Cómo limpiar las ventanas
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Limpiar las ventanas a menudo suele ser la pesadilla de quienes nos encargamos de las tareas del hogar y no son pocos los que recurren a profesionales para que les realicen este servicio. Esto es así porque, en principio, no es una tarea fácil. Pero esta afirmación no es cierta del todo. A menudo, en lo que más fallamos es en los materiales y productos que usamos y en la aplicación defectuosa de las técnicas que utilizamos.
A algunos nos desespera que las marcas de los chorros de producto nunca desaparezcan del todo si lo dejamos demasiado tiempo sobre el cristal. A otros, que queden restos del paño o papel que utilizamos para secar. También molesta, y mucho, limpiar las ventanas por fuera ya sea porque no llegamos a todos los rincones o porque tenemos que sacar el cristal de la ventana, con el peligro que ello conlleva.Y luego están aquellos que no se explican cómo pueden aparecer esas manchas circulares borrosas. Pues bien, en el siguiente artículos explicaremos cómo limpiar las ventanas de manera fácil obteniendo resultados impecables.
¿Que necesitas para limpiar las ventanas?
- Útiles de limpieza (paño, gamuza, papel o servilleta -que deje poco residuo-, paleta limpiacristales).
- Productos de limpieza.
- Agua.
- Accesorios auxiliares (cubeta, pulverizador).
Instrucciones para limpiar las ventanas
- En primer lugar, debemos reunir todos los útiles y productos que podamos necesitar para realizar nuestra tarea de la forma más eficiente posible. Estos son útiles, productos y accesorios auxiliares.
- Si tienes que descolgar los cristales, hazlo ya.
- Apoya los cristales contra la pared.
- Antes de comenzar con el cristal, desempolva los marcos de la ventana. Para ello utiliza una gamuza de microfibra.
- Para la limpieza del cristal puedes optar por un limpiacristales convencional, agua caliente con un lavavajillas muy detergente pero poco espumoso, con vinagre o con alcohol y amoniaco (esta última mezcla es adecuada si existen manchas no derivadas del ambiente).
- Vierte tu fórmula limpiacristales en un pulverizador.
- Rocía la venta de arriba abajo.
- Frota rápidamente el cristal con una gamuza de microfibra en la misma dirección.
- Si la ventana está muy sucia es posible que a la primera no quede perfecta. Tendrás que enjuagarla y repetir los dos pasos anteriores.
- Una vez limpia, utiliza una gamuza seca o papel muy absorbente (que deje poco residuo) para secar los cristales, también de arriba abajo, dibujando óvalos largos con nuestra mano.
- Si tras secar la ventana quedan pequeños restos de papel, no los quites los dos dedos. Lo más probable es que dejes las huellas marcadas. Utiliza, en seco completamente, otro papel o gamuza y arrastra muy suavemente los restos hacia un lado y hacia abajo. Cuando estén en el marco puedes retirarlos con el mismo papel.
Consejos para limpiar las ventanas
- Para evitar que la ventana se ensucie rápidamente, retira y limpia todo aquello que cuelgue a su alrededor (persianas, toldos, cortinas…). Si no, el resultado de nuestra tarea tardará poco en desaparecer.
- No limpies las ventanas cuando les dé el Sol arduamente.
- No utilices papel de periódico. Este absorbe el agua pero puede dejar su tinta en los cristales o en los marcos.
- ¡No calientes demasiado el agua o los agentes encargados de destruir la cal se evaporarán!
- Si tienes una amplia cristalera adquiere un kit de cristalero; tu tarea será más mucho más eficiente así.
- Si vas a utilizar un limpiacristales comercial, elige uno sin aroma. La mayoría contienen esencias aditivas que favorecen la aparición de manchas.
- No apoyes los cristales en objetos con picos pues al frotar puedes ejercer demasiada presión, llegando a partirlos. Lo mejor es apoyar la parte superior sobre una pared y dejar unos tres dedos entre la pared y el marco inferior.
- Busca un lugar amplio, que te permita moverte con libertad, de manera que no tengas que recurrir a apoyarte sobre los cristales.
- Si limpias la cara de la ventana que da al exterior del edificio necesitarás darle al menos dos pasadas y utilizar bastante agua. Prueba a utilizar una toalla como tope en el marco inferior a fin de no encharcar el suelo, ya que ensuciaremos más y correremos peligro de resbalar.
- Si tus ventanas están limpias pero presentan surcos oscuros o manchas que no provienen del ambiente (por ejemplo las de los limpiacristales que acabamos de comentar), prepara un par de litros de agua con té negro y limpia tus cristales con ello (sin productos detergentes, sólo agua y té). Eso si, no abuses de este remedio si o quieres que tus ventanas se vayan oscureciendo poco a poco.
- Aconsejamos el uso del pulverizador para evitar los excesos -y, por tanto, los chorros- de producto.