Cómo aprender a dibujar
Aprender a dibujar es algo que, más allá del talento natural de cada uno, se puede conseguir a base de aprender una serie de técnicas que sobre todo necesitan conjuntarse con una gran afición al dibujo y una dedicación constante a una pasión que da grandes satisfacciones, ya sea por el hecho de desarrollar un pasatiempo o para acometer una carrera profesional.
Evidentemente, puedes tomar clases tanto particulares como en centros o academias de arte, pero antes de eso, te puedes plantear aplicar tus aptitudes y gusto por el dibujo a adquirir las nociones suficientes para que te desenvuelvas con soltura y dibujes con calidad a la vez que disfrutas de tu gusto por esta disciplina.
A continuación, te damos las claves para que sepas cómo aprender a dibujar. El resto es práctica por tu parte, lo que estamos seguros que estás deseando de hacer.
¿Que necesitas para aprender a dibujar?
- Lápices, bolígrafos, plumas, rotuladores
- Papel y cuadernos de dibujo
- Carboncillos
- Gomas de borrar
Instrucciones para aprender a dibujar
- Dibuja abocetando lo que ves. Debes empezar por el principio, es decir, dibuja lo que ves, pero en forma de boceto, practicando a trazar sobre el papel lo que tienes como modelo, pero de forma superficial, es decir, un boceto que es un proyecto de dibujo. No importa que no te salga bien en un principio, que te equivoques al dibujar una nariz o unos ojos. Aprenderás a hacerlo bien, puedes estar seguro.
- Documéntate. Hoy en día la enseñanza en internete, a través de videotutoriales, en particular, está muy desarrollada y puedes encontrar algunos especialmente buenos. Es muy recomendable que los uses y practiques el dibujo a la vez, pues aprenderás viendo lo que tienes que hacer. De igual manera, usa las bibliotecas públicas, donde encontrarás manuales de referencia que te serán de gran ayuda.
- Practica con diferentes estilos, técnicas y equipos. Aunque se te dé muy bien el dibujo de forma natural, es importante, porque te enseñará muchas cosas, que practiques con distintos estilos de dibujo, variando respecto al que acostumbras desde tus inicios. Un estilo puede ser en espiral, pero otros son con texturas y en otros primarás el tono sobre las líneas, pasando del lápiz a la tinta, de las líneas a las sombras, experimentando con tus capacidades para que te adentres en otros terrenos del dibujo.
- Delinea los grandes bultos. Antes de entrar a dibujar los detalles de tu boceto, por ejemplo, un rostro, plasma con líneas finas lo que son los bultos grandes, como podrían ser, en primer lugar la cabeza con un gran óvalo, y luego las zonas de los ojos, boca y nariz. Así lograrás que esas zonas estén proporcionados y no te salgan muy grandes los ojos o la boca, al poner cada zona en relación con el resto de elementos del dibujo.
- Sombreando. Un ejercicio amplio y de gran importancia es la del sombreado de la figura. Identifica qué parte es la que recibe la luz y cual es la que queda en la sombra, sea en mayor o menor grado. Crea la sombra a base de rayado o punteado, o rejilla, suavizando u oscureciendo de acuerdo a si es una zona de transición o no, incluso dejando en la sombra huecos sin oscurecer para resaltar puntos en los que sí incide la luz. La sombra es la que da tridimensionalidad y realismo al dibujo.
- Los lápices. El lápiz es la herramienta básica del dibujante, aunque luego tiene a su disposición toda una panoplia de útiles de dibujo: carboncillos, plumas, ceras, lápices de colores, rotuladores… Pero el primero es el lápiz. En general hay dos tipos: el H y el B. El H traza líneas finas y agudas en tono oscuro. Cuanto más alto sea el número del lápiz, más agudo será su trazo. Así, el 2H es más fino que el H, y el 6H es mucho más oscuro, y se suele usar en dibujos técnicos de arquitectura.
Si quieres aprender a dibujar a lápiz aquí te dejamos este artículo. - El lápiz B. El lapicero HB tiene características medias. Traza líneas finas y sirve para dar algo de sombra. El lápiz B es más suave que el HB y va creciendo en suavidad a medida que su número es más alto. Por ejemplo, el 2B es oscuro, suave y fácil de borrar, pero el 4B lo es más, hasta el punto de que es fácil de borrar incluso con el dedo, lo que, haciéndolo con cuidado, te servirá para sombrear la parte que quieras del dibujo. Si subes el número del lápiz B, son lápices suaves pero muy oscuros que se parecen al carboncillo.
- Dibujo realista. El dibujo realista, tal como su propio nombre indica, es el que busca ser lo más cercano a la realidad. Lo opuesto es el dibujo abstracto, el cual no puede estar más lejos de la realidad en su resultado. Normalmente, querrás aprender a hacer dibujo realista, pero te preguntarás: ¿Cómo lo consigo? La mejor manera es tener el modelo delante, lo que se dice dibujar del natural. Y si tienes buena memoria visual te será una gran ayuda para dibujar a partir de ese recuerdo. Las proporciones son muy importantes, y aquí la geometría será importante: si tienes a un amigo que posa para que le dibujes, tienes que calcular, por ejemplo, que la cabeza es siete veces menor que el cuerpo o tener claro el tipo de ángulo que hace su brazo al doblar el codo. También te será una gran ayuda dibujar en primer lugar una cuadrícula, para guiarte a la hora de dar proporción al dibujo.
- Fotos y muñecos. Puedes usar muñecos articulados -típicos para aprender a dibujar- que pondrás en diversas posturas como modelos a dibujar. Y también puedes situarte frente a un espejo para ver las posturas o gestos de tu rostro o de tu cuerpo y ser tú mismo tu modelo. E igualmente, usa una fotografía -hecha por ti o de un libro, internet…-, de un rostro, de un animal, de un paisaje, para dibujarlo. Un buen ejercicio es que mires durante treinta segundos la foto sin apartar la vista, y luego des vuelta a la foto para comenzar a trazarla de memoria, procurando no mirarla.
Consejos para aprender a dibujar
- La práctica continuada es la base del logro, y por eso es necesario que programes una disciplina a ser posible diaria de dibujar. De esa manera en pocas semanas podrás ver resultados, todavía mínimos, pero suficientes para comprobar que el trabajo te da resultados. Además, al crear un hábito, no tendrás pereza de abordar ese momento diario y, al revés, lo esperarás con ilusión ya que el ejercicio en sí mismo es muy gratificante.
- No te desanimes si crees que no avanzas lo suficientemente rápido, ni te obsesiones con la perfección, dado que la conseguirás tras el esfuerzo, la práctica y la combinación de tus habilidades con tu creatividad. Es un proceso, no un fin en sí mismo.