Cómo cuidar una salamandra
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¿Te gustan los animales? A la mayoría de las personas sí. Por eso, muchos disfrutan de ir a lugares en donde se les pueda ver en un entorno similar al que tienen comúnmente, como el parque, el zoológico, etc. En esos lugares es normal ver osos, leones, pingüinos, diferentes tipos de aves y muchos animales más.
Pero es poco probable que alguien quiera tener uno de estos animales como mascota, ya que requieren de un hábitat y de cuidados especiales. De hecho, muchos de ellos no logran sobrevivir porque no reciben el trato apropiado.
¿Estás buscando un animal de mascota? Entre los que gozan de mayor popularidad están los perros, los gatos, los canarios y los conejos. Sin embargo, hay un grupo de personas a los que le aburren tener mascotas convencionales. Por eso, apuestan por otras que no cualquiera se atrevería a tener en su casa, como las serpientes, las arañas, los cerdos vietnamitas, etc.
¿Te gustaría tener una mascota de este tipo, pero no sabes cuál escoger? Si la respuesta a esta pregunta es sí, ¡que no se te vaya el loro! Una magnífica mascota, excéntrica y poco convencional es la salamandra.
¿Conoces a este animal? Su aspecto es similar al de una lagartija, aunque un poco más viscosa. No obstante, por ser un animal muy peculiar, requiere de cuidados especiales para que no muera y puedas disfrutar de ella por mucho tiempo.
Si deseas tener en casa a una salamandra como mascota, has llegado al lugar correcto. Aquí te enterarás de todo lo que necesitas saber para cuidar correctamente a una salamandra, lo que implica brindarle un entorno apropiado, darle de comer y de beber, prevenir la presencia de plagas y enfermedades, etc. Luego de leer este artículo, querrás tener una salamandra en tu casa hoy mismo.
Instrucciones para cuidar una salamandra
Aunque su aspecto es similar al de una lagartija, la salamandra es un anfibio que posee hábitos nocturnos. Llega a medir entre 18 y 25 cm de longitud. Tiene cuatro patas con dedos en ellas. Su piel es viscosa y posee unas glándulas tóxicas que usan como arma de defensa contra sus depredadores.
Una de las curiosidades más grandes de la salamandra es su capacidad de regenerar su cuerpo. Puede regenerar cualquiera de sus extremidades completamente. Pero también puede regenerar órganos vitales, como el corazón, los ojos y hasta el cerebro. No obstante, este proceso de regeneración puede llegar a durar toda su vida.
Si deseas tener una salamandra como mascota, es importante que tomes en consideración las siguientes instrucciones:
- Proporciónale un hábitat natural que pueda satisfacer sus necesidades biológicas. En este caso, un terrario es la mejor opción. A fin de acondicionarlo, coloca en el fondo sustrato de fibra de coco o de musgo.
- Dependiendo del tipo de salamandra que tengas, tal vez sea necesario brindarle un ambiente acuático, semiacuático o terrestre.
- Por otra parte, es importante que le crees escondites, ya que llegan a estresarse con mucha facilidad, por lo que es ideal que cuenten con varios lugares en donde puedan relajarse. Puedes valerte de cuevas de rocas, grandes trozos de cerámica, pedazos de cortezas y algunos escondites que venden en las tiendas.
- Si tu salamandra es terrestre, debes proporcionarle agua. Esto lo puedes hacer con la ayuda de un recipiente. Debe ser pequeño y poco profundo, ya que las salamandras terrestres no se caracterizan por ser buenas nadadoras y hasta pueden llegar a ahogarse si el recipiente es muy profundo y llegan a caer en él.
- Vigila que cuente con la temperatura que necesita. Esto también dependerá del tipo de salamandra que tengas. Las que son de clima templado, no necesitarán de ningún tipo de calefacción, las de climas tropicales y semitropicales, sí lo necesitarán.
- Dale una alimentación balanceada. Las salamandras son animales carnívoros a los que les gusta cazar a su presa. De ahí la importancia de que las alimentes de presas que estén vivas. En caso de comprarle presas muertas, procura que estas estén congeladas.
