Cómo decorar un jardín
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Es complicado saber decorar bien tu jardín y sobre todo saber sacarlo adelante, pues necesita mucha dedicación a la hora de mantenerlo. También es necesario tener buen gusto o dejarse aconsejar por otros, o incluso ver modelos en webs, para hacerse una idea, y en base a ello tratar de plasmar la personalidad familiar, para que quede impresa en cada rincón. Es importante, darle una funcionalidad y un sentido, por ejemplo si se quiere crear una zona para organizar fiestas o reuniones, si se prefiere tener árboles frutales o plantas medicinales, o quizá que se convierta en una zona de relajación. Lo fundamental es sacarle partido, que cada zona este siempre atendida, y se haga uso de ella..
Cuatro propuestas de jardín:
Jardín moderno con colores otoñales.
En el lado izquierdo del jardín, sobre una laminada estructura de madera en tono marrón muy claro, con una altura de unos diez centímetros de grosor, formando una especia de escalón, con respecto al nivel del suelo, se colocaría, una mesa de estilo moderno, larga y rectangular, para unas seis personas, hecha en resina en este caso entrelazada y trenzada, en tono marrón oscuro, para que destaque con el tono de la estructura sobre la que se sostiene. Tanto las sillas que también son seis, y la mesa, están fabricadas de aluminio, aportándoles fuerza y resistencia, capaces de soportar grandes pesos. El material del que están recubiertas aguanta las grandes lluvias, y las épocas más frías de heladas, por lo que son muebles que aseguran su perdurabilidad en el tiempo. La mesa está cubierta por un cristal de su mismo tamaño, y las sillas tienen una especie de cojín cuadrado en la zona del asiento, de color blanco.
Cerca de la mesa y las sillas, iría colocada una sombrilla, con un soporte lateral que la sostiene y que se puede flexionar, y adaptar, cuenta con cuatro ruedas, por lo que se puede desplazar fácilmente, hacia cualquier parte del jardín. La estructura superior es de material impermeable, por lo que no se moja y es muy útil si se quiere estar sentado en una de las sillas, a pesar de que este lloviendo. Está hecha de acero y es en color beige.
Detrás a modo de paisaje, se podrían colocar en dos esquinas, dos montículos recubiertos también con láminas de madera, y por supuesto la tierra adecuada, dos Aacer palmatum, esta especie no es habitual verla pero tiene un rojo claro espectacular, y sus hojas son grandes y puntiagudas y su tronco es fino. Entre medias se podía colocar un macetero alargado, lleno de Romero, Eucalipto y Laurel.
Delante de esta zona dedicada a las comidas, cenas y desayunos, aparecería una zona verde, cubierta por hierba natural, con un pequeño camino dibujado teniendo en un lado, una mecedora con capacidad para cuatro personas, hecha de madera en tono marrón medio, con una amplia almohadilla en la zona del asiento y tres cojines, todos en color blanco. Esta zona estaría dedicada al relax, ya sea para leer un libro o incluso trabajar con un portátil.
Más adelante habría una piscina con forma rectangular, rodeada de una estructura de parqué laminado bastante extenso, sobre el que irían cuatro tumbonas. La piscina contaría con un acceso a su interior con una escalera de aluminio que llegue hasta el fondo. Todo el interior estaría recubierto de baldosas en tono azula agua marina, para que una vez se llene ese sea el color que se vea. En las cuatro esquinas de la piscina, irían unas macetas de barro con lavanda en las tres tonalidades que existen, que son la rosada, la violeta y la blanquecina.
Jardín rústico y aromático.
Un jardín en el que prima lo rústico de antaño, en que se da de lado la hierba, y todo el terreno, se deja con cantos, que pueden ser prefabricados, que tengan un tamaño similar, en color blanquecino y diferentes marrones. Con esto se crea un ambiente de campestre.
En una parte del jardín se puede colocar una caseta con un tamaño medio, en madera de haya con zonas algo desgastadas. Toda ella estaría hecha de cristal, para que en todo momento se pueda observar lo que hay alrededor, y que permita entrar la luz, pero que a la vez sea un lugar recogido que simule una habitación de cualquier casa, donde se pueda resguardar del frío. El tejado de la caseta tendría forma rectangular y tendría un soporte de tejas de aluminio en color blanco. Dentro se podrían colocar un sofá de cuatro plazas con muchos cojines y un par de asientos de bimbre que simularan a las tumbonas, con un colchón fino sobre ellas. También se puede colocar alguna pantalla plana para ver películas, acompañado de algún soporte en el que se pueda reproducir música. Es importante rescatar un pequeño baúl, el cual se puede comprar en exposiciones de muebles antiguos o de algún familiar, del que se haya heredado, en él se guardarían mantas incluso alguna colcha, por si se quiere dormir.
Esta estancia tiene muchas funcionalidades, y permite estar fuera de la casa, pero de manera resguardada.
Toda la caseta estaría rodeada de plantas, maceteros de piedra en tono blanco, con Gerberas, Begonias, Petunias y Margaritas, en tonos amarillos, azules y rosas. Una mezcla de colores llamativa, pero a la vez cálida y relajante a la vista.
En frente de la caseta, aparecerían un almendro y un cerezo, cuyas flores en tonos blancos y rosa pálido, siguen generando un ambiente acogedor, además de que aportan frutos, muy ricos que se pueden comer directamente del árbol, en la estación en la que se produzca su nacimiento.
