Responsabilidad social – ¿Qué es la responsabilidad social?
Conozcamos que es la responsabilidad Social. El ser apolítico no existe. Una persona que diga serlo no tiene idea de las implicaciones ni el significado real que tiene ser apolítico. Lo correcto sería decir que se es apartidista, lo cual si es posible. ¿Por qué no se puede ser apolítico? Porque la política tiene que ver con cómo se relacionan los individuos en una sociedad, y es imposible vivir en sociedad, seguir sus reglas, y llamarse apolítico.
Porque el solo hecho de andar vestido y no desnudos, es una práctica que todos llevamos a cabo. Esencialmente, es lo más adecuado según las reglas que entre todos, en sociedad, hemos formalizado y hemos calificado como correcto.
Un verdadero apolítico, viviría como un ermitaño desnudo, por su propia cuenta y siguiendo sus propias reglas, en los bosques, o en una montaña. Ni si quiera los miembros de tribus prehispánicas pueden llamarse apolíticos, porque siguen una serie de lineamientos. Delimitados por la sociedad de la que forman parte, esa pequeña tribu que tiene su propio código, creencias y supersticiones, dentro de las cuales hay practicas mal vistas en las que casi nadie se atrevería a incurrir.
Os estaréis preguntando ¿A qué viene una introducción como esta en el artículo que hoy nos atañe? Pues bastante, pues hoy vamos a hablar sobre qué es la responsabilidad social, y un concepto como este está profundamente anclado en cómo entendemos lo que está bien y lo que está mal, como miembros de la sociedad.
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¿Qué es la Responsabilidad Social?
Es la conciencia sobre el impacto que tienen nuestras acciones y decisiones sobre el entorno, y como estas pueden afectar a la sociedad en el futuro. Se trata de algo muy arraigado a la ética y la moral, pues es la obligación que tienen los miembros de una comunidad para preservar en buenas condiciones sus alrededores, de tal forma que más adelante las futuras generaciones puedan desarrollarse bajo las mismas (o mejores) condiciones en las que vivieron sus predecesores.
En cuanto a aspectos legales, la responsabilidad social es regulada más o menos de manera informal por medio de algunos decretos, normas y regulaciones. Pero siempre se presentan ocasiones y contextos en los que con o sin ley, cualquiera puede quedar impune de hacer algo que está moralmente mal. Por atentar contra el medio ambiente por ejemplo. Es por ello que existen campañas de concienciación de todo tipo. Y que la crianza es un importante factor de cara a obrar bien en contextos donde la mayoría, quizá no lo haría.
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En las Empresas
El rol de las compañías en la sociedad es muy importante, pues el impacto que ellas pueden tener pueden ser masivos, sobre todo en las grandes industrias. Desde las mismas empresas, se establecen normativas en contra de incurrir en actos inmorales que pudieran ocasionar algún efecto negativo a corto, mediano o largo plazo. Actualmente desde el punto de vista empresarial, la obligación moral se usa como ventaja competitiva en el mercado.
Las empresas dedican buena parte de su presupuesto en medidas que estén a favor de preocupaciones sociales o medioambientales. Aunque existen debates al respecto, pues normalmente los gobiernos fomentan la responsabilidad social mediante incentivos a las empresas, en forma de reducción de impuestos. Entonces es lógico que exista una sospecha generalizada de que en realidad las empresas no hagan cosas favorables para la sociedad por el solo hecho de hacerlo, si no por el interés de reducir sus gastos en impuestos. Además de obtener reconocimiento y publicidad por sus acciones aparentemente benevolentes.
Es razonable que existan personas cuestionando todos los días a un amplio número de empresas bajo esta sospecha. Pues podríamos afirmar, sin temor a equivocarnos, que proceder de esa manera es más amoral y anti ético todavía. Pero a favor de casos como esos podemos decir, que al menos las empresas se ven obligadas a actuar bien, por su propia conveniencia, y al final del día, sea de buena gana o no.
La sociedad se beneficia de esos intereses financieros egoístas. A no ser que no estén haciendo verdaderamente todo lo que aseguran, y por otro lado, bajo la supervisión de nadie. Estén atentando contra la responsabilidad social de la que tanto se jactan en cumplir.
Si hay algo que hay que dejar bien claro en este tema, y es algo que aplica en más de un ámbito de la vida, es que los cambios en la sociedad se originan en el individuo. Y es este el que al final determina el devenir de los acontecimientos sociales. Un individuo bien instruido y consciente puede engendrar otros individuos como él. Mediante la palabra y el ejemplo que la sostiene, profesando lo que cree con los hechos. Es así como el conjunto de individuos de este tipo, se transforma en la sociedad que todos nos merecemos.
Es por ello que los cambios los debemos empezar en nosotros mismos. Dejar la egolatría de lado, y pensamientos comunes como los que nos excluyen de las consecuencias futuras de nuestros actos. Solo por no llegar a estar vivos cuando estas ocurran… Esa es la premisa que más se ajustaría al concepto de la irresponsabilidad social más absoluta.
Con esta reflexión, nos daría mucho gusto saber que sois ciudadanos que entienden lo que es la responsabilidad social, y que cumplen y fomentan la conciencia y los principios del buen ciudadano. El que vive bajo las reglas justas de la sociedad que nos acoge, para así brindar un mejor futuro para todos.
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