Me encanta cenar de vez en cuando en el restaurante chino de mi barrio, al que voy desde los 16 años con mis amigos. Uno de los motivos para esta afición que dura ya tantos años es sin duda su riquísimo pollo al limón. Me gusta muchísimo la salsa, con ese toque espeso y agridulce que tiene. Y lo mejor de todo, es que una vez que aprendes a hacerla, resulta que casa fenomenal con un montón de ingredientes. Por ejemplo, está riquísima como acompañamiento para el pescado. El salmón, que es sin duda uno de mis pescados favoritos, queda estupendo con un poco de esta salsa.
Yo creía que era una receta dificilísima de hacer, pero un día, cansada de la intriga, decidí preguntarle al cocinero cómo narices se hacía esa salsa tan rica, ¡y me dio la fórmula exacta! Así, sin más. Y yo que pensaba que se trataba de uno de esos secretos que pasan de generación en generación y al que no es fácil acceder. ¡No hay nada mejor que preguntar para salir de dudas!
Un DIY para la salsa de limón
Como el cocinero de mi barrio fue tan amable y generoso conmigo, yo quiero serlo igual que lo fue él, pero con vosotros. Por este motivo, aquí os cedo la receta de la salsa de limón para que la disfrutéis en vuestros hogares. Os encantará el resultado y no os llevará nada de tiempo prepararla. Además, si queréis, os doy permiso para inventaros una leyenda sobre cómo la habéis conseguido y que de esta manera los platos que utilicen esta rica salsa de limón tengan una aura todavía más especial. ¡Comencemos con el paso a paso!
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