Cómo comer algas marinas

Existen diferentes tipos de alimentos, cada uno de los cuales cumple un papel diferente en nuestro organismo. Estos alimentos se encargan de aportar vitaminas, minerales y otro tipo de nutrientes necesarios para la vida y para que podamos disfrutar de ella.

Si bien es cierto que aprender a comer de todo no siempre es una tarea fácil de realizar, la verdad es que aporta grandes beneficios, pues evitas sufrir de carencias nutricionales.

Por supuesto, así como existen alimentos que pueden beneficiarnos mucho, otros, aunque deliciosos, pueden llegar a afectar nuestra salud. Pero, sin importar si nos ayudan o no, es fundamental que comamos con equilibrio, ya que caer en los excesos también perjudicaría nuestro bienestar.

Puesto que existe una amplia gama de alimentos, todavía hay muchos que nos faltan por probar y, si lo hiciéramos, seguramente querríamos incluir algunos de ellos en nuestra en nuestra dieta, ya sea por su sabor o por su gran aporte nutricional. Uno de estos alimentos son las algas marinas.

Lejos de ser solo comida para peces, las algas cuentan con una gran cantidad de nutrientes. No obstante, no solo comemos por necesidad, sino también por placer. Por eso, ¿dónde puedes conseguirlas? Y, más importante aún, ¿cómo puedes incluirlas en tu dieta? ¿Qué tipo de comidas puedes preparar con ellas a fin de sacarles provecho y disfrutarlas al máximo?

Si deseas conocer las respuestas a estas y otras interrogantes relacionadas con esta comida exótica, este post se ha escrito para ti. En él, no solo te enterarás de cómo puedes comer algas, sino que también te familiarizarás con los distintos tipos que existen, cada uno de los cuales se encarga de aportar algo diferente a nuestro organismo. Además, tienen un color, sabor y una textura que las caracteriza y le da variedad a nuestra alimentación.

Instrucciones para comer algas marinas

Lo primero que debes saber es que, como ya te lo he mencionado anteriormente, existen diferentes tipos de algas, las cuales se dividen en tres grandes grupos:

Las pardas

  • Nori: Laver, Ova marina, Sloke y Slake, las cuales son ricas en vitamina A y van muy bien con alimentos fritos.
  • Nishime Kombu. Es decir, carweed, tangle y wrack. Este grupo de algas aportan yodo y potasio. No solo eso, también cuentan con un sabor dulce que impregna las comidas.
  • Ito Wakame: este tipo de alga se puede combinar con alimentos cocidos y su aporte nutricional es de calcio, vitamina B y C y Potasio.
  • Hiziki: estas algas van muy bien con verduras de raíz, como las zanahorias y las remolachas. Además, aportan grandes cantidades de hierro, potasio y calcio.
  • Arame: son ricas en yodo y calcio. En cuanto a su sabor, este es bastante ligero y cuenta con una textura blanda.
  • Alaria: dabberlocks, murlins y wing keep. Se usan, frecuentemente, para la preparación de todo tipo de sopas. Además, cuentan con un gran aporte de vitaminas y minerales.

Las rojas

  • Dulse: estas algas combinan muy bien con los cereales cocidos. Además, son un gran aporte de hierro, potasio y fósforo.
  • Agar-agar: shiro karenten. Se trata de un alga con apariencia similar a la de la gelatina. Es suave y nutritiva, en especial en fibra.
  • Carragaheen: este es un musgo originario de Irlanda, el cual posee grandes cantidades de hidratos de carbono complejos, así como de calcio y potasio.

Las azules

  • Espirulina: esta alga es rica en aminoácidos y proteínas. Por lo general, se vende en forma de comprimido, aunque también la puedes encontrar en polvo para incluirla en los cereales, el yogurt y bebidas como el zumo y la leche.

¿Que necesitas para comer algas marinas?

