Cómo disfrutar del spanking

A la hora de mantener relaciones sexuales nos encontramos con muchas alternativas para tratar de huir de la monotonía. Tras hablar de cómo practicar sexo tántrico, de las mejores posturas para practicar sexo en la mesa o cómo hacer sexo con doble penetración, en este caso nos centraremos en explicarte cómo disfrutar del spanking, también conocidos como los azotes, que pueden ayudar a mejorar la experiencia sexual.

El spanking puede aportar un gran placer a nivel sexual, ya que contribuye a que suba la excitación de los participantes en el sexo, pudiendo incluso alcanzar un nivel de placer que puede satisfacer a ambas partes. Si quieres saber cómo disfrutar de los azotes, hay una serie de puntos a tener en cuenta, y te vamos a explicar lo que debes hacer de una manera clara.

¿Qué es el spanking?

El spanking es una práctica que forma parte del BDSM, que en este caso se basa en azotar nalgas o la parte trasera de los muslos dentro de un contexto erótico o sexual, en el que se juega con el límite entre el dolor y el placer. Aunque pueda pensarse en un principio que se trata una práctica sexual «extrema», la realidad es que hasta un pequeño azote forma parte de esta disciplina, por lo que puede ser algo delicado o algo más «duro» en función de cada persona y/o pareja.

En cualquier caso, al igual que sucede con el resto de prácticas sexuales, es fundamental que el spanking se lleve a cabo siempre con el consentimiento de las partes involucradas. De esta manera, es necesario establecer una serie de límites y códigos para que sea seguro para ambos y que podáis disfrutar de la experiencia.

Consideraciones previas

Lo primero de todo antes de empezar a disfrutar de esta práctica con azotes es tener claro que ambos dejéis claro lo que os apetece hacer. De esta manera no habrá malentendidos, sobre todo porque no habrá azotes fuera de lugar o actitudes que a una de las partes no le guste. Lo ideal es que tanto el uno como la otra os sintáis plenamente cómodos para poder expresaros de una manera libre en el momento en el que queráis parar. La clave para que sea una relación sexual que os de morbo y placer es que los dos estéis en la misma «onda».

Aunque lo más habitual es azotar las nalgas, también se puede practicar en el lateral de la nalga, en los muslos o debajo de ellas. En el caso de la nalga y su lateral se puede golpear con mayor fuerza, mientras que en la entrepierna y los muslos habrá que tener cuidado. De igual forma, hay tres zonas que especialmente habrá que evitar a toda costa, como son las lumbares, el coxis y los genitales, ya que son zonas muy sensibles y en las que podrías llegar a sufrir un gran dolor, entre otras consecuencias.

Cómo hacer spanking

Una vez que tengas en cuenta las consideraciones mencionadas, para hacer spanking debes realizar los siguientes pasos e indicaciones:

  1. Poneros cómodos. En primer lugar tendréis que buscar la postura con la que estéis más a gusto, siempre teniendo en cuenta que la zona que va a ser azotada debe estar más expuesta. Una de las mejores posturas para practicar el spanking acostumbra a ser la del «perrito» o a «cuatro patas», pero todo dependerá de las preferencias de cada uno.
  2. Intensidad progresiva. En primer lugar es recomendable que comiences acariciando la zona con los dedos o la palma de la mano, para lueg o comenzar a dar azotes con la mano relajada y abierta, de manera que el impacto no tenga demasiada intensidad. Poco a poco, y siempre que a la persona que recibe los azotes le guste, puedes ir aumentando la intensidad progresivamente. Puedes poner la mano más rígida y dar goles más rápidos y secos, incluso combinándolo con un agarre final o acariciando la zona.
  3. Usa complementos. Una vez que os encontréis cómodos, llegará el momento de poder ir un paso más allá recurriendo al uso de complementos especializados para poder disfrutar al máximo del spanking, como pueden ser los látigos, las paletas spanking, o todo tipo de azotadores.
  4. Conclusión. Una vez finalizado el encuentro sexual siempre será buena idea que pongáis en común lo que os ha parecido y qué os ha gustado y que no, para saber siempre qué mejorar para la próxima vez.

Consentimiento

De esta manera, a través de esta serie de pautas básicas y consejos podréis disfrutar al máximo de vuestros encuentros sexuales. Es una buena manera de comenzar en el BDSM, y recuerda que siempre, en todo encuentro sexual, es preferible que apuestes por la creatividad y la imaginación. Recuerda que este tipo de prácticas deben llevarse a cabo siempre con el consentimiento por parte de todos los participantes.

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