La mostaza se le conoce desde hace siglos. Por algo en el Nuevo Testamento de la Biblia se la menciona “si tuvierais fe como un granito de mostaza”… y saltándome la parte teológica, de eso a la actualidad ya han pasado unos cuantos añitos.
El nombre de “mostaza” se aplica tanto a la planta como a la semilla y a la salsa hecha con las semillas. Hay diferentes variedades, la mostaza americana, de sabor más avinagrado y más líquida que las otras; la inglesa, que generalmente se vende en polvo y se mezcla con agua para hacer una pasta; la alemana, agridulce, oscura y azucarada; y la francesa, que puede ser de Dijon, fuerte y de color pálido, o de Meaux, también conocida como mostaza antigua.
La salsa de mostaza tiene un sabor intenso y se emplea para preparar otras salsas y acompañar alimentos como la carne de cerdo, de cordero, las salchichas, las hamburguesas y variedad de ensaladas. Además, un truco: una pizca sirve para realzar el sabor de los mariscos.
[instrucciones]
[necesitas]
[consejos]