Conocer las razones por las que debes incluir las algas en tu dieta, te animará a, al menos, intentarlo. Algunas de estas razones son:

  • Son recomendadas para las personas con diabetes: pese a tener un sabor dulce, está compuesta por azúcares complejos, lo que quiere decir que no incrementa el nivel de glucosa en la sangre.
  • Son un alimento ideal para los vegetarianos: esto se debe a que son altas en proteínas. De hecho, en el caso específico de la espirulina, cuenta con una mayor cantidad de nutrientes que le huevo, el pescado y hasta que la carne.
  • Ayudan contra la hipertensión: regulan el sistema cardiovascular, al mismo tiempo que ayudan a combatir la presión arterial alta.
  • Cubren las necesidades diarias de hierro: nuevamente, la espirulina contiene 6 veces más cantidad de hierro que los cereales y las espinacas. Por tal motivo, es recomendada para tratar la anemia o la debilidad general.
  • Mejoran la vista, gracias a su alto contenido de vitamina A.
  • Calman la tos. Son buenas para curar la gripe y el resfriado común.
  • Ayudan a mantener la piel y el cabello con un aspecto saludable. Esto se debe a que son ricas en vitamina A, incluso más que el germen de trigo. Algunas algas, además, cuentan con zinc, el cual es muy eficaz en el tratamiento contra el acné. También, algunas algas le aportan brillo y suavidad al cabello.
  • Fortalecen los huesos y los dientes. Algunas algas cuentan con 15 veces más calcio que la leche y, por lo tanto, son recomendadas para la prevención de enfermedades como la osteoporosis. Asimismo, ayudan a sanar las fracturas.
  • Ayudan en la digestión y el tránsito intestinal.
  • Depuran el intestino eliminando las toxinas que se depositan en las paredes del colon. Por tal motivo se utilizan, con frecuencia, para tratar dolencias como la colitis.
  • Reducen los niveles de colesterol en la sangre. Esto se debe a que tienen un 5% de grasas insaturadas.

Ahora que estás al tanto de cuáles son sus beneficios, de seguro tienes más ánimo de incluirlas en tus comidas cotidianas o de crear platos totalmente nuevos, usando como base estos exóticos y nutritivos vegetales del mar.

Consejos para comer algas marinas

En caso de que tus algas tengan demasiada sal o arena, tendrás que lavarlas muy bien con abundante agua fría hasta asegurarte de que ya esté acta para el consumo.

No obstante, sin importar si tienen mucha sal o arena, todas las algas, independientemente del grupo al que pertenezcan, deben ponerse en remojo por unos 20 minutos, como mínimo, con el propósito de que incrementen su tamaño y tamaño hasta unas 7 veces.

Una vez que estén remojadas, puedes cortar las algas verdes en tiras, siguiendo el mismo sentido de crecimiento. En cuanto a las rojas, pueden picarse, pero también se pueden cocinar enteras o deshacerse en seco. En el caso específico del agar-agar, admiten el corte libre, antes o después de remojarlas.

En cuanto a su cocción, las algas Wakame, nori, clorela, kelp, espirulina y dulce, pueden consumirlas sin necesidad de cocinarlas. Con respecto al alga Kombu, requiere que la dejes en remojo, al menos, unos 45 minutos. Luego de ello, debes cocinarla por 30 minutos.

El caldo que se obtiene como resultado de la cocción, lo puedes utilizar para hacer sopas o salsas o, si lo prefieres, para cocinar las legumbres y darles un sabor completamente diferente.

Con relación a las algas Hijiki, se recomiendan que se consuman durante el invierno. Además, puesto que tiene un sabor muy fuerte, deben consumirse en pocas cantidades. Si gustas, puedes incluirla en las sopas, los guisos y, por extraño que parezca, también en los budines.

De igual manera, es importante que las pongas en remojo por unos 30 minutos y que las cocines por unos 30 más. Asimismo, ten en cuenta que la sugerencia es que las comas frescas y no recalentadas.

A diferencia de ella, el alga Nori, no requiere remojo y, si así lo quieres, puedes consumirla tostada para espolvorear con ella sopas o cereales. En cuanto al alga kanten, se utiliza para la preparación de salsas frías, flanes, cremas, ensaladas, etc. Incluso, puedes usarla como base para hacer gelatina de frutas.

Ahora que ya sabes cómo comer algas marinas, ¿qué esperas para probarlas? Tienes mucha variedad para escoger y experimentar.

 

¿Te ha gustado?

Deja un comentario

Tu dirección de email no será publicada.