¿Cuántas veces has comido el paté de hígado de pollo? Seguramente muchas, pero quizá nunca lo has preparado. Es común ver en los supermercados y las tiendas la versión industrializada del paté de hígado, pero la verdad es que, gracias a sus conservantes, estas versiones son demasiado altas en sodio y se convierten en muy perjudiciales para tu salud.
En esta oportunidad te presento una deliciosa receta para presentar en una mesa de picar o para tus meriendas. El hígado de pollo es un excelente alimento categorizado como vísceras, pero que te puede sorprender con la cantidad de nutrientes que te aporta.
Una de las vitaminas que más contiene es la K y el complejo B; también es alto en minerales esenciales como el hierro, el zinc y el magnesio. Por lo tanto, en temas de salud, su consumo es muy recomendado en personas con anemia o que presenten un sistema inmune debilitado.
Dietéticamente, se recomienda una ingesta diaria de hígado de pollo de 50 gr ya que es alto en colesterol. Sin embargo, 50 gr contiene aprox. 12 g de proteínas, lo que equivale a un 30% de la ingesta diaria en general de este nutriente.
Consumir hígado de pollo te ayuda a mantener una sana producción de células en la sangre, prevenir el cáncer y problemas en la visión; mantener un sistema nervioso equilibrado y subir las defensas contra los virus y enfermedades.
El paté es una de las formas de preparar hígado de pollo más frecuente y conocida. Su nombre proviene de un término francés que significa pasta. Así que, el paté viene siendo un tipo de pasta untable con base de hígado de pollo para comer con galletas, pan tostado, pan fresco, arepas, casabe o cualquier otra cosa en la que se pueda untar.
Para conocer cómo puedes preparar paté de hígado de pollo en tu propia casa solo tienes que seguir estos simples pasos que te comparto a continuación:
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