8 Razones para no Comprar un Cangrejo Ermitaño

Últimamente se ha puesto de moda tener todo tipo de animales como mascotas, uno de ellos es el cangrejo ermitaño. Hay zonas donde se compran y cuidan en casa más que en otras. Por ejemplo, en Estados Unidos (sobretodo Ámerica Latina), en Ecuador, Indias occidentales…

Al ser pequeño y vivir en una pecera o en un recipiente pequeño en las casas, no supone mucho esfuerzo cuidarlo. Por eso, se ha extendido su compra. Sobretodo lo compran las personas que no quieren tener que sacar a pasear a sus mascotas. O las que no tienen tiempo de dar muchos cuidados, pero aún así quieren la compañía de un animal en sus vidas.

Todo esto está muy bien, pero hay que tener muchas variables en cuenta antes de comprar un cangrejo ermitaño. Parece muy bonito y fácil tener uno y vivir con él. Pero, ¿sabemos que hay detrás de tener como mascota a este pequeño animal?

En este artículo te contamos 8 razones que evitarán que tengas como animal de compañía un cangrejo ermitaño. Pero antes, ¿sabes realmente a qué nos referimos cuando hablamos de los cangrejos ermitaños?

8 Razones para no Comprar un Cangrejo Ermitaño

¿Qué es un cangrejo ermitaño?

El cangrejo ermitaño caribeño, también se conoce como cangrejo atlántico del oeste. Otros nombres con los que se le llama son: cangrejo soldado, cangrejo arbustivo… Es un animal que vive en zona de tierra. Se suele comercializar sobretodo en Estados Unidos como mascota. Puede vivir hasta 30 años, lo que le hace ideal de cara a la vida con las personas.

Son animales omnívoros (o sea, que comen de todo). Suelen vivir en zonas húmedas, alrededor del 70 o 78% de humedad. Y la temperatura en la que suelen vivir es sobre los 24 ºC. Su color suele ir desde el marrón oscuro o burdeos hasta el rojo claro. Estos animales se sirven de las conchas de los demás para proteger su delicado cuerpo. A medida que crecen, dejan atrás las conchas que usaban en busca de otras más grandes.

8 Razones para NO comprar un cangrejo ermitaño

Como hemos comentado, tener este animal como mascota puede resultar bastante atractivo. Es bastante fácil cuidarlos y mantenerlos. Además, puedes interactuar con ellos y sacarlos de su caja o casita para jugar con ellos. Pero, dejando todo esto a un lado, la mayoría de las personas no se preocupan en saber cuáles son las consecuencias de comprar un cangrejo ermitaño.

A continuación te contamos algunas razones que te harán replantearte comprar o no este animal:

