¿Hay que dejar a los niños en los video-juegos?

La tecnología ha avanzado tanto que hay que estar vigilando a nuestros niños y más aun a los adolescentes. Por un lado, es bueno a que ellos aprendan de la tecnología para poder avanzar en este mundo. Dándoles mucha creatividad y conocimiento que les servirá a futuro o para ponerlo en práctica en el día a día. Siempre que obtengan información sana y correcta y que sea bajo supervisión de un adulto o preferiblemente de sus padres. Así el niño o adolescente no distorsionen lo aprendido en las horas reglamentarias sugeridas por los padres. Sin embargo hay otro grupo de niños que se vuelven adictos a los video-juegos pasando el mayor tiempo posible ya sea en una consola, celulares, computadoras, y cualquier otro medio tecnológico que tenga una ventana de juegos.

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¿Por qué hay que vigilar nuestros niños cuando disfrutan de los video-juegos?

Gracias a los estudios realizados por los expertos de la salud. Han concluido que los ruidos. La exposición prolongada de la vista a una pantalla. Aa violencia y otros daños corporales y mentales generan un deterioro acumulativo que no se detecta al momento. Sino en el transcurrir del tiempo trayendo como consecuencia daños irreversibles y perjudiciales para la salud.

Estos sofisticados y populares videos-juegos lo que hacen es proporcionar a las empresas fabricantes de estos juegos mayores ganancias financieras sin importarles en lo más mínimo el daño que les causan a las futuras semillas de este mundo.

Claro está. Que si es jugado por nuestros niños por un lapso de tiempo controlado por sus padres o adulto se les podrá sacar un buen provecho. Ya que es una técnica que sirve para fomentar y desarrollar habilidades tanto física como mentales al niño.

Pero “todo en exceso es dañino”. Esto hace que no se le desarrolle al infante las otras actividades que tiene en las otras áreas de su vida que también se les consideran prioritarias y esenciales. Como es el compartir en familia, alimentarse y dormir a la hora, mantener una buena higiene. En fin repercute en las demás actividades que son beneficiosas para su desarrollo como persona adulta.

¡Cuidado! peligro potencial en las salas de video-juegos.

El doctor William W. Clark declara como médico científico de la Universidad de Washington en San Luis. Aporta como información principal a través del Instituto Central para Sordos que los sonidos fuertes emitidos y concentrados en las salas de juegos donde el sonido es envolvente. Afecta mucho la audición de nuestros niños y adolescentes.

Cuando el sonido de las galerías o salas de juegos electrónicos son muy altos y la exposición es frecuente y por mucho tiempo. La audición de nuestros chiquillos empieza a dañarse paulatinamente sin retorno a mejoría alguna. Sino se repara con anticipación el daño causado será permanente e incurable.

Sin embargo el daño si se puede preveni. Si los padres o el adulto responsable toma control y está más atento a estos ruidos. Dando a entender a sus chiquillos del peligro en que se exponen a diario y del tiempo prolongado en que se someten a estos excesos.

Estos efectos y causas no se ven al momento inicial de evaluar con un especialista de la audición y menos cuando se les realiza el chequeo por primera vez. Este daño es acumulativo y se aprecia en décadas transitorias. Es allí donde se siente la falta de audición y la lesión es inevitable.

Por lo tanto. Los padres así como el médico deben estar alerta y vigilante de la audición de los chiquillos. Si los padres los llevan a consulta el médico deberá evaluar con mucha precaución y con mucha profundidad el área interno del oído del infante o adolescente.

Las imágenes de los video-juegos también repercuten en la salud de los niños.

Indiscutiblemente,  las imágenes que tienen los video-juegos o cualquier otro juego electrónico donde la luminosidad de la pantalla es muy fuerte, también daña la salud del niño y del adolescente.

En la capital japonesa de Tokio, en el hospital Sendai según un siquiatra estuvo evaluando las numerosas crisis que había en los pacientes de menor edad. En donde los jóvenes presentaban epilepsias fotosensibles cuyo trastorno se debe a la exposición prolongada de la vista a destellos luminosos emitidos por las pantallas de las consolas, televisores, computadores, entre otros.

Creándoles ataques epilépticos a los chiquillos que de una manera u otra deben haber estado fuera de control  y sin ninguna supervisión de sus padres o algún adulto, ocasionándoles fatiga visual y hasta llegar al extremo de dañar tanto su salud corporal debido a la mala alimentación consumida.

Y si se trata de imágenes donde predomina la violencia, el terror o donde inciten a desvíos sexuales es más factible que dichos jóvenes estén creando en su mente un patrón de conducta que será fatídico en el transcurrir de sus vidas.

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