Qué es lo bueno y qué es lo malo
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El mundo está lleno de significados de opuestos. Y, aunque es verdad que muchos afirman que los polos opuesto se atraen, esto solo es una realidad desde el punto de vista físico. La naturaleza nos deja ver que los opuestos suelen estar muy lejos uno del otro.
Algunos términos de oposición son alto y bajo, gordo y flaco, feo y bonito, blanco y negro, feliz y triste, divertido y aburrido, bueno y malo, etc.
No obstante, es significativo el hecho de que, por lo general, quien determina estas categorías es el mismo ser humano. De esta forma, se convierte en un esclavo de las reglas que ellos mismos se han encargado de establecer.
Tomando como ejemplo el caso de lo bueno y lo malo, podríamos afirmar que esto se trata de un asunto moral. Es decir, según el hombre, hay cosas que se consideran aceptables y otras no y, en la medida en que se incurra en lo malo, se obtendrán resultados negativos o poco favorables. Mientras que, si se apegan a lo bueno, podrán disfrutar de muchos beneficios.
Sin embargo, lo que en algún lugar puede ser bueno, en otro no está bien visto y, por lo tanto, no se le califica como tal. Por ejemplo, el aborto voluntario. Mientras que algunos países crean leyes que respaldan los derechos de la mujer de decidir sobre su propio cuerpo, existen otros en donde se les condena y se considera como un crimen penado por la ley del hombre y la de Dios.
En vista de esto, surge la pregunta: ¿Qué es lo bueno y qué es lo malo? Si quieres saber la respuesta, desde un punto de vista psicológico y filosófico, no puedes dejar de leer este interesante artículo, el cual te ayudará a esclarecer las ideas sobre el tema.
Instrucciones
¿Qué es lo bueno? ¿Qué es el bien? Estas son dos de las preguntas más importantes que puede plantearse el hombre. Esto se debe al hecho de que, dentro de sí, siempre ha tenido el deseo indomable de ser bueno y de hacer lo que se considera que está bien.
Por otra parte, el término bueno, también suele emplearse con otros significados. Por ejemplo, es habitual su uso en la jerga coloquial para señalar que alguien disfruta de un buen estado de salud. En otras palabras, se emplea como un sinónimo de la palabra “sano”.
Además, dependiendo del lugar en donde te encuentres, la palabra “bueno” puede utilizarse como una interjección. En este caso, su significado, básicamente, sería el mismo que el de “basta”.
En el ámbito de la filosofía sobresale el hecho de que lo bueno es considerado como tautológico y redundante, es decir, lo bueno es lo que está bien y, en consecuencia, lo malo es lo que está mal. De tal manera que podría decirse que lo bueno es aquello que no es malo. Al contrario, también sería cierto.
Se dice que todos gozamos de una especie de instinto, el cual nos ayuda a identificar y diferenciar el bien. Sin embargo, en la práctica no es tan sencillo como pudiera parecer. Si es permisivo o no hacer cierta cosa no siempre supone una respuesta automática. En ocasiones, requiere de un estudio largo y arduo.
Pese a ello, como es tan importante acertar en la elección que se haga, no basta con solo estudiar, también es necesario llegar a una conclusión que se apoye en argumentos que sean sólidos y, por consiguiente, irrefutables.
De esta necesidad surge la Ética, la cual se encarga de investigar lo que es bueno hacer. De modo que, al hacerlo, sea posible alcanzar la perfección humana y la satisfacción en lo más profundo del corazón, que no es otra cosa que la felicidad.
Otro problema que surge es que, aunque todos o la gran mayoría coincidimos en que debemos hacer lo bueno, no siempre logramos estar de acuerdo sobre lo que es bueno. En ocasiones, lo que a nuestros ojos está bien, para otros es inaceptable y hasta monstruoso, como es el caso de la homosexualidad o el aborto voluntario.
Lo malo
Esta palabra es de origen latino y significa “no bueno”. La maldad es definida como todo aquello que no posee buenas cualidades o bondad. También podría decirse que lo malo es todo aquello que va en contra de las normas, de los valores o de lo que se considera como correcto.
Además de esto, puede referirse a algo que se encuentra en mal estado o que puede afectar nuestra salud. También hace alusión a una persona que no tiene una buena actitud o les gusta hacer daño, sea porque es mala por naturaleza o porque les parece divertido. Tal es el caso del famoso Bullying o acoso escolar, en donde los jóvenes disfrutan de atacar, física o emocionalmente, a sus contemporáneos.
Otra manera de emplear este adjetivo es para referirse a algo que está dañado, que no funciona o es de mala calidad, como algunas cosas o frutas y verduras descompuestas que no son recomendables consumir porque podrían ser perjudiciales para la salud.
En resumen, podemos decir que el significado de la palabra “malo” dependerá del contexto en el que la utilicemos. Pero también, guarda relación con los valores personales, las vivencias que se tengan y las opiniones establecidas. Lo que quiere decir que se trata de un término subjetivo que no es fácil de definir, ya que está sujeto a muchos factores individualistas.
Lo que sí hay que tener en claro que, sin importar cómo sean nuestras acciones, buenas o malas, traerán consecuencias que pueden ser temporales, pero también permanentes. Por eso, es necesario conocer cuáles son a fin de cultivar la actitud correcta.
Que Necesitas
Por naturaleza, las buenas acciones siempre son recompensadas. Algunas de las ventajas de hacer lo bueno son las siguientes:
- Experimentar un agradable sentimiento de gratificación y bienestar a nivel personal.
- Ser más sociable.
