¿Qué es Internet Explorer y para qué sirve?
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Internet Explorer es, probablemente, el navegador web más conocido a nivel mundial. Anteriormente llamado Microsoft Internet Explorer y abreviado IE, es un navegador web desarrollado por Microsoft para su sistema operativo Windows.
La primera vez que vio la luz fue en el año 1995, cuando llegó de la mano del sistema operativo Windows 95. Después se implementó de manera gratuita para algunas versiones de ese S.O. y en las siguientes versiones fue incluida de manera predeterminada.
Algunas de sus principales características es que permitía buscar cualquier tipo de información en la red, además de contar con diferentes pestañas en un sistema que permitía desplazarse de forma horizontal. Además, posibilitaba tener abiertas varias páginas web abiertas en una misma ventana al mismo tiempo.
Por otro lado, contaba con capacidad para guardar en su base de datos las páginas visitadas por el usuario con mayor frecuencia y sugería búsquedas a la hora de colocar palabras en la barra de búsqueda. También cabe destacar que Internet Explorer ofrecía la posibilidad de reducir automáticamente el número de páginas a imprimir.
Aunque aún se encuentra instalado en muchos equipos, Internet Explorer fue reemplazado por Microsoft en el año 2015, si bien aún recibe mantenimiento y está incluido como complemento de compatibilidad.
Fue un navegador que recibió muchas críticas con respecto a la velocidad y su vulnerabilidad contras las amenazas, sobre todo al ser comparado con otros navegadores web.
Internet Explorer fue uno de los navegadores de internet más utilizados desde 1999. De hecho, entre los años 2002 y 2003 era utilizado por el 95% de las personas.
Sin embargo, su cuota de mercado se ha ido reduciendo con el paso de los años, sobre todo con la llegada de Google Chrome, que en la actualidad es el que utilizan mayor número de personas.
Internet Explorer 11, su última versión, está disponible para Windows 7, Windows 8, Windows 8.1 y Windows 10. Los sistemas operativos Windows Server 2003, Windows XP y Windows Vista no soportan esta versión. En ella se incorporan diferentes avances en lo referente a estándares web. En cualquier caso, en 2015 llegó Microsoft Edge, que ha reemplazado a Internet Explorer como el navegador predeterminado de Windows.
Desventajas de utilizar Internet Explorer
Al igual que ocurre con cualquier otro programa y navegador web, el uso de Internet Explorer implica diferentes ventajas y desventajas. Una vez que se ha quedado obsoleto, conviene tener en cuenta las desventajas que tiene hacer uso de este navegador web.
Los principales inconvenientes de su uso y que le han llevado a recoger una gran cantidad de críticas por parte de los usuarios son los siguientes:
Funcionamiento inestable
En primer lugar, uno de los principales inconvenientes para el uso de Internet Explorer es la inestabilidad que ofrece, ya que cualquier que lo haya utilizado ha podido sufrirlo. Se cierra con frecuencia a la hora de abrir algunas páginas y además, también puede llegar a bloquearse y «colgarse» de forma más habitual a otros navegadores.
Este ha sido siempre uno de los puntos débiles del navegador, que en muchas ocasiones aparecía en pantalla con ventanas como «Internet Explorer ha dejado de funcionar». Sus cuelgues y cierres inesperados han provocado que muchos usuarios a lo largo del tiempo criticasen a IE, un navegador que en su momento era la principal alternativa pero que años después paso a ser una de las más odiadas.
Falta de seguridad
A diferencia de lo que ocurre con otros navegadores como Google Chrome o Mozilla Firefox, Internet Explorer es menos seguro. Esto hace que sea mucho más vulnerable de cara a las infecciones de virus, así como en lo que se refiere a controles de privacidad. Este problema se agrava en el caso de las versiones más antiguas.
No obstante, aunque hubo cierta evolución en este sentido, la realidad es que nunca acabó de encontrar el nivel de seguridad que desde Microsoft y los propios usuarios esperaban para el navegador.
Funcionamiento lento
Muchas de sus críticas estuvieron basadas en el funcionamiento lento del navegador. El tiempo empleado en la carga de las páginas web era mucho más largo que en otros navegadores. Este problema se agravaba en los casos en los que las webs tenían elementos flash o publicidad.
Además, incluía diferentes complementos instalados por defecto que ralentizaban notablemente su funcionamiento, por lo que era aún más lento.
Poca funcionalidad
Ofrecía poca funcionalidad con respecto a otros navegadores web que se pueden encontrar en el mercado. Esto se podía apreciar rápidamente a través de las barras de navegación del mismo, que no estaban muy enfocadas a poder disfrutar de un mayor rendimiento.
Interfaz poco cuidada
La interfaz siempre ha sido una de las contras de Internet Explorer. Aunque es algo subjetivo, su apariencia no gustaba apenas y no daba una imagen muy profesional. De hecho, parecía estar muy obsoleta y mucho más incómoda de visualizar que sus principales competidores.
Opciones como Firefox o Chrome tienen una interfaz mucho más cuidada y enfocada a mejorar la experiencia del usuario.