Cómo escribir un poema
Contenido del Artículo
La poesía es una forma de creación artística cuyo origen se remonta a los primeros humanos, con la que han expresado sus emociones ante el mundo que les rodea y lo que sienten en sus propias vidas, ya sea el dolor, el amor, la felicidad y la alegría, la tristeza… La poesía siempre ha sido el vehículo para transmitir con palabras lo que en apariencia no se puede expresar.
A los poetas se les ha relacionado con las divinidades y con lo mágico, pero en realidad lo que hacen es canalizar su sensibilidad por caminos artísticos literarios, es decir, con el idioma y la palabra.
Un poema, como un cuadro o cualquier otra obra de arte, puede ser de diversas calidades, pero esto no quiere decir que cualquier persona no pueda escribir un buen poema, pues se basa en la capacidad de sentir propia y sobre quienes y lo que nos rodea, y sobre las reglas de la lengua, aunque sea para luego no respetarlas en exceso. A continuación te damos algunas pistas y nociones para que sepas cómo escribir un poema.
¿Que necesitas para escribir un poema?
- Un cuaderno
- Un lápiz, un bolígrafo
- Libros de poesía
- Un ordenador
Instrucciones para escribir un poema
- Encontrando la inspiración. La creencia general y así se habla de ella, es que la inspiracion llega, ocurre de repente, pero también se puede encontrar. Federico García Lorca dijo: “Soy poeta gracias a Dios y al esfuerzo”. Pero una cosa sí es básica, tu deseo y gusto por escribir un poema, a partir de una chispa que puede ser un sentimiento intenso, como un enamoramiento o una amistad grande, o una música que te parece increíble. Si asocias ese sentimiento a una palabra, como puede ser amor, lazos o música, ya has comenzado.
- Libera tu creatividad. Ahora puedes liberar tu creatividad por medio de leer las palabras que has escrito y dejar fluir la imaginación, a ver a qué escenas, paisajes o imágenes te lleva cada una de las palabras que has escrito. Intenta escribir una frase corta sobre cada imagen que te ha surgido relacionada con los sentimientos, sensaciones o emociones sobre las que quieres escribir.
- No tengas miedo a tus emociones. No reprimas lo que tu emoción te sugiere. Por ejemplo, tal vez quieres escribir sobre la impresión que te produce una canción especial, con un o una cantante de una voz particularmente intensa. A la hora de dejar libre tu imaginación para ver qué te sugiere, no pienses que es algo ñoño o poco relacionado con lo que quieres plasmar, sé sincero. La sinceridad es una cualidad que le da gran calidad a un poema porque libera la fuerza de lo que sientes, y eso es lo que quieres convertir en palabras.
- Las imágenes. La poesía usa mucho las descripciones y comparaciones: “Tu pelo es de oro, esmeraldas tus ojos”. Úsalas con libertad pero no de forma artificial, sino porque tú veas la afinidad entre la imagen que se te aparece y lo que comparas, porque si no podrías caer en lo ridículo o en lo falso.
- Lee y escucha poesía. Si te gusta escribir poesía, te gustará leerla, una cosa es indisoluble de la otra. Y lee toda la poesía que puedas. Aquí entramos en un universo amplísimo, pues la poesía, como todos los géneros literarios, contiene mil y un estilos, ejercidos en un momento u otro por otros tantos escritores, lo que complica un tanto decidir qué leer. Para eso sirven los clásicos, no en el sentido de autores antiguos, sino de los que forman parte de ese grupo de poetas y poetisas reconocidos por su calidad, ya sean los Siglo de Oro, como Góngora, Quevedo, Lope de Vega…, o los de la Generación del 27: Aleixandre (premio Nobel de 1977), Lorca, Alberti, Jorge Guillén… Y por otro lado, acude a recitales de poesía en tu barrio, localidad, en la biblioteca, en librerías… lo que te acostumbrará el oído al recitado del verso.
- Investiga. Además de la lectura, te será muy útil investigar y ahondar en la historia de la poesía, en las distintas corrientes y estilos que ha habido, los principales representantes de cada una de ellas, las formas y normas poéticas de cada momento histórico. Para ello, puedes consultar en las bibliotecas, bucear en internet, visitar con asiduidad las librerías… Seguramente lo más sencillo es que comiences por las décadas más recientes, pues ahora todavía puedes leer las nuevas obras de autores consagrados que comenzaron a escribir hace cuarenta o cincuenta años, en contextos literarios distintos.
- La métrica. La poesía, en una clasificación muy general, se divide entre la que sigue las normas de la métrica y la que no, la que se escribe en verso libre. Escribir en verso rimado te permite partir de una plantilla muy regulada de la que no te puedes salir, y así ya tienes un marco con el que puedes trabajar. Por ejemplo, la redondilla o cuarteta, que es una estrofa – o párrafo- de cuatro versos -o líneas- que riman así: abba, es decir, el primero con el último, y el segundo con el tercero. Es famoso el poema “La copa de las hadas”, de Rubén Darío, que comienza con una de ellas:“¿Fue en las islas de las rosas,
en el país de los sueños,
en donde hay niños risueños
y enjambre de mariposas?» - Consonante/asonante. Y también tienes que tener en cuenta si la rima es consonante o asonante, es decir si la rima de la última sílaba coincide en todas sus letras con las de la última sílaba del verso con el que se quiere rimar, o sólo lo hacen las vocales. Por su parte, el verso libre busca el ritmo en la entonación y la cadencia de los versos, sin rima final alguna.
Consejos para escribir un poema
- Después de escribir tu poema, deja que “descanse” un tiempo, ya sea unas horas o unos días, lo que te creas necesario. Después vuelve a leerlo, mejor en voz alta, para oír la sonoridad y el ritmo que tiene. No deben dolerte prendas en quitar un verso o una palabra concreta, o añadir un adjetivo o cambiar una metáfora. Un poema sólo se puede conformar con ser excelente, nunca mediocre.
- Es muy bueno para tu poema someterlo a la crítica. En primer lugar, la tuya propia. Pregúntate: Si alguien me diera este poema a leer, ¿me gustaría al leerlo en frío? Enseña tu poema a tus amigos, a los que les gusta la poesía y, sobre todo, a los que no. Léelo en alguna tertulia poética que pueda haber en tu entorno, publícalo en los blogs y páginas de internet para recabar su opinión. Unas críticas te dolerán y otras te halagarán. Escúchalas todas e intenta sacar una enseñanza de todas ellas.