Cómo tratar los pies planos
El pie plano es una afectación en el arco del pie o también llamado bóveda plantar, consistente en una disminución de su altura. Es una afección común, sobre todo en pediatría, llamándose en este colectivo «pie plano pediátrico», que es causada durante los dos o tres primeros años de vida cuando el pie presenta una gran elasticidad y los tendones se encuentran flojos, dando lugar a la caída parcial o total de la bóveda plantar.
En este sentido podemos clasificar el pie plano como sintomático (existe dolor y limitación para la actividad) o asintomático, cuando no presenta síntomas de dolor. Dentro de los síntomas anteriormente mencionados, podrían encontrarse dolor o calambres en pie, pierna y rodilla, dificultad en el caminar y en actividades físicas. No obstante, la mayor parte de los niños que desarrollan pie plano no llegan a presentar síntomas ni tampoco se conoce exactamente cual es el determinante para que un pie desarrolle mayor o menor arco longitudinal. Lo que si se sabe es que a partir de los cinco años este arco aumentará de forma progresiva y que también suele estar más pronunciado en el sexo femenino.
¿Que necesitas para tratar los pies planos?
Para el diagnóstico de dicho problema se observa la forma de caminar del niño y el movimiento del pie, con ejercicio de separación de dedos que nos dirá si se trata de un pie plano flexible o si se trata de un pie plano rígido (no se forma arco y existe una alteración en la movilidad acompañada de dolor). También es necesario poner atención al movimiento de piernas, rodilla y caderas.
Una vez comprobado si se trata de un pie plano flexible o rígido (para el cual es necesario estudios radiológicos) pasamos a ver cual es el tratamiento más adecuado, el cual, dependerá de si existe dolor o problemas al caminar, en cuyo caso se utilizarán dispositivos ortopédicos colocados sobre el calzado o incluso zapatos especiales, requiriéndose la evaluación por un profesional médico. Si por el contrario esta afección no causa dolor ni problemas en la marcha, habrá que tener en cuenta que los pies se desarrollarán de la misma forma con o sin plantillas u otro tipo de dispositivos ortopédicos, ya que estos tan solo se encargan de modificar el apoyo cuando el niño está de pie, no de corregir la altura del propio arco. Así, el objetivo principal del tratamiento será devolver el pie a su estado habitual en la edad joven, evitando la deformidades existentes y que el problema persista hacia la edad adulta, donde muchas veces es ya imposible controlar dichas deformidades y el tratamiento estará únicamente dirigido a aliviar las molestias. Por ello, para su tratamiento es importante tener en cuenta tanto la presencia o no de dolor, el grado de pie plano y otros factores como puede ser la obesidad.
De este modo, lo más recomendable para el tratamiento en casos en los que no exista dolor sería la estimulación del desarrollo de la musculatura del pie mediante diversos ejercicios o actividades como los mostrados a continuación:
- Andar descalzo, lo cual fortalece los ligamentos y músculos del pie.
- Movimientos de extensión de los dedos en cualquier posición y llegando hasta lo máximo posible expandiendo uno tras otro y tratando de no tocar el resto de dedos. Esta posición se mantendrá durante unos diez segundos y se alternará con ambos pies realizando esta actividad varias veces al día, dependiendo del grado de afectación.
- Caminar por terrenos como la arena de la playa que permite ejercitar los músculos.
- Evitar calzados muy rígidos y zapatos de arco alto o tacón, ya que pueden atrofiar la forma del pie.
- Realizar ejercicios señalando con los dedos hacia distintos objetos y manteniendo esta posición durante al menos cinco segundos. Intercalar con ambos pies.
En el caso de que sí existan síntomas y dependiendo de estos, algunas de las opciones terapéuticas para tratar los pies planos podrían ser la modificación de la actividad física o incluso el abandono temporal evitando permanecer de pie, caminar o correr durante periodos prolongados (lo cual es la causa principal del aumento del dolor), visitar a un fisioterapeuta que, mediante algunos ejercicios, puede proporcionar alivio en algunos casos, cambio del tipo de calzado e incorporación de soportes para la estructura del pie e incluso medicación con analgésicos del tipo antiinflamatorios no esteroideos (AINES) como es Ibuprofeno, que permitirá reducir el dolor en aquellos casos más avanzados, teniendo en cuenta que el tratamiento dependerá siempre de cuál sea la causa del pie plano.
Así mismo, otro tipo de tratamiento es el tratamiento quirúrgico, el cual está considerado un tratamiento excepcional, no realizándose antes de los nueve o diez años de edad y llevándose a cabo sobre todo en adultos con un mayor grado de pie plano y síntomas más intensos debido a que pueden surgir complicaciones como infecciones, pérdida de movimiento, deformidad, dificultad para la consolidación de los huesos etc.
Finalmente, es necesario tener en cuenta que en la mayor parte de los casos la presencia de esta afección no es previsible, pero sí ayuda el uso de zapatos adecuados para prevenir las deformaciones futuras. Recordar que será siempre necesario consultar con un profesional médico en el caso de que el dolor sea persistente, invalidante o se extienda a las extremidades inferiores.