Para los amantes del pan, el olor a pan recién horneado es una experiencia única, inigualable, prácticamente religiosa. Ese olor característico les es tan familiar que casi pueden saborear el pan y sentir su textura en su boca.
Por eso, ante tal tentación, es casi inevitable no ceder y comprar el pan que ha despertado esos instintos tan primarios.
Para quienes disfrutan del pan, este es un alimento que nunca puede faltar en la mesa de su casa, sin importar si se trata de pan dulce o salado, siempre hay algo con qué acompañarlo, así sea solo un poco de mantequilla y orégano.
Existen tantas variedades de pan que, muchas veces, no se logra decidir cuál llevar a casa. Es un alimento muy versátil, el cual puede ir acompañado de uvas pasas, de queso, de jamón, de frutas confitadas, de mermelada de guayaba, de dulce de leche, etc. En realidad, puedes acompañarlo de lo que prefieras.
En vista de esto, muchos de los amantes del pan han decidido incursionar en el mundo de la panadería. De esta manera, podrán hacer y comer pan cada vez que así lo quieran. Sin duda, un verdadero sueño hecho realidad.
Uno de los panes, que más ha ganado popularidad en los últimos años, es la focaccia italiana. Esta es una receta tradicional de la gastronomía italiana. Se trata de un pan plano, el cual está cubierto con otros productos. En ocasiones, llega a confundirse con la pizza, pero lo cierto es que no es lo mismo, ya que tienen varias diferencias entre sí.
La focaccia es perfecta para acompañar platos, como sopas o cremas de verduras. Sin embargo, es tan deliciosa, que puedes comértela sola, si así lo prefieres. Por eso, en este post estaré compartiendo contigo la receta de la focaccia italiana tradicional.
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