Qué es corrosión – Definición, Significado y Concepto

La corrosión es un término que se emplea, mayoritariamente en química, para hablar del desgaste de un metal por parte de agentes externos.

Origen

La etimología nos va a ayudar a conocer más sobre esta palabra y definirla tenemos que remontarnos al latín ya que es una palabra compuesta:

-Prefijo: «con» que significa «junto» o «en totalidad o todo»

-Verbo: «rodo» que puede traducirse como «desgastado» o «roído»

-Sufijo: «-ión» que se traduce como «acto de»

Por tanto, corrosión se puede definir como: acto de roer o desgastar.

Según la Real Academia Española, la corrosión es el «desgaste paulatino de los cuerpos metálicos por acción de agentes externos, persista o no su forma».

Metales

Durante la corrosión, los metales sufren un deterioro de todas sus propiedades físicas y químicas. Por ejemplo, un metal que está en contacto con el exterior o bajo el agua se corroe.

Una de esas acciones de corrosión, en el caso del acero, es lo que comúnmente se conoce como oxidación, que es cuando se genera una capa de color marrón que degrada el material hasta que se fractura o rompe.

La corrosión de los metales entraña una serie de problemáticas ya que, éste modifica sus propiedades y puede debilitarse. En el caso de una estructura como un edificio, una estructura metálica corroída puede provocar la caída del mismo. De igual manera que puede pasar con un puente.

Tipos de corrosión

Para saber cómo podemos actuar frente a este fenómeno, hay que conocer primero los tipos de corrosión que existen:

-Atmosférica: es la que mayor cantidad de daños hace sobre el material. Automóviles, puentes, edificios… son los elementos que más se exponen a la atmósfera y, por consiguiente, al oxígeno y al agua.

La gravedad de este tipo de corrosión se ve acentuada cuando la sal, los compuestos sulfúricos y otros contaminantes atmosféricos están presentes.

-Galvánica: es una forma de corrosión acelerada que puede ocurrir cuando distintos metales se unen eléctricamente en presencia de una solución conductiva.

Este tipo de corrosión puede ser particularmente severa cuando las películas de corrosión no se forman o son eliminadas por la erosión.

El problema más grande de este tipo de corrosión es que es bastante común y se presenta en variadas formas.

-Metales líquidos: corresponde a una degradación de metales en presencia de metales como el Zinc, Mercurio, Cadmio… que son líquidos.

-Altas temperaturas: algunos metales expuestos a gases oxidantes en condiciones de altas temperaturas, pueden producir reacciones directas sin necesidad de un electrolito, como el caso de la galvánica.

En este tipo de corrosión solo hace falta un metal y un gas oxidante expuesto a altas temperaturas lo que hará que se forme una capa o «empañamiento» sobre el metal citado.

-Localizada: forma de corrosión en la que la pérdida de metal ocurre en áreas concretas a través de pequeñas fisuras o «picaduras».

Prevenir la corrosión

– Adquirir productos fabricados en materiales como aluminio o acero inoxidable cuando sepamos que nuestros metales van a estar expuestos a agentes exteriores.

– Mantener secas las superficies para evitar que el agua, como agente externo, genere un ambiente favorable para su corrosión. En este sentido tenemos que evitar tener abolladuras u ondulaciones en nuestra superficie para que el agua no se estanque.

– Uso de elementos que eliminen la humedad. Muchas veces los ambientes interiores húmedos propician a que el elemento metálico se corroa.

– Utilizar lubricantes o grasas para elementos como herramientas, cadenas o engranajes o maquinaria en general para alejarlas de los efectos ambientales favorables para la corrosión.

– La pintura a base de aceites es otro elemento protector que ayudará a mantener a la estructura metálica aislada de los agentes externos.

Eliminar la corrosión

Una vez que el metal ya está corroído, es posible eliminar esa capa de corrosión.

Antes de empezar, recomendamos no usar métodos caseros ya que estos pueden llegar a dañar o deteriorar la estructura o la herramienta.

Lo más recomendable es dirigirse a expertos en la materia que nos pueden asesorar y aconsejar sobre diferentes productos desoxidantes que están elaborados a base de ácidos.

En otras ocasiones es posible eliminar esa capa de corrosión a través del cepillado o el «lijado» de la superficie con diferentes maquinarias y proporcionarle un tratamiento posterior para embellecer la superficie.

En este punto es muy importante recordar que muchos de los líquidos o productos que se pueden emplear para eliminar la corrosión y el óxido sobre los metales pueden ser altamente corrosivos y nocivos para la piel. Por este motivo volvemos a recordar que es imprescindible la ayuda y el consejo de expertos en la materia que nos ayuden en nuestro proceso de eliminación de la corrosión.

Finalmente, la corrosión, como mencionamos al principio, puede deteriorar el metal, por lo que no siempre la eliminación de esa capa marrón sobre el metal es la solución final, si no que hay que aplicarle otra serie de tratamientos a la superficie para que recupere todas sus propiedades.

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