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Hay ciertas comidas que son más populares en determinadas épocas del año. Por ejemplo, en invierno, es normal la ingesta de comidas calientes para contrarrestar el frío de la zona. Algunas de estas comidas son los estofados, los cocidos, los tés calientes, el café, el chocolate, etc.
Por otra parte, durante el verano, la mayoría de las personas procura consumir alimentos como la ensalada, el té helado, entre otros, para refrescarse un poco y poder sobrellevar el calor inclemente.
De igual manera, el tipo de comida que se prepare puede estar condicionado a las celebraciones locales. Por ejemplo, durante el mes de diciembre es normal ver en las mesas de las familias, cochinillo al horno, pavo relleno, arroz con leche, buñuelos, etc.
Mientras que, durante la cuaresma, se acostumbra comer el bacalao en diferentes presentaciones, los potajes, entre otros platos sin carne, ya que, según la tradición católica, la carne representa el cuerpo de Cristo.
No obstante, sin importar cuál sea la razón por la cual se comen ciertos alimentos en determinadas épocas del año, esto no quiere decir que debamos abstenernos por completo de ellas durante el resto del año. Tal es el caso del pisto manchego.
¿Te gustaría aprender a prepararlo? ¿Cuál es su ingrediente estrella? ¿Qué otros ingredientes puedes utilizar? ¿Qué recomendaciones debes tener en cuenta a la hora de prepararlo? ¿Con qué se puede acompañar?
Durante este artículo, estaremos dándole respuesta a estas y otras interrogantes. De esta manera, al terminar de leerlo, podrás ir hasta tu cocina, sin importar si forma parte de la tradición de la época o no, y prepararlo para tu disfrute y el de toda tu familia.
Además, podrás incluir esta receta en tu recetario personal y compartirla con todo aquel que desee darle un gusto a su paladar. Veámoslo ahora.
Instrucciones
El pisto es un plato español, típico de las regiones de Cuenca, Toledo, Albacete, entre otras. De ahí, su sobrenombre de Manchego. Uno de los aspectos que diferencia a un pisto de otro, es la selección de verduras, las cuales son más accesibles que otras según la temporada. Por eso, no es un plato que solo pueda comerse en invierno o cuando hay un clima frío.
Así como puedes sustituir las verduras, también lo puedes hacer con la carne y usar una que sea de cocción rápida, como el cerdo o el pollo. Por otra parte, no necesariamente debe servirse caliente.
En su composición, los pimientos son los protagonistas, tanto rojos como verdes. Son los ingredientes que no pueden faltar. Sin embargo, tal como ya lo hemos mencionado anteriormente, existen muchas versiones del pisto, a las que se les puede añadir otros ingredientes, como la berenjena, la carne, el pollo, etc.
Se trata de un plato fresco, ligero, delicioso y fácil de hacer, el cual querrás comer todas las semanas. Veamos cuál es el procedimiento que hay que seguir para su preparación.
Cómo prepararlo
- Lo primero que tienes que hacer es pelar los tomates y quitarles las semillas. La mejor manera de pelarlos es haciéndoles unos cortes superficiales en forma de cruz en la parte de abajo y poniéndolos a escaldar por un par de minutos. Así, la piel saldrá prácticamente sola.
- Tritura los tomates y luego resérvalos.
- Retira las semillas de los pimientos y córtalos en trozos.
- En una olla o cazuela, vierte un poco de aceite de oliva extra virgen. Cuando esté lo suficientemente caliente, añade los pimientos, el ajo y la cebolla. Deja que se sofrían por un par de minutos.
- Añade los calabacines sin pelar y cortados en trozos. Cuando veas todos los ingredientes bien ponchados, agrega los tomates triturados.
- Sazona y tapa la cazuela a fuego lento. Permite que se cocinen mientras los revuelves y los machacas de vez en cuando, para que los ingredientes se mezclen y estén en su punto. Lo estarán pasados unos 35 minutos, cuando el jugo del tomate se haya reducido lo suficiente.
- Finalmente, rectifica la sal, agrega pimienta y comino molido y deja que se siga cocinando, a fuego lento, hasta que los tomates estén fritos.
Como has podido darte cuenta, es una receta muy sencilla que puedes hacer hasta con los ojos cerrados. De hecho, puedes preparar bastante cantidad y congelarlo en porciones para luego solucionar muchas comidas. Pero, ¿qué necesitas para hacerlo?
Que Necesitas
Para esta preparación sencilla y básica, vas a necesitar los siguientes ingredientes:
- Una cebolla grande.
- 3 dientes de ajo.
- 2 pimientos, uno rojo y uno verde.
- 1 calabacín.
- 400 gramos de tomates triturados o rallados.
- Aceite de oliva extra virgen.
- Sal y pimienta al gusto.
- Comino molido.
El pisto manchego no tiene que llevar mucho aceite, característica que lo hace ser un plato muy saludable, con pocas calorías y perfecto para que todos los miembros de la casa, incluyendo a los más pequeños, coman verduras.
Claro, ten en consideración que puedes añadir cuántos ingredientes desees. Siempre y cuando se traten de vegetales frescos, que sean de la temporada. Asimismo, las cantidades van a variar dependiendo de cuanto pisto desees preparar.
Puesto que ahora conoces cuál es el paso a paso de la preparación del pisto, así como los ingredientes que necesitas, no vendría mal estar al tanto de algunos consejos básicos para su preparación. De seguro te encantarán los resultados.
Consejos
- Puesto que puedes añadir cualquier tipo de verduras, es una manera de aprovechar las que tengas en el frigorífico.
- Aunque el pisto se hace con el calabacín sin pelar, si notas que no es del agrado de los niños de la casa, puedes probar pelándolo. De esta manera quedará más suave y fácil de comer.
