Humildad – Cómo ser una persona humilde
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Hoy en día ser humilde podría ser uno de los retos más complicados de llevar a cabo. Nos referimos a la humildad real, no al disfraz de humilde que algunas personas se ponen cuando les interesa. De esas hay muchas.
Cómo ser humilde
Vivimos en una era de mucha competitividad e incertidumbre. La supervivencia en un puesto de trabajo, el éxito en una entrevista, integrarnos, conseguir por otros medios lo que nosotros no podemos… hay muchas razones que nos empuja a ser más egoísta o a atribuirnos méritos que realmente no son nuestros.
¿Cuántas veces os habéis arrepentido de haber llevado a cabo alguno de los actos mencionados en el párrafo anterior?
Si eres una de esas personas con remordimientos de conciencia, tienes muchas posibilidades de llegar a ser humilde.
Ser humilde es cuestión de actitud.
Aprende a escuchar para ser humilde
Aunque te parezca difícil de creer, hasta el ser más infame tiene un lado positivo y hay que saber encontrarlo. Se trata de escucharlo y observarlo. Cuando lleves una conversación con una persona obstinada o soberbia, puedes preguntarle la razón de sus pensamientos. Hazlo con tranquilidad y demuestra tener interés. Eso te hará ser humilde.
Si le preguntas de manera brusca, probablemente te topes con alguien que va a ponerse a la defensiva. Ese tipo de personas son de ideas fijas y no es fácil persuadirlas.
¿Sabes que la serenidad y la seguridad en una persona crea bienestar a las personas que nos rodean? Y más en los tiempos que corren.
Elogiar a las personas
Para ser humilde, debes comentar a las personas sus cualidades y transmitirle cierta admiración, además de alegrarle el día le estás dando seguridad en sí misma… Recuerda que debes ser sincero con esto, no te pongas el disfraz que hemos comentado al principo para quedar bien. Porque entonces eso no te convierte en humilde, sino en mentiroso/a.
Aquí no queremos engañar a nadie ni ser hipócritas. Si elogiamos a alguien que sea por algo real, y que esa persona lo perciba.
Admitir tus errores
Aparca el orgullo a un lado y sé sincero/a contigo. Pide disculpas cuando te equivoques, reconoce tu error si quieres ser humilde y explica tus razones.
Instrucciones para Humildad – ser una persona humilde
Muchas veces, por estar sumergidos en nuestro caos o en nuestras rutinas. Pensamos en todo y en nada a la vez. No prestamos demasiada atención a lo que sucede, a lo que nos están diciendo los demás y menos a lo que hacemos con nosotros mismos.
Vivimos con el piloto automático en gran parte de nuestro tiempo.
Para desarrollar la capacidad de escuchar y comprender al que tenemos enfrente, lo primero es dejar de ser egoístas. Si queremos ser humilde y ayudar a esa persona deberemos tratar de empatizar con ella y tratar de entenderla.
Fuera distracciones
Deja a un lado cualquier cosa que pueda distraerte, el teléfono, por ejemplo. Aunque no estés de acuerdo con lo que estás oyendo, asiente y escucha. La persona que tienes enfrente puede que necesite desahogarse, o un consejo, un punto de vista diferente, que la ayudas a resolver algo, etcétera.
Si estás jugando con un bolígrafo, chateando o mirando la tele de reojo, esta persona se va a dar cuenta y no va a encontrar en ti lo que anda buscando. Si quieres ser humilde, céntrate en esa persona. En este momento es lo más importante.
Presta atención
La habilidad de adivinar lo que piensan los demás, que sepamos, no la hemos desarrollado aún. Así que prestar atención de manera activa es muy importante para sacar conclusiones.
Actitud positiva
La comunicación puede ser verbal y no verbal. Cuando quieras decir algo, espera a que termine de hablar, no interrumpas. Mientras tanto, mantén serenidad, sonríe y demuestra interés. Con esa actitud le estás demostrando un tipo de comunicación que, aunque no sea verbal, haces que esa persona se sienta cómoda. Aquí estás demostrando ser humilde.
Aclarar dudas
Cuando esta persona termine de hablar, pregúntale sobre las posibles dudas que te han ido surgiendo a lo largo de la conversación. Para ello repite sus palabras, no añadas palabras tuyas para no crear confusión. Con eso le demuestras tu especial atención como oyente, y ahora quieres proceder a ayudar esa persona.
Si esa persona evade alguna de tus preguntas, puede ser porque esa pregunta es la razón de su problema.
Parafrasear estimula la comunicación entre ambos y aclara dudas.
Céntrate en su problema
Es posible que la persona estuviera nerviosa o con una actitud negativa o tormentosa mientras hablaba. De ser así, esquiva esa actitud y céntrate en el problema. Dependiendo del grado de la gravedad, puede ser normal su reacción. Así que otro paso para llegar a ser humilde, es el de aprender a centrarse en lo que importa.
De hecho, algunos de sus gestos pueden ser muy relevantes y tener su significado. En muchas ocasiones, no encontramos las palabras suficientes para expresarnos como quisiéramos. Los nervios y cierta frustración nos bloquean las palabras. En estos casos, lo que hacemos es rellenar nuestros argumentos con gestos.
A todos nos ha pasado, verdad.
Estimula a la persona
Para transmitir seguridad y estimular a la persona que estás escuchando, dale señales para que lo entienda. Te vamos a dar uno ejemplos:
-Entiendo…, claro te comprendo…, ya lo veo…, estoy de acuerdo…, ajá…
Parece una tontería, pero con esos pequeños detalles estás siendo humilde con ella. Le estás proporcionando lo que necesita de ti. Atención, estimulación, serenidad… Un sinfín de cosas buenas para que esa persona se sienta mejor.
No es necesario estudiar psicología para enriquecer el momento de alguien y demostrarte a ti mismo/a que puedes ser humilde. Solo es cuestión de escuchar para entender y estimular. Es posible que no podamos solucionar su problema.
De hecho, muchas soluciones surgen después de una larga conversación asertiva. La misma persona que te está contando su historia, a su vez, logra ver la solución.
El hecho de estar frente a esa persona, escuchando y poniendo todo tu interés, has conseguido estimular su capacidad para resolver y la has hecho sentirse importante. Eso te hace ser humilde.
Dar las gracias
La educación, ante todo. Es importante ser agradecido por las cosas buenas que e te brindan. Dar las gracias es un acto de educación y humildad.
¿Que necesitas para Humildad – ser una persona humilde?
- Tener paciencia
- Aprender a escuchar
- Tener una actitud positiva
- Disponibilidad para ayudar a los demás
- Aprender a estimular
- Demostrar interés por los demás
Consejos para Humildad – ser una persona humilde
Si crees que todas estas instrucciones pueden llegar a superarte, puede ser que sea porque no estás preparado/a. Para ser humilde es necesario ser paciente y estar feliz con lo que estás haciendo.
Te aconsejamos que lo intentes con situaciones sencillas en las que estés a gusto contigo mismo/a. Puedes participar en alguna actividad para ayudar a los demás. No todo el mundo sirve para escuchar largo rato, pero eso no significa que dejes de hacer otras muchas cosas por el resto de personas.
Esos actos también son bondadosos, por consiguiente, eso también es ser humilde.
¡Te animamos a que lo intentes!
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