- Cultivar más amistades verdaderas y duraderas.
- Recibir devuelta el bien que hemos hecho a otros.
- Proporcionar un mayor bienestar a nivel físico, mental y emocional.
- Mejorar la personalidad y el carácter.
- Reforzar el sistema inmunológico.
- Ser más valorados, queridos y apreciados por los demás.
- Se incrementa nuestra autoestima, así como muestro sentimiento de competencia.
- Contribuye a la felicidad.
- Nos convierte en mejores personas.
- Nos libra de las consecuencias de hacer lo malo.
- Proporciona una buena reputación.
- Da confiabilidad y seguridad, etc.
Por supuesto, como es natural, existe la otra cara de la moneda. Algunas de las desventajas de hacer lo malo son las siguientes:
- Contraer enfermedades de transmisión sexual.
- Ganarse de la desconfianza de la gente.
- Una conciencia sucia o perturbada.
- Tener una mala reputación.
- No contar con amigos suficientes.
- Ser multado o penalizado de otras formas por la ley.
- El rechazo de quienes están a tu alrededor.
- No poder conciliar el sueño.
- Sentimientos de frustración, arrepentimiento e impotencia.
- Recibir el mal que se ha causado.
- Molestia y descontento consigo mismo, etc.
En pocas palabras, podemos decir que toda acción trae consecuencias, las cuales pueden ser buenas o malas. Es decir, cosechamos aquello que hemos sembrado. Estar consientes de este hecho hará que pensemos dos veces antes de actuar.
No haríamos algo por la simple razón de que todo el mundo lo hace. Más bien, automatizaremos nuestras acciones tomando en cuenta si están permitidas o no, si son bien vistas por los demás o si afectará de alguna manera a los que nos rodean. Ya que muchas de nuestras acciones no solo nos afectan a nosotros, sino también a los demás.
Si bien es cierto que durante mucho tiempo pudimos estar llevando un mal proceder, esto no quiere decir que la situación no pueda revertirse. Desde el día de hoy, si te lo propones, puedes tomar las decisiones que sean más convenientes.
Es muy fácil, mientras estés más dispuesto a dar lo mejor de ti, entonces más resultados positivos obtendrás. Lo contrario también es cierto, si actúas mal, te irá mal en la vida, ya que solo podemos recibir lo que hemos dado.
Pero, ¿qué pasa si no saber por dónde empezar el cambio? ¿Qué tienes que hacer para comenzar a tomar buenas decisiones? Aunque no se trata de una guía moral, los siguientes consejos pueden serte de mucha ayuda.
Consejos
Tomar buenas decisiones y hacer lo bueno forman parte de los aprendizajes más importantes y más difíciles del ser humano. De ahí la razón por la cual debes contar con una metodología que te permita hacer una selección que sea rápida y eficiente.
Si bien es cierto que todos los días nos enfrentamos a la toma de decisiones, unas son más complejas que otras. Por eso, antes de dar el siguiente paso, lo mejor que puedes hacer es lo siguiente:
- Piensa en la decisión que tomarás o en lo que harás. Hazlo sin distracciones ni falsas expectativas.
- Analiza las ventajas y las desventajas que trae cada una de las acciones, ya sea que vayas a hacer lo bueno o lo malo. Piensa: ¿Qué pasaría si lo hago? ¿Y si no lo hago? A la hora de plantearte estas interrogantes, no te dejes llevar por el miedo, por ideas preconcebidas o por lo que otros esperan que hagas. Sé realista y objetivo.
- Identifica cuáles son las consecuencias que estás dispuesto a asumir. Conocer los riesgos que puedes tolerar, así como los beneficios que más te gustan puede ser un factor determinante a la hora de hacer lo que está bien o lo que está mal. Además, mostrar empatía y pensar en los sentimientos de los demás te ayudará a no tomar decisiones buscando solo tu propia conveniencia, sino también el bienestar de otros.
- Actúa. Puesto que ya sabes qué es lo que estás dispuesto a tolerar, estás al tanto de cuál sería la mejor manera de actuar. Por consiguiente, no te queda más que hacerlo, ya que, aun si no haces nada, también es una acción que traerá consecuencias.
Cada quien decide qué hará con su vida. Sin embargo, no es el responsable de establecer lo bueno o lo malo, pues no puede hacerlo de forma objetiva. Más bien, de lo que sí es responsable es de la elección que se hará, ya que estás en la libertad de decidir entre esas dos opciones: lo bueno y lo malo.
Si bien es cierto que vivir de acuerdo con los parámetros que otros han establecido no suele ser cómodo o agradable. Las normas, se han creado para nuestra propia protección. Un mundo en donde cada quien haga lo que le parece mejor, sin temor a ser reprendido de alguna manera, sería un verdadero desastre, una total anarquía.
Por eso, se han ideado leyes, las cuales se encargan de regular la conducta humana y nos permiten gozar de ciertos beneficios, en caso de cumplir con ellas o aplicarlas.
No siempre será fácil hacer lo bueno o dejar de hacer lo malo, ya que siempre habrá quien opine de forma diferente. No obstante, no se trata de complacer a la gente. Más bien, tiene que ver con actuar en conformidad con la ética, la moral, los valores, las buenas costumbres, etc.
Pese a que no sea una decisión fácil, puedes tener la certeza de que, si haces lo bueno, de una u otra forma, obtendrás grandes beneficios, aun si nadie se da por enterado. Gozarás de la satisfacción de saber que hiciste lo correcto y no tendrás que lidiar con las voces de la conciencia acusándote a diestra y siniestra.