Cómo limpiar las gafas
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¿Tienes problemas de visión o estás teniendo últimamente? ¿Posees unas gafas que te gustaría saber cómo cuidar para que sigan teniendo el mismo rendimiento? Si eres una de estas personas que suelen usar gafas, seguro que será de interés este texto. Las gafas son un complemento con varias finalidades. Una de ellas puede ser un uso decorativo, ya sea para combinar con ropa o expresar un determinado estilo. La otra finalidad es la de proteger la vista del Sol o mejorar dicho sentido, si tenemos problemas de visión. En este apartado hay muchas clases de gafas, ya que pueden ayudarnos con la vista cansada o si no tenemos buena vista. En este artículo hablaremos de cómo limpiar las gafas sin provocar ningún daño en ellas, para que sigan teniendo las mismas prestaciones. Es importante darles un buen cuidado y que podamos seguir disfrutando de ellas, porque son un elemento necesario.
Limpiar las gafas
Un buen cuidado de gafas no sólo significa guardarlas en un sitio en el que estén seguras, sino también informarse de que productos usar y la manera de limpiarlas. No es menos importante hacer un buen uso de ellas. Hay distintos tipos de gafas sobre los que podemos elegir. Hemos de tener claro que, si tenemos problemas de vista, debemos de usar las gafas recomendadas por los profesionales. Las gafas destinadas a mejorar o dar descanso a nuestros ojos están diseñadas, de manera personal, en función de nuestras necesidades. Por ello, no sirve cualquier gafa, ya que hemos de utilizar las proporcionadas por el profesional. Así como informarnos de todos los cuidados necesarios que necesitan y algún otro factor importante que debamos conocer. Con esta documentación, podemos cuidar de ellas perfectamente para que cumplan con el rendimiento esperado.
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Instrucciones para limpiar las gafas
El cuidado y limpieza de nuestras gafas ha de ser diario, con el objetivo de preservar el buen estado de las mismas. De esta forma no daremos lugar a posibles rayones en el cristal u otros daños que puedan sufrir. El protocolo de limpieza ha de ser claro y seguido punto por punto, ya que hay formas de limpiar las gafas que no son las adecuadas. A continuación, hablaremos de los pasos para limpiar las gafas. Este método sirve también para las gafas solares, las deportivas y las de seguridad.
- Antes de empezar a limpiar las gafas, hemos de lavar y secar a conciencia nuestras manos. Cuando estas estén limpias, podemos proceder a la limpieza de las mismas. Es vital asegurarse de eliminar cualquier resto de suciedad o grasa de nuestras manos. Para limpiar las gafas usaremos un jabón sin loción o cualquier líquido que sirva para lavavajillas. Este producto acompañado del paño limpio es lo que necesitaremos en esta tarea.
- Debajo del grifo pondremos nuestras manos sosteniendo las gafas, con un agua tibia. Con esta acción eliminaremos el polvo y cualquier otra suciedad que pueda habitar en nuestras gafas. Esto evitará que cuando procedamos a limpiar nuestras gafas, consigamos justo lo contrario; dañar los cristales con posibles rayones. Es importante que el agua esté tibia, ya que un agua caliente puede poner en peligro los recubrimientos en los cristales de nuestras gafas.
- En cada uno de los cristales de las gafas echaremos una gota, de tamaño normal, del líquido para lavavajillas sin loción. Al ser este producto tan concentrado, no necesitamos una cantidad excesiva. Para medir mejor la cantidad a usar, podemos medirlas por gotas. Con una o dos es suficiente para cada cristal. Es importante mirar la composición de dicho producto y no salir de las marcas comerciales. Estas no han de tener suavizante o loción para las manos.
- Con delicadeza, procederemos a frotar los dos cristales por delante y por detrás. También frotaremos el resto de las partes de nuestras gafas por unos segundos. Es importante repasar visualmente que todas las partes de las gafas estén limpias. Tanto como los cristales, almohadillas para nariz o los extremos de las «patas» que colocamos en las orejas. Un lugar a repasar activamente es la zona donde se unen el borde del cristal con el armazón. Aquí es donde el polvo puede almacenarse. Así como los aceites o productos para la piel que utilizamos en esa zona u otras suciedades.
- Antes de secar nuestras gafas, hemos de asegurarnos que aclaramos bien todas las partes de nuestras gafas. En caso contrario, una vez secas, quedarán sucias. Por ello, hay que eliminar, a base de aclarados, los restos del jabón.
- Una vez con las gafas en la mano, sujetándolas por las «patillas», podemos sacudirlas. Es importante asegurar bien el agarre, ya que se nos podrían escapar y caer. Esto puede provocar alguna rotura en los cristales o en otra parte.
- Con la ayuda del paño limpio, revisando que no tenga ningún tipo de pelusa, secaremos los cristales de las gafas y el armazón. Es importante que no hayamos lavado el trapo con algún tipo de suavizante. De lo contrario, tendrían sustancias que pueden ensuciar las lentes. La mejor opción de la que podemos disponer es de un trozo de algodón. Una vez estemos seguros de que está totalmente limpio, lo usaremos.
- Una vez terminado el proceso de limpiar las gafas, podemos revisar para ver cómo han quedado. Si seguimos viendo alguna que otra mancha, echaremos mano de un paño de microfibra que esté limpio. Si no sabes dónde comprarlos, los tenemos disponibles en cualquier óptica o tiendas de fotografía.
- Si nuestras gafas no necesitan una limpieza tan «a fondo», pero aun así están algo sucias, tenemos otra posibilidad. Usaremos toallitas húmedas descartables hechas para limpiar las gafas. Este producto también lo podemos conseguir en cualquier óptica. No se recomienda usar ningún otro producto en sustitución de estas.