Qué es el embarazo – Definición, Significado y Concepto

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Vivimos en un mundo en donde todo pasa rápidamente. El día necesitaría tener más de 24 horas para detenernos al menos por un momento. No hay suficiente tiempo para pensar en las cosas más importantes de la vida, pero tampoco lo hay para pensar en las más simples.

En esas carreras se nos va la vida y ni siquiera hemos reflexionado en cómo llegamos hasta aquí ni en cuál es nuestro verdadero propósito.

Algunos intelectuales han afirmado que la vida es un milagro. Es impresionante como, de la unión de dos personas, puede nacer otro ser. Cómo se alimenta y se desarrolla durante nueves meses en el vientre de su madre, cómo nace, cómo está perfectamente hecho, sin que le falte ni le sobre absolutamente nada.

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Lo más impresionante del caso es que este nuevo ser, cuando crezca y madure como persona, tendrá la misma capacidad de reproducirse y así continua el ciclo de forma indefinida, en un ciclo infinito que no se detiene nunca.

Todo esto sucede bajo el marco de algo que se conoce como embarazo, un proceso natural para las mujeres que dura unos 9 meses y, en algunas circunstancias poco habituales 7 u 8 meses. Sin embargo, este es todo el conocimiento que puede tener una persona sobre el embarazo, pero no quiere decir que no haya algo más que aprender.

En realidad, estar al tanto de algunos detalles importantes puede hacer que se valore más el regalo de la vida. Incluso, puede que algunas personas cambien su punto de vista que se tenga sobre el aborto, un tema muy polémico hoy día y que ha cobrado mucha relevancia, en vista de la gran cantidad de personas que están a favor de él. Si te interesa aprender más, no dejes de leer este breve artículo.

Instrucciones

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El embarazo es un proceso en el cual un embrión se gesta y se desarrolla por un período de 9 meses. Esto es lo más usual en el caso de los seres humanos. Sin embargo, en el caso de los animales existen diferentes tiempos en los cuales el feto llega a la madurez.

El tiempo del embarazo comienza a transcurrir desde que el espermatozoide, donado por el hombre o macho, fecunda el óvulo que aporta la mujer o hembra. Desde ese momento comienzan una serie de interacciones entre los nutrientes aportados y los distintos mecanismos que le dan forma y seguridad a la nueva vida.

Conforme transcurre el tiempo, el embrión se va desarrollando y la mujer no puede volver a quedar embarazada. Para que se considere normal, debe durar unas 40 semanas. Sin embargo, existen situaciones en donde se expulsa el feto con anticipación. Si esto ocurre en el transcurso de la semana 25, se le es considerado como un embarazo prematuro.

Para determinar si cierta mujer está embarazada, se puede recurrir a una prueba médica. Esta es muy sencilla, basta con examinar la orina u otros fluidos expulsados por la vagina, ya que cuando se espera un hijo, ocurren una gran cantidad de cambios químicos en el organismo de la madre.

No obstante, en el caso de los seres humanos, la característica principal para saber si se está en este estado, es la ausencia del período menstrual, un proceso común por el que pasan las mujeres todos los meses.

En el caso de los seres humanos, la gestación suele ser única. Pero hay casos en donde se producen embarazos múltiples, dependiendo de la cantidad de óvulos fecundados.

Las costumbres y tradiciones que giran en torno al tema varían mucho dependiendo de donde viva cada persona. Por ejemplo, algunas culturas establecen que esto solo se debe dar entre personas cuya consanguinidad sea distinta. Es decir, entre individuos que no sean familia. De lo contrario, podría considerarse como una aberración y hasta está penalizado.

Pero, ¿qué otros síntomas se presentan? ¿Cuáles son los cuidados que se deben tener para llegar a un feliz término? Veamos.

Que Necesitas

Dependiendo de cuáles sean las condiciones de cada mujer, los síntomas pueden aparecer en diferentes momentos y con una mayor o menor intensidad. Incluso, algunas mujeres experimentan los cambios desde los primeros días, mientras que otras no notan nada hasta que la gestación va más avanzada.