Un detalle decorativo en el jardín, sería el carro con plantas en este caso, con propiedades medicinales y que desprendan un agradable aroma, al pasar por su lado, cómo podría ser la manzanilla, la menta, la hierbabuena y un tilo.
Y al final del jardín, para organizar fiestas o reuniones familiares, una zona con una barbacoa de piedra, junto a una estructura que mezcla de nuevo la piedra y el hormigón, que dejaría visibles los pedazos de distintas rocas. Las sillas desaparecerían y se colocarían dos bancos de piedra, y una gran mesa entre ellos. Todo el conjunto simula un cenados con estilo rural, donde las estructuras, son algo más sobrias, pero sobre todo resistentes a cualquier tipo de clima.
Jardín con toques marineros.
Este tipo de jardín, se suele encontrar en aquellas casas que quedan en ciudades dónde hay mar. El estilo está orientado hacia el mundo marinero. Es por ello, que la casa tiene un cenador hecho en material de ratán, en un color café, pero cuyas almohadillas tanto en el asiento como en la zona del respaldo, aparece dibujadas unas cinco o seis bandas que alternan el azul con el blanco Las sillas, que más bien son sillones, están cubiertas por el material de ratán, llegando prácticamente a tocar el piso. La mesa es bajera, y con forma cuadrada pero no tiene patas. Todo ello queda situado bajo una pérgola de acero, en color negro, con unas vigas que hacen de soporte superior, y que se sostienen sobre cuatro patas cuadradas y gruesas, que tienen hiedra que las cubren, en forma de zigzag. También cuentan con unas cortinas en tono beige, que se utilizar para crear un ambiente acogedor, o en aquellos días en los que haya viento.
El suelo estaría todo cubierto por hierba natural y acompañado por múltiples maceteros de piedra, con flores cuyo crecimiento sea el idóneo para que puedan crecer y desarrollarse en un ambiente de mar, con mucha humedad. Por lo que las flores principales serían, los Hibiscos, Lantanas y los Jazmines, todos ellos en colores vivos, como son los rojos, naranjas, rosas y amarillos.
Los muros que dan al exterior de la casa, tendrían buganvilla, que descenderían por los muros con su caída y aportarían un tono vistoso, gracias a sus pétalos rosáceos.
La piscina nunca puede faltar, sobre todo para aquellos días en los que el mar está algo bravo, y las banderas prohíben el baño, siempre se puede tener como segunda opción una piscina propia. En este caso, ovalada, recubierta en su interior por azulejos en tono azul claro, y con dos escaleras que permitieran el acceso a ella, hechas de aluminio. En frente dos o tres tumbonas de madera y con una fina tela de lino, en los mismos colores del ambiente marinero. Al lado una pequeña mesa hecha de madera, y una sombrilla amplia, con ruedas. Además de dos palmeras, que recuerden al mar.
El jardín también tendría su cochera, una especie de garaje, pero sin estar cerrado completamente. Estaría formado por seis vigas de hormigón ejerciendo de patas y soporte, junto con otras seis vigas arriba, que quedarían solapadas por tejas de aluminio, que permitirían que el coche no se mojara, y por otra parte, no haría falta buscar aparcamiento, pues se tendría en el propio jardín de la casa.
Jardín con toques asiáticos.
Este jardín mezcla el estilo minimalista con el estilo asiático. Nada más entrar a la casa en la parte derecha, se colocaría un estanque bastante amplio, hecho todo alrededor de piedra, y rodeado por una cadena de losas de pizarra. En el interior del estanque aparecen nenúfares, y algunos peces. A modo de decoración aparecen naciendo desde el suelo, Bambú, en gran cantidad por ambos lados del estanque, y dos maceteros de barro con Bonsáis, y otros dos con Narcisos enanos. Sobre una de las baldosas se colocaría una tortuga de cerámica, y un par de sapos.
El jardín se dividiría en tres zonas, en lo que a suelo se refiere:
Primera zona:
Llena de losas de caucho, en tono verde, simularían el césped. Esa zona sería la de las comidas, ya que contaría con seis sillas y una mesa hechas de madera y pintadas en negro, la mesa cubierta con un cristal, teniendo en su centro un florero lleno de Tulipanes amarillos, que harían un buen contraste con el color oscuro de los muebles. Esta zona se utilizaría para desayunar en los días que haga buen tiempo, para tomar un café con amigos, o para organizar alguna reunión familiar.
Segunda zona:
Hecha de madera laminada, y contaría con una caseta hecha de madera de roble, y que tendría forma de pentágono, por lo que de la mitad para arriba sería cristal, permitiendo así una vez dentro observar el entorno. En su interior aparecería un jacuzzi, convirtiéndose en un lugar de descanso para darse un baño con masaje y burbujas, un capricho que no muchos se pueden permitir, pero que hoy en día está al alcance de muchos bolsillos.
La tercera zona:
Aparecería inundada de cantos de tres colores, que dibujarían una especia de líneas curvas. La primera sería en blanco, la segunda en marrón y la tercera en negro. De la línea marrón nacería un cerezo. Y a los lados tendría tres macetas con azaleas y un pequeño carro de piedra, con una rueda adelante y dos detrás, lleno de enebro.