- Para obtener un plato único y muy completo, puedes añadir al pisto pechuga de pollo hecha a la plancha y cortada en trozos.
- Aunque puede prepararse en una olla rápida, el mejor resultado se obtiene al cocinarlo de la manera tradicional. Si bien es cierto que se tarda un poco más, su sabor vale la pena y las verduras no se destrozan tanto.
- Una vez que esté listo, lo más recomendable es que lo dejes reposar una media hora antes de servirlo, aunque también puedes comerlo de un día para otro, para que se intensifiquen los sabores que lo componen.
- Las posibilidades para comerlo son infinitas. Estas pueden ir desde una guarnición para un conejo al ajillo, hasta usarlo como relleno para unos calabacines, berenjenas, lasañas y empanadillas. También puedes usarlo para acompañar la pasta y como base para muchas otras preparaciones.
- Es muy común servir el pisto manchego con un huevo frito, preferiblemente con puntilla, aunque también puede ser revuelto o escalfados.
Su conservación
El pisto es un plato que puede prepararse con suficiente tiempo de antelación. De hecho, estará mucho mejor al día siguiente. De manera que es ideal para llevar en una fiambrera, si eres de las personas que gustan comer fuera.
Cabe destacar que puede comerse tanto frío como caliente, todo dependerá de tus gustos y de las circunstancias en las que te encuentres.
En caso de que hagas mucha cantidad, siempre está la opción de congelar lo que te sobre o de hacerlo conserva. Pero, ¿cómo puedes hacerlo? ¡Muy fácil! Veámoslo.
Pisto en conserva
En realidad, en este tipo de procedimiento, lo más importante no es la preparación del pisto en sí mismo, sino el cuidado que debes tener a la hora de seleccionar y utilizar los tarros y sus respectivas tapas.
- Observa cuidadosamente todas y cada una de las tapas. Fíjate que no estén rotas, oxidadas o muy deterioradas. En caso de que así sea, lo mejor que puedes hacer es deshacerte de ellas. Ten en cuenta que puedes conseguir tapas nuevas en ferreterías y otros establecimientos similares.
- Lo siguiente será el proceso de esterilización. En una cazuela grande, pon a hervir los tarros junto con las tapas y un paño de algodón limpio. Esto, con el fin de que los tarros no se golpeen entre sí y acaben rompiéndose.
- Tapa la cazuela. Cuando comience a hervir, retira la tapa y deja que siga hirviendo por unos 10 minutos más. Con mucho cuidado, saca uno por uno los tarros y las tapas y colócalos sobre una encimera para que puedan escurrirse bien.
- Llena los tarros con pisto caliente hasta la rosca, sin llenarlos por completo y cuidando de que no se manche el borde del tarro. Ciérralos con su tapa y colócalos nuevamente en el agua que habías utilizado para hervirlos, esta vez a fuego fuerte.
- Procura que el agua llegue hasta la rosca de los tarros y no olvides volver a introducir el paño de algodón para evitar que los tarros se golpeen entre sí. Luego que comiencen a hervir, déjalos en baño de María unos 20 minutos más.
- Transcurrido ese tiempo, saca los tarros de la cazuela y colócalos boca abajo en una encimera por 24 horas.
- Luego, dales la vuelta y verifica que el vacío esté bien hecho. La manera de hacerlo es presionando la tapa con los dedos. Si esta no se mueve, entonces el vacío está bien hecho. Si, por el contrario, notas que hay movimiento, deja la conserva para consumo inmediato.
- Finalmente, coloca etiquetas a los tarros para identificar su contenido y el año de su preparación, y ya tendrás tu pisto listo para el invierno, si así lo deseas.
Con qué acompañarlo
Como has podido darte cuenta durante la lectura de este artículo, las posibilidades son infinitas. Puedes acompañar tu pisto con huevo frito, con una rodaja de pan, con pasta al dente, etc.
Sin embargo, también lo puedes usar como un acompañante para otras comidas, como para el cochinillo al horno, el pavo relleno, el pollo asado, etc. Asimismo, también lo puedes usar como relleno de empanadillas, de lasañas, de berenjenas, entre otras.
Agrégale pollo o carne asada picada en trozos y haz de él un plato muy completo e, igualmente, delicioso, el cual puedes servir con arroz hervido o con puré de patatas.
Puedes comerlo sobre una galleta salada, o sobre pan tostado y servirlo como tapa en una celebración familiar. También, en vista de que se trata de una preparación de diferentes vegetales, puedes usarlo como base para otras preparaciones.
Por lo que te será muy práctico el hacer pisto manchego en gran cantidad, distribuirlos en porciones y congelarlo. O, si lo prefieres, también está la opción de hacerlo en conserva y sellarlo al vacío, como te lo hemos explicado recientemente.
Sin importar cómo utilices el pisto manchego, puedes tener plena seguridad de que obtendrás muy buenos resultados. Este es el tipo de receta que no falla por nada en el mundo y que puedes hacer hasta con los ojos cerrados, lo que quiere decir que no tienes que ser un chef profesional para intentar hacerlo.
¿Qué estás esperando para atreverte a preparar tu pisto manchego? No tienes que ir hasta un restaurante para probarlo. Ahora tienes la oportunidad de hacerlo en tu propia casa y darle tu toque personal. Y, lo mejor, es una comida 100% saludable y nutritiva, ideal para cualquier época del año.
Puedes prepararlo de diferentes formas. En realidad, el cielo es el límite. El pisto se presta para hacer realidad cualquier receta que se te pueda ocurrir, teniéndolo como ingrediente principal. Además, es una excelente manera de hacer que los más pequeños de la casa coman sus vegetales, que tanto necesitan, a gusto y sin arrugar la cara.