Qué es ciclo del agua – Definición, Significado y Concepto
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El ciclo del agua, al que también se le conoce como ciclo hidrológico, es un proceso en el que el agua se transforma y circula por el planeta. Es decir, el ciclo del agua es el traslado que el agua sufre de un lugar a otro, pasando por diferentes estados físicos en función de las condiciones que se den en el ambiente, pasando de estado líquido a estado gaseoso o líquido, o de estado gaseoso a líquido.
En el planeta Tierra el agua se puede encontrar en diferentes estados. Por un lado en los ríos, mares o lagos lo hace en estado líquido. En los glaciares o montañas en estado sólido (nieve o hielo) y en las nubes en estado gaseoso.
En función de la fase del proceso en la que se encuentre, el estado del agua irá variando y adaptándose en cada caso a las condiciones ambientales de cada momento.
La importancia del ciclo del agua es máxima por su nivel de interacción con el ecosistema y con los seres vivos, que dependen de ella para poder sobrevivir.
Etapas del ciclo del agua
El ciclo de agua se encuentra comprendido por una serie de procesos que vamos a detallar a continuación:
Evaporación
La primera etapa del ciclo del agua da comienzo con el proceso de evaporación. Esta tiene lugar en aquellos momentos en los que el sol se encarga de calentar la superficie de los mares, océanos, lagunas, lagos…, haciendo que el agua, por la temperatura, comience a transformarse en vapor de agua. La evaporación puede ser de dos tipos, la conocida como evaporación relámpago y la evotranspiración.
Al transformarse en vapor de agua y pasar de su estado líquido original a estado gaseoso, va subiendo para concentrarse en la atmósfera, lugar en el que tendrá lugar su segunda fase, la condensación.
Condensación
La segunda etapa dentro del ciclo de agua es la condensación. En esta fase, con el agua en estado gaseoso tras transformarse en vapor de agua y subir a la atmósfera tras la evaporación, pasa a concentrarse en forma de gotas, lo que da origen a la aparición de nubes y neblina. Una vez se encuentra en esta fase, el agua vuelve a estado líquido, lo que da origen a la siguiente fase.
Precipitación
El tercer paso del ciclo del agua es la precipitación. Una vez que el agua se ha condensado en la atmósfera, esta pasa a regresar a la superficie terrestre en pequeñas gotas al haberse transformado de nuevo en líquido. Esto da origen a las lluvias.
Sin embargo, en aquellos lugares del planeta en los que las temperaturas son muy bajas, o en climas templados cuando llegan los meses de invierno, el agua se transforma desde su estado líquido a estado sólido, en lo que se conoce como solidificación, y se precipita sobre la tierra en forma de granizo o nieve. En este caso, cuando se deshace el hielo, el agua vuelve a regresar al estado líquido dentro de un proceso llamado fusión.
Infiltración
Una vez que el agua se ha precipitado y ya está depositada sobre la superficie se produce la infiltración, un proceso mediante el cual el agua caída sobre la tierra a causa de las precipitaciones, empieza a penetrar en el suelo. Este agua se aprovecha en gran parte por la naturaleza y los seres vivos, que hacen uso de ella para poder subsistir. Otra parte de estas infiltraciones de agua acaba formando parte de las aguas subterráneas.
Escorrentía
La llamada escorrentía es la última etapa del ciclo del agua. Este paso consiste en el traslado del agua mediante la superficie a causa de los diferentes accidentes geográficos y declives, haciendo que regrese a los mares, océanos, lagos, ríos…, provocando así que el ciclo regrese al primer paso y se inicie, de nuevo, todo el ciclo del agua, que es constante.
Existen cuatro factores que afectan a la escorrentía, que son el factor meorológico, el geográfico, el hidrogeológico y el biológico, además de existir tanto escorrentía superficial como subterránea.
La escorrentía también es el principal agente geológico que provoca el transporte de sedimentos y provoca la erosión en la naturaleza.
La importancia del ciclo del agua
El ciclo del agua tiene una importancia máxima para el mantenimiento de la vida dentro del planeta Tierra, siendo requerido para que los diferentes ecosistemas puedan sustentarse. Además, en función del mismo se varía el clima y tiene una clara interferencia en el nivel de mares, océanos, ríos y lagos.
El buen funcionamiento del ciclo del agua es fundamental para la vida, si bien las acciones del hombre, que han provocado cambios climáticos, calentamiento global y contaminación, han hecho que este ciclo del agua se haya visto afectado y las previsiones para el futuro no sean demasiado esperanzadoras. Es por este motivo por el que se trata de concienciar a la sociedad acerca de la importancia de frenar y paliar el cambio climático con un adecuado cuidado del medio ambiente.