Instrucciones

  1. Procedencia. Resulta bastante sencillo acercarnos a la primera tienda de animales y comprar esta pequeña mascota. Pero, la mayoría de las personas no se molestan en preguntar cómo han llegado estos animales a la tienda. A otras, las que sí preguntan, quizás les digan lo que quieren oír para no sentirse culpables. Pero, la realidad es que casi todos los cangrejos soldados que se comercializan no se han criado para su venta. Este animal no ofrece demasiada resistencia. Por este motivo, las personas y las tiendas de animales los capturan directamente de su hábitat natural. Una vez capturados, son vendidos de forma masiva a un alto precio. Las principales consecuencias de esto es que, al ser extraídos directamente de la naturaleza, no serán capaces de adaptarse a la vida que le ofrecen los humanos.
  2. Viven en colonias. Son animales bastante sociales. Nacen en medio de colonias y están acostumbrados a relacionarse con muchos otros cangrejos a lo largo de su vida. Son animales colaborativos. Esto es, se ayudan uno a los otros a buscar alimentos y escalar rocas. También están acostumbrados a dormir amontonados. Por eso, cuando uno de estos pequeños es capturado y vendido, no vive en las mismas condiciones a las que está acostumbrado. Lo que hace que su vida sea más triste que la que tendría si estuviera en libertad. Esto influye a que su calidad de vida empeore y que viva menos años.
  3. Tiempo de vida. Como hemos comentado anteriormente, este tipo de especie suele vivir alrededor de 30 años. Llegando a los 40 años en los casos más excepcionales. Se ha investigado y corroborado que, una vez sacan a estos cangrejos de sus playas y su hábitat natural, no duran más de tres años. Cuando viven en cautiverio, suelen vivir entre meses y un año. Llegando a los dos o tres años como mucho. Por eso, cada vez que alguien compra un cangrejo ermitaño lo que en realidad está haciendo es acabar con su vida mucho antes de lo que debería ser.
  4. Cambio de hábitat. Quizás, debido a la gran desinformación que tenemos las personas cuando compramos los animales de compañía, no nos demos cuenta de pequeños detalles. En el caso de los cangrejos ermitaños, a vista de los humanos, puede parecernos que actúan con normalidad. Pero la realidad es bien distinta. Estos pequeños animales tienen branquias en vez de pulmones aunque son animales terrestres. Esto es así porque viven en ambientes muy húmedos, y necesitan de branquias para respirar. Cuando una persona tiene en su casa a uno de estos cangrejos, no suele comprar un recipiente totalmente adecuado para su supervivencia. De esta forma, debido a la baja humedad a la que son sometidos, se van asfixiando poco a poco, hasta morir lentamente.
  5. Dieta. Los cangrejos ermitaños están acostumbrados a comer tipos concretos de alimentos. Por ejemplo, los pejerreyes, los camarones frescos, los gusanos rojos… Muchas personas no se molestan en conseguir estos alimentos específicos. Hay gente que directamente les dan las sobras de las comidan que han hecho. También puede ser que compren pienso general para crustáceos y se los den. Quizás no lo creáis, pero esto influye en su salud tanto como cualquier otro punto de esta lista. Poco a poco se irán deteriorando al no tener todos los nutrientes que necesitan para su supervivencia. Otro aspecto alimenticio es el agua. El agua del grifo puede resultar en ocasiones muy dañina para los cangrejos ermitaños. Tened en cuenta que ellos están acostumbrados al agua salada del mar.
  6. Las conchas. A medida que los cangrejos ermitaños van creciendo, necesitan de conchas más grandes para vivir. Esto hace que la venta de conchas también sea un negocio. Además, para que resulten más vistosas, en las tiendas tienden a pintarlas y decorarlas. Y, como suele ser normal, no tienen interés ninguno en averiguar si esta práctica afecta a los cangrejos. Y, efectivamente, las pinturas, los barnices y las decoraciones que utilizan resultan, por lo general, tóxicas para estos animales.
  7. Cangrejos silvestres. El comercio generalizado de esta especie influye en los cangrejos que aún son silvestres. Las personas que se dedican a recolectar cangrejos ermitaños no suelen tener mucho cuidado a la hora de hacerlo. Suelen destruir hogares y comunas sin ningún tipo de miramiento. Además, en relación con el punto anterior, las personas no solo recogen a los cangrejos, sino también sus conchas. El impacto que esto supone en la población de cangrejos salvajes es que se quedan sin hogar. Son llamados ermitaños porque utilizan las conchas vacías que encuentran en la playa para vivir. Si los humanos las recogen y se las llevan, les dejarán sin un lugar donde habitar. Todo esto contribuye a su desaparición.
  8. Cambio de piel. Estos cangrejos mudan la piel cada cierto tiempo, y lo hacen en unas condiciones específicas. El lugar que utilizan para cambiar la piel suele ser arena muy húmeda. Suelen hacerse un hueco en esta arena y utilizarlo de madriguera. Parece ser que este es un requisito de suma importancia. Ya que se ha comprobado que si no lo hacen así, no lo hacen. Esto significa que detendrán su proceso de cambio de piel. Si este proceso se detiene durante mucho tiempo, acabarán por morirse.

    Imagen de: http://www.scoopnest.com/
    Imagen de: http://www.scoopnest.com/

Como podéis ver, casi todas las prácticas que los humanos llevan a cabo con los cangrejos ermitaños van a parar con la muerte de éstos. Por eso es muy importante que la gente se informe antes de comprarlos como mascotas. Ya que muchas veces el no saber de dónde proceden ni cuáles son las consecuencias de que vivan entre nosotros, acabará por matarlos.

Es cierto que hay algunas personas que si se informan de su forma de vida e intentan imitar en todo lo posible estas condiciones. Incluso les llegan a proporcionar la humedad necesaria para su supervivencia. Pero, aún así, está comprobado que nunca durarán tanto como lo harían si vivieran en libertad.

Concienciar a todas las personas que podamos sobre este tema hará que se dejen de comprar. Si se deja de poner de moda tener un cangrejo ermitaño como mascota en las casas, reducirá su consumo. Lo que puede extrapolarse a que las tiendas de animales capturen menos. De esta forma, poco a poco, aportando cada uno nuestro granito de arena, podemos conseguir que no se extingan. Y, sobretodo, lo que es más importante, que no sufran ni se mueran prematuramente en las casas de las personas.

Esperamos que este artículo les haya hecho cambiar de opinión si estaban pensando comprar un cangrejo ermitaño para tenerlo de mascota. Y, además, esperamos que se pueda extender lo suficiente como para empezar a producir un cambio. Salvemos todos los cangrejos ermitaños que podamos.

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