Cómo tratar con gente difícil
La gente difícil es aquella gente que se caracteriza por causar más problemas que soluciones, es decir, por ser gente que tiene muchas ganas de discutir, de fastidiar y sobre todo, de causarnos algún trastorno.
Por desgracia, nos encontramos más gente difícil de la que desearíamos, ya que por ejemplo en el trabajo, en las amistades e incluso en personas de tu misma familia, te vas a encontrar mucha gente complicada que te puede amargar la vida si les dejas.
La gente difícil tiene como común denominador la manipulación, el engaño y sobre todo, la agresividad. Siempre que esta gente no consigue lo que quiere, se suele enfadar mucho y como consecuencia crear un mal clima, algo que es muy malo en casi todas las situaciones.
Por ejemplo, si tienes a una persona difícil como compañero de trabajo, no vas a poder trabajar correctamente, ya que el agobio y la crispación que va a causarte te puede producir mucho estrés laboral entre otras cosas.
Sin embargo,no sólo son capaces de causar problemas en el trabajo, ya que también se las ingenian para causar problemas en casa, en las amistades e incluso en las parejas, si es que tienes la mala suerte de tener parejas consideradas difíciles.
Por ejemplo, podemos encontrarnos padres controladores que no nos dejan ser felices, al igual que hijos manipuladores que tratan a los padres como auténtica basura, haciéndoles encima sentir culpables. Eso si, esto no es nada comparado con una pareja difícil, eso sí que te puede fastidiar la vida para siempre.
Afortunadamente, la gente difícil se puede tratar, algo que se hace para poder evitar que nos manipulen y que nos hagan daño. Realmente si sabemos un poco de psicología, tenemos temple y estamos al tanto de sus falacias, no son personas tan difíciles de mantener a raya como en un principio pueda parecer.
Por este motivo, hoy te ofrezco las soluciones más eficaces para poder tratar correctamente a la gente difícil, para que así puedas evitar que te hagan daño sin hacérselo tú a ellos tampoco, porque al fin y al cabo son personas.
Instrucciones para tratar con gente difícil
- Empatía:
Lo primero que debemos tener en cuenta a la hora de tratar con gente difícil, es que debemos tener mucha empatía con estas personas, es decir, que tenemos que tratar de ponernos en su lugar al menos durante un segundo. Lo que debemos entender es que esta gente no ha tenido una vida sencilla, ya que en algunas ocasiones, esta gente se comporta de esta manera porque algunas circunstancias de su vida no son o no han sido todo lo buenas que deberían ser. Por ejemplo, si tienes un hijo rebelde, pregúntate la razón por la cual es rebelde, ya que quizás le falta un objetivo en la vida, tiene presión de grupo o has sido un padre demasiado estricto cuando el niño era pequeño. Si tú caso es con una pareja controladora, seguramente sea porque no confíe en nadie porque le han hecho daño. Una vez sepas la causa de su mal, trata de ponerte en su lugar, tratando de entender su dolor y por supuesto, de ayudarte a superarlo para que esté en paz consigo mismo y deje de ser difícil.
- Mantén la calma:
El segundo consejo es que siempre seas frío, es decir, que mantengas la calma en situaciones bajo presión. Esto quiere decir que trates de afrontar las conversaciones con esta persona con calma, sin alterarte demasiado y sin atacarte. La razón es que si estamos en caliente, podremos decir muchas tonterías que hagan daño a esta persona. Además que si nos alteramos, estaremos consiguiendo lo que el quiere, es decir, estar mal y con mucho estrés. Por este motivo, debemos tratar de ser lo más calmados que podamos para poder tratar correctamente a estas personas sin que nos avasallen. Muchas veces es mejor la maña que la fuerza y mejor hablar en frío que caer en la vieja batalla de egos.
- Evita discutir de forma innecesaria:
Otro error que comete la gente a la hora de tratar a la gente difícil, es discutir de forma innecesaria, es decir, de rebajarte al nivel en el que ellos están y acabar en la clásica batalla de egos. Al final si analizas las discusiones, veremos que no llevan a ninguna parte, ya que al final veremos como por mucho que digamos, nadie quiere dar el brazo a torcer. La gente difícil es capaz de alterarse mucho si ven a alguien igual de difícil, así que es mejor tragarse el ego y evitar discutir a lo tonto, ya que muchas veces esto nos va a producir mucho estrés y va a hacer las relaciones con esta persona todavía más difícil. Piensa que no te van a dar dinero, ni premios, ni reconocimientos por ganar una discusión, así que es mejor darle la razón «como a los tontos» para que se calle y que te deje tranquilo.
- Tratar de razonar amablemente:
Cuando hables con el, aplica el concepto ya mencionado de no perder la calma, pero también practica el concepto de razonar tranquilamente, con argumentos sólidos. Si los argumentos son suficientemente sólidos, podrás hacer callar a esta persona y ganar la discusión. Sin embargo, como ya he dicho en el paso anterior, si se pone muy agresivo(mucha gente cuando pierde discusiones te insulta), es mejor dejar de discutir y pasar del tema. La forma de debatir es no perder nunca la calma, no levantar la voz y respetar el turno de palabra, pensando los argumentos de manera fría y no dejándote llevar por las emociones internas que tengas dentro de ti. Esto es más sencillo decirlo que hacerlo, sin embargo, debes tratar de dominar las emociones interiores y de poder decir los argumentos correctos con el temple correcto.
- Tener cuidado con las falacias y las manipulaciones:
Otra característica de esta gente son las falacias y las manipulaciones, es decir, de usar falsos argumentos y pequeños trucos para parecer que tiene la razón, cuando no la tiene. Entre los más populares, tenemos el de reducir las opciones a unas pocas, en el cual por ejemplo en una discusión reducirá las opciones a dos opciones que la favorezcan a él, obviando las opciones intermedias(por ejemplo si te dice «tienes dos opciones, o vamos de vacaciones a la playa, o a la montaña, obviando otros destinos como por ejemplo ir al pueblo). También es muy común la reducción al absurdo, en la cual exagerará tu argumento para que parezca estúpido(por ejemplo si tú le dices que tiene que perder peso y él te dice que su físico es mejor que la anorexia). Entre otros también tenemos la falacia At Hominem, en la cual nos insultará en vez de hablar del argumento(que vas a saber tú, si eres tonto) y la falsa comparativa, en la cual comparará dos cosas que no tienen que ver para parecer que tiene la razón(Tú no puedes estar a favor de la bajada de pensiones porque no estás a favor de la expropiación). Si detectas este tipo de falacias, lo mejor es decirle directamente que su argumento es una falacia y que no tiene nada que hacer, algo que dejará en evidencia su argumento. Eso si, luego ten cuidado, ya que normalmente suelen encadenar falacias, para después pasar a insultarte.