Cómo hacer Almíbar Casero
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El almíbar es un dulce acompañante y un conservante de frutas, conservas, licores, helados, caramelos, salsas de repostería y otros muchos usos desde hace siglos. Saber cómo hacer almíbar nos permitirá incluirlo en una u otra preparación culinaria, generalmente en pastelería y postres, dado que puede tener diferentes densidades, lo que se conoce como los puntos del almíbar. Cada punto de consistencia tiene un destino distinto en la cocina.
Por eso te damos unos consejos para que sepas cómo hacer almíbar y así, cuando estés enfrascado en una receta y llegues al punto en que indica que pongas almíbar, no abandones por no saber cómo prepararlo, y así, lo hagas y agasajes a los tuyos con un postre perfecto.
¿Que necesitas para hacer Almíbar Casero?
- Una cacerola
- Agua
- Azúcar
Instrucciones para hacer Almíbar Casero
- Elaboración. Pon una taza de agua y media taza de azúcar en una cacerola, o más cantidad en esas proporciones, y lo remueves para que el azúcar se disuelva completamente en el agua. Se calienta a fuego medio durante unos quince minutos, a la vez que no se deja de remover en ningún momento. Se se para el mezclado, se corre el peligro de que el azúcar se caramelice y entonces no te servirá para el propósito que buscas, será otra cosa y no te servirá. En el momento que se vaya espesando ya lo podrás retirar y tendrás un almíbar de consistencia media, útil para una mayoría de recetas.
- Los puntos del almíbar. Punto liviano. Este primer punto que, como su nombre indica, es el más ligero de consistencia. Para ello, deja hervir el azúcar disuelto en agua durante sólo cinco minutos, aproximadamente. Se denomina también punto levadura. Para que sepas cuando está en ese punto el almíbar, introduce una paleta o una espumadera en él y si ves que al sacarla tiene una fina capa que tapa sus agujeros, significa que está en ese punto.
- Segundo punto: Hebra (flojo). Pon a hervir el agua con el azúcar, y lo vas removiendo de continuo. A simple vista observarás cómo va cambiando su densidad. Después de pasar el punto liviano, a los cinco minutos, lo dejas algún minuto más, y en ese momento, retirar una cucharadita, y esperas a que se enfríe. Entonces, tomas una pizca con los dedos índice y pulgar, y al separarlos, verás que se forma una hebra fina que se corta inmediatamente.
- Tercer punto: Hebra fuerte. De nuevo, una vez que estás cociendo el almíbar y removiendo sin cesar, repites la operación del punto de hebra floja, pero dejas otros minutos más, unos siete u ocho. Entonces, vuelves a usar una cuchara de café, sacas un poco de almíbar, lo enfríasy tomas un poco con los dedos pulgar e índice. Al despegarlos, se vuelve a formar un hilo, pero ahora notarás que tiene más consistencia, es más grueso, y al dejarlo caer, suelta una hebra que no se rompe hasta caer dentro de un plato o donde lo quieras comprobar.
- Cuarto punto: Bola blanda. Si sigues removiendo el almíbar al fuego algún minuto más, se irá adensando más todavía. Entonces, saca un poco de almíbar y lo echas en una taza con agua fría, del grifo, y verás que se forma una bola. Si sumerges los dedos y coges la bolita con ellos, verás que su textura es blanda, y que le puedes dar la forma que quieras entre las yemas de tus dedos. Este almíbar se acostumbra a usar para preparaciones fondant de pastelería o donde se quiera usar un caramelo blando y ligero.
- Quinto punto: Bola dura. Volvemos al almíbar que estás preparando en tu cacerola, moviendo el contenido a fuego medio todo el tiempo, durante algún minuto más que para el punto de bola blanda, es decir, cuando lleves unos once o doce minutos, repites la operación que has hecho con el punto de bola blanda. Tomas una cucharada de almíbar y lo viertes en una taza con agua fría, se formará en su interior una bola. Al tomarla con las yemas de los dedos índice y pulgar dentro del agua, comprobarás que su textura ahora es más dura. Ya no se deformará como antes, aunque todavía se puede moldear.
- Sexto punto: De caramelo. Cuando sigues hirviendo a fuego medio el almíbar que estás preparando durante algún minuto más que la bola dura, llegarás al punto de caramelo. Lo verificas tomando una pequeña cantidad de almíbar con una cuchara sopera y lo dejas caer a hilo sobre una superficie de mármol o metálica o sobre un plato o recipiente que soporte altas temperaturas, y si ves que se forma una gota más bien dura, es que está en ese punto de caramelo. No importa que no tenga color tostado. Retira inmediatamente el almíbar del fuego o si te gusta que coja un color algo quemado, típico del caramelo, saca el almíbar cuando tenga el tono deseado. Debes usarlo al momento, antes de que se endurezca. Sus usos más típicos son los flanes, los moldes de tartas, pasteles y bizcochos y budines…
Consejos para hacer Almíbar Casero
- Si consideras que el almíbar se te ha pasado de punto de consistencia, lo puedes aligerar añadiendo unas cucharadas de agua, hasta que veas que toma la densidad apetecida.
- No olvides que el almíbar llega a adquirir una temperatura muy alta, sobre todo al acercarse al punto de caramelo. Las quemaduras pueden ser muy serias.
- Si quieres bañar de almíbar bizcochos y preparaciones semejantes, procura que esté aún caliente, al igual que el bizcocho o masa a empapar.