarro de cristal y mézclalo con leche. De esta manera no echarán de menos su medio de cultivo y crecerán fuertes.
  • Mantén los granos de kéfir lejos de la luz. Para que los granos de kéfir se reproduzcan es necesarios mantenerlos protegidos de la luz solar. Por eso lo mejor es tenerlo siempre en un armario cerrado y sacarlos únicamente cuando vayamos a preparar la bebida.
  • Congela el kéfir. Si tu cultivo de kéfir es muy próspero y no tienes a nadie a quien regalárselo puedes congelarlo. Así lo guardarás a buen recaudo para cuando alguien lo necesite. Utiliza un recipiente o bolsa de plástico para hacerlo. Si en un año como máximo no lo has regalado es mejor que lo tires.

¿Cuáles son las propiedades y beneficios del kéfir?

Como hemos dicho está comprobado científicamente que este alimento probiótico tiene grandes propiedades y excelentes beneficios para nuestra salud. Además de ayudarnos a mejorar nuestra salud es un alimento súper completo ya que es rico en vitaminas, como la vitamina A, B2, B12, vitamina D y vitamina K. También contiene minerales muy importantes para nuestra salud, como el fósforo, el magnesio o el calcio. Y, si crees que esto es suficiente todavía nos queda decirte que el kéfir tiene antioxidantes. ¿Quién da más?

Entre las principales propiedades y beneficios del kéfir destacan sin duda las siguientes:

  • Mejora la salud cardiaca. Entre los beneficios del kéfir está demostrado que mejora la salud cardiaca. Esto se consigue porque el kéfir limpia los vasos sanguíneos.
  • Mejora la salud de la piel. La elasticidad de la piel es mucho mayor gracias a las propiedades antioxidantes del kéfir. Además es capaz de aliviar ciertas afecciones de la piel.
  • Perfecto como tratamiento antiedad. Gracias a los antioxidantes de su composición harás frente a los radicales libres. De este modo tus células se repararán más fácilmente y estarán mucho más sanas.
  • Mejora el sistema inmunológico. Si tomas kéfir cada vez te costará más acatarrarte o coger la gripe. Tu sistema inmunológico se verá reforzado y tus defensas crecerán. Y todo ello de una manera completamente natural.
  • Ayuda a tu cerebro a estar mucho más sano. Está demostrado que el kéfir ayuda a combatir el estrés, mejora los reflejos y te ayuda a concentrarte mucho más.
  • Te ayuda a perder peso. ¿Estás harto o harta de las dietas? En ese caso prueba el kéfir. Este producto acelera el metabolismo ligeramente por lo que la quema de grasas es mucho más eficaz y se consume algo más de energía. La conclusión es sencilla: perderás peso.
  • Regula el tránsito intestinal. Uno de los principales beneficios del kéfir es para nuestro intestino. Si eres una persona estreñida el kéfir te vendrá fenomenal. Además mejorará tus digestiones muchísimo.
  • Reduce el colesterol. Otro de los excelentes beneficios del kéfir es que reduce el colesterol. Si combinas su consumo con una dieta saludable lo notarás muy rápidamente.
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