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Los síntomas más frecuentes son:

  • La ausencia de la menstruación o dismenorrea, la cual se produce por la interrupción de los ciclos menstruales habituales en la mujer.
  • A medida que avanza la gestación, se presenta un considerable aumento de peso.
  • En vista del aumento del tamaño de la barriga, comienzan a aparecer estrías.
  • En los primeros tres meses se puede sufrir de náuseas y vómitos, generalmente por las mañanas, cuando se tiene el estómago vacío. Esto se debe a un rápido aumento de la progesterona y estrógeno.
  • Durante los últimos meses, se presenta hinchazón y pesadez en la barriga, cara, piernas y pies.
  • Muchas ganas de orinar. Esto pasa porque los cambios hormonales reducen la capacidad de la vejiga para vaciarse por completo. Además, el tamaño del feto comprime la vejiga.
  • Sueño, cansancio y fatiga. Cualquier tarea que antes era habitual, ahora se torna muy agotadora. Esto lleva a sentir mucho sueño, porque ahora el cuerpo necesita descansar más.
  • Retención de líquidos.
  • Cambios en la forma, tamaño y sensibilidad tanto de pechos como de pezones, debido a los cambios hormonales que preparan el cuerpo para el futuro proceso de la lactancia materna.
  • Gran sensibilidad olfativa, aumento del apetito y la aparición de antojos, en ocasiones muy poco usuales. Comienza a tener deseos alimenticios que antes no tenía y a aborrecer otros alimentos que antes disfrutaba.
  • Cambios emocionales. Gracias a las hormonas, se presentan cambios de humor repentinos y un aumento de irritabilidad y sensibilidad.

Si bien es cierto que estos son los síntomas principales, también se puede presentar dolor de espalda, de cabeza, vértigo, estreñimiento, gases, acné, manchas en la piel, calambres, ardor estomacal, entre otros.

Teniendo esto en cuenta, como es natural, debe haber ciertos cuidados especiales para la mujer y el embrión. Pero, ¿cuáles?

Consejos

 

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Aunque es cierto que la mujer comenzará a sentir deseo de comer más, eso no quiere decir que deba hacerlo. Lo mismo se puede decir con respecto a los llamados antojos. No todo lo que le provoque comer le es beneficioso a ella o al bebé.

Por ese motivo, es necesario que controle la alimentación, para que el fecho reciba los nutrientes que lo llevarán a desarrollarse con total normalidad.

Esta dieta debe ser variada y equilibrada. Debe contener alimentos como leche y otros lácteos para ganar calcio. También frutas y verduras para que aporten las vitaminas necesarias, como el ácido fólico.

No olvides el pan integral y otros alimentos ricos en fibra, así como las carnes y pescados con un contenido calórico bajo para conseguir hierro, omega 3 y ácidos grasos. Esto, con relación a lo que debes incluir en la dieta.

Ahora, con respecto a lo que se debe evitar están las bebidas alcohólicas y otras sustancias que son perjudiciales para el organismo, como el tabaco, las drogas, etc. Ya que estas pueden afectar gravemente la salud del bebé.

  1. Evita totalmente aquellos alimentos que podrían causar toxoplasmosis como las carnes, pescados y mariscos crudos, así como los huevos poco cocidos y el queso no pasteurizado, entre otros.
  2. Por otra parte, es aconsejable reducir el consumo de alimentos con un alto contenido en grasas saturadas, cafeína y bebidas gaseosas.
  3. De igual manera, si la mujer padece de alguna condición especial como diabetes, obesidad o anemia, es importante que visite a un médico para saber si es necesario que lleve una dieta especial, que es lo más probable que suceda.
  4. Es importante que se dé especial atención a todos estos detalles, ya que esto podría repercutir de forma positiva o negativa en el futuro bebé.
  5. No olvides que cada cierto tiempo debe hacerse ecografías para ver su condición actual, ya que durante el embarazo puede producirse algunas complicaciones como la preeclampsia, placenta previa, pérdida del líquido amniótico, parto prematuro, etc.
  6. Por ese motivo, es vital observar con cuidado cualquier cambio anormal que se presente para actuar a tiempo y encontrar una solución que resulte en el bienestar de la madre y el hijo.
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