Cómo memorizar
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¿Te ha pasado alguna vez que intentas recordar algunos datos que te han mencionado o un número de teléfono y no lo consigues? ¿Te cuesta recordar lo que leíste la noche anterior para realizar un examen?
Es realmente importante poder retener información, no sólo a la hora de poder recordar un número sino en la vida en general, si no, andaríamos por el mundo siendo completamente incultos y con muchos problemas por no acordarnos de ciertos detalles.
Hay muchas personas que no gozan de una gran memoria, pero esto no es del todo un problema, porque por suerte la memoria puede trabajarse y ejercitarse, por eso vamos a enseñarte cómo memorizar.
Existen muchas formas de entrenar la memoria, pero también dependerá del tipo de alumno que seas y además debes el escoger el método que mejor vaya contigo.
Memoria auditiva
Una de las memorias que puedes desarrollar es la relacionada con la auditiva. En este caso hablamos de una persona que puede recordar detalles después de haberlas escuchado, tiene un vocabulario extenso y bien desarrolladas, fuertes habilidades del lenguaje, por ejemplo, le resulta fácil el aprendizaje de nuevos idiomas, sobre todo si los oye. Por otro lado, se le da bien las charlas y mantiene conversaciones entretenidas, además de que se le da muy bien la música, pudiendo diferenciar notas, ritmos, acordes, etc.
Si eres de este tipo de personas, entonces, hay un método que te puede servir muy bien para estudiar o recordar cosas, se llama memorizar por asociación. En este caso recordarás asociando un tema a algo que te resulte fácil de recodar, interesante, divertido, placentero, etc. Ni siquiera hace falta que te parezca lógico, sólo que te lleve a lo que habías memorizado.
Por ejemplo, algunas personas estudian con la televisión puesta, y cuando les preguntan un tema enseguida se acuerdan de lo que estaban echando en la tele y de ahí recuerda lo que justamente estaba leyendo.
Otra forma de recordar es a través de acrónimos, es decir, formando una palabra con las primeras letras de lo que vayamos a recordar, por ejemplo el nombre de hormonas, o cuando se trata de listas de nombres, por ejemplo de países.
También, podrías inventarte una historia ficticia que ocurra entre diversos nombres o personas que debas recordar.
Por otro lado, puedes hacer un dibujo representativo de lo que te vayas a estudiar, por ejemplo de una definición colocando alrededor palabras claves y cortas, como verbos, nombres, etc.
Ya que tu punto fuerte es recordar lo que escuchas, cuando tengas que memorizar un texto es importante que lo leas en alto. Da una primera lectura a todo el texto, y después ve leyendo párrafo por párrafo o idea por idea. Lee en alto esa idea y luego trata de decirlo todo sin leer. A continuación vuelve a leer esta primera idea o párrafo y lee el siguiente. Repite el paso de decir lo que has leído sin mirar el papel. Y así sucesivamente, añadiendo párrafos o ideas poco a poco. Si en alguno de los pasos no recuerdas alguna parte vuelve a ese punto a leer y reforzarlo.
Es importante que no trates de memorizar mucho en poco tiempo y todo seguido. Entre puntos clave tómate algún descanso mientras puedas descansar la mente y relajarte haciendo algo que te guste, por ejemplo, hablar con alguien, salir a caminar, jugar con el perro, etc.
Después de cada descanso intenta contar todo lo que habías memorizado anteriormente. Si lo recuerdas es muy probable que ya te haya quedado bien memorizado. En cambio, si no consistes recordarlo todo vuelve a trabajar la parte que olvidaste volviéndola a leer en alto y repitiendo.
Otro truco es que mientras estés leyendo en alto o comprobando que has memorizado el texto puedes ir moviéndote y caminando por la estancia, así te resultará más fácil memorizar.
Personas visuales
Por otro lado hay personas que son más visuales, es decir, que recuerdan sin problema aquellos carteles, textos o imágenes que ven.
Para estudiar o recordar ciertas cosas, será preciso que estés en un entorno donde te puedas concentrar y no te distraigas.
Para ti, la clave para memorizar se situará en las tarjetas, fichas y en los colores.
Si debes estudiar un texto extenso puedes subrayar las partes más importantes con colores. De forma que cada idea esté subrayada con un color distinto. Lee el texto y después para comprobar que lo has memorizado, coge una hoja en blanco y escribe los textos. Después compáralos y verifica si lo has aprendido.
Si tienes que estudiar números y datos, quizás te resulte más cómodo realizar tarjetas con estadísticas, análisis, y datos números en dibujos que te resulte fácil visualizar y relacionar.
Puedes ayudarte de post-its o tarjetas y colocarlas en lugares que veas fácilmente y de forma continuada, por ejemplo en la nevera o en alguna puerta, de forma que cada vez que vayas a abrirla leas lo que hay en él escrito.
También de cada idea que hayas subrayado puedes destacar las palabras claves de ese texto, de forma que después te resulte más fácil recordar el contexto.
También es bueno que camines o te muevas por la estancia donde estés de forma que ambos hemisferios del cerebro trabajen y memorizar resulte más sencillo.
El lector
Por otro lado también está la persona que recuerda sin problemas lo que lee. Esta técnica suele ser desarrolla desde pequeños, a través de las técnicas de estudio en las que nos hacían leer una y otra vez los textos y temarios.
Si eres bueno recordando lo que lees entonces, la clave reside en leer una y otra vez los documentos o textos que necesites recordar.
Puedes ayudarte de colores, para que a medida que vayas leyendo el texto, el cerebro relacione los colores y a la hora de escribir puedas recordar los textos por secciones.
Después de leer y releer coge una hoja en blanco y escribe lo que recuerdes. Puedes hacer preguntas y luego responderlas. Incluso podrías escribir con los colores con los que subrayaste, si así te ayuda a recordar. Después compara tus respuestas y si te ha faltado algún detalle vuelve a leer.
Después de estar leyendo por un tiempo toma un descanso, de forma que desconectes la cabeza, por ejemplo, yendo a caminar. Tomar varios descansos breves y de forma frecuente, de forma que saques el mejor partido a tu cerebro y su memoria.
Debes tener paciencia, cada uno memoriza a su ritmo, por lo que puede costarte más o menos que a otras personas, pero lo importante es que consigas hacerlo. Además es posible que ciertos textos te cuesten más que otros a la hora de memorizar, también depende de los gustos personales y la dedicación y la concentración del momento.
Si te sientes cansado o con falta de concentración puedes comer mientras estás estudiando o trabajando, esto estimula tu cerebro. Pero siempre algún alimento saludable y no graso, como frutas o yogures, pero no alimentos grasos. Además recuerda que las bebidas energéticas tienen efecto rebote, por lo que es mejor que bebas agua mientras estudias.
Con estos sencillos consejos te hemos enseñado cómo memorizar, de forma que ahora ya no olvidarás aquello que estás estudiando o que debes recordar por otros motivos, por ejemplo cuando vayas a hacer alguna presentación en el trabajo.
Seguro que este otro artículos también te será de utilidad. Cómo Mejorar la Memoria