Si notas que no se come todo lo que le has servido, es probable que ya se haya saciado. Retira cualquier presa viva, ya que, si no lo haces, podrían terminar picando y molestando a tu salamandra.
¿Que necesitas para cuidar una salamandra?
- El terrario o acuario. A la hora de seleccionar uno, asegúrate que tenga suficiente espacio como para que tu nueva mascota pueda andar, trepar, cavar, esconderse o hacer cualquier cosa que quiera.
- Procura que el tanque tenga una tapa que le ajuste bien. Ten en cuenta que las salamandras son animales muy ágiles, excelentes escaladores que pueden trepar por las paredes del tanque.
- Las tapas con mallas son las mejores, ya que les permiten contar con suficiente ventilación.
- La temperatura. Para proporcionarle la temperatura que necesita puedes valerte de diferentes objetos, como un calentador de agua para acuario, una almohadilla de calefacción, una lámpara de calor, etc.
- El agua. Esta debe ser filtrada. Puedes darle agua del grifo, pero debe haber sido tratada previamente para eliminarle el cloro y la cloramina. También puedes valerte del agua de manantial.
- El alimento. Tal como ya lo hemos mencionado, lo mejor será ofrecerle presas vivas. Algunas de ellas pueden ser las lombrices de tierra, las lombrices que se usan como carnada para los peces, los grillos, las larvas de mosquitos, las babosas, etc. Este tipo de alimento puedes conseguirlo en las tiendas de mascotas.
Tal como has podido darte cuenta, no necesitas de muchos elementos para brindarle a tu salamandra un entorno en donde pueda vivir felizmente. Pero, ¿qué recomendaciones debes tener en cuenta con respecto a su cuidado?
Consejos para cuidar una salamandra
Aunque su apariencia tierna te invite a querer agarrarla, tocarla o acariciarla, resiste el impulso. Los aceites que segregan, de forma natural, las manos de los seres humanos pueden llegar a enfermar a las salamandras.
Al mismo tiempo, ellas pueden portar o crear secreciones que pueden llegar a ser perjudiciales para los seres humanos. Lo que nos deja ver que lo más recomendable, para ambas partes, es que lo trates de manipularlas.
Si tienes que hacerlo obligatoriamente, ya sea porque la vas a cambiar de lugar o porque se ha enfermado, lava muy bien tus manos con agua caliente y jabón. Asimismo, asegúrate de sacarte todo el jabón. Esto será de mucha utilidad en la prevención de enfermedades.
Puesto que las salamandras son animales nocturnos, lo mejor será que la alimentes de noche, pues es el momento en el que están más activas. Puedes colocar una alarma para no olvidar alimentarla.
Dale de comer solo dos o tres veces por semana. Es probable que no coma durante los primeros días en los que esté en su nuevo hogar. Estos animales se ponen nerviosos con mucha facilidad y les cuesta un par de días adaptarse a un nuevo entorno.
Claro, esto dependerá del tipo de salamandra que tengas y de su personalidad, ya que hay otras que se sienten a gusto y comen enérgicamente desde el mismo primer día.
En caso de que tu salamandra sea muy joven, asegúrate de darle de comer a diario hasta que haya dejado de crecer y llegue a convertirse en un adulto saludable. La cantidad de alimento dependerá del espacio o la capacidad de su estómago. Existen especies, como la salamandra tigre y la de fuego, que pueden volverse obesas si las alimentas en exceso.
No coloques ningún objeto con extremos puntiagudos dentro de su acuario o terrario. Esto puede llegar a perforar la delicada piel de la salamandra.
Ten en cuenta que a estos animales les encantan los lugares húmedos, empantanados y sombríos. No obstante, debes asegurarte de limpiar su hogar una vez por semana. Cuando lo hagas, utiliza guantes y ponla en un lugar seguro mientras dure la limpieza.
Lava el interior del acuario, así como todos los objetos que están dentro de él, con agua caliente y asegúrate de secarlos bien antes de volver a colocarlos dentro. Si lo haces de esta manera, disfrutarás de tu salamandra por mucho tiempo.