Cómo ser un cuentista
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Hay personas que nacen con el don de entretener a otros. Tienen una gracia natural que las hace muy atrayentes. Algunas, sin importar lo simple que digan y en dónde lo digan, lo hacen de tal manera que provoca la risa hasta del más serio del grupo.
Otros tienen la capacidad de relatar anécdotas y no pasar por alto ningún detalle de la historia. Además, el hilo argumental es fácil de seguir y usan cualquier tipo de recursos literarios, como hipérboles, metáforas y hasta onomatopeyas, para hacer el relato más vívido.
Sin embargo, aunque cuentan con estas extraordinarias capacidades, la mayoría de ellas no explota su potencial. No les saca el máximo provecho. Quizás por el hecho de creer que es solo un pasatiempo, un caso perdido y que no se puede vivir de ello.
No obstante, la verdad es que sí es posible consolidarse como un gran cuentista. Si bien es cierto que es un camino largo, por algo hay que empezar para lograrlo. ¿Tienes la habilidad de contar cuentos? ¿Por qué no los llevas a la escritura? De esa manera, a diferencia de la tradición oral, permanecerá con el paso del tiempo y no se perderá.
Pero, ¿cómo puedes convertirte en un gran cuentista? ¿Qué necesitas para ello? ¿Requieres de algún don extraordinario o puedes formarte como un cuentista profesional? Si estás leyendo este artículo es porque tienes el deseo de hacerlo, o al menos sientes un poco de curiosidad al respecto.
Te alegrará saber que aquí podrás encontrar todas las respuestas a las preguntas planteadas anteriormente, así como a otras que puedes tener sobre el tema. Por eso, no dejes de leer este artículo. Verás que está a tu alcance lograrlo, solo tendrías que aprender la técnica necesaria. Con relación a esto, veamos ahora mismo cuál es.
Instrucciones para ser un cuentista
Se conoce con el término cuentista, a la persona que se dedica a contar, narrar y escribir cuentos como género literario. Sin embargo, como es natural, no se trata solo de contar por contar. De hecho, si fuera así, cualquiera podría hacerlo con éxito y ser merecedor de premios, como el nobel de literatura.
Para ser un buen cuentista, es necesario saber hacia dónde dirigir la historia, cuál es la enseñanza que se quiere dejar y qué es lo que se desea que otros sigan recordando, al terminar de leer el cuento.
Para lograr ese objetivo, es importante que sigas una serie de pasos durante el proceso de elaboración del cuento en sí. Pero, ¿cuáles son?
Creación de los personajes
Los personajes de la historia cumplen un papel fundamental, ya que las personas podrán identificarse con ellos y hasta podrán relacionarlos con quienes los rodean. De ahí la importancia de dedicar el tiempo suficiente a su construcción. Lo que implica, no solo imaginar su aspecto físico, sino también su personalidad y su manera de ver el mundo.
Por lo general, la historia suele girar en torno a la vida de los protagonistas, quienes son los grandes héroes, en los cuales los lectores se verán reflejados. El protagonista de la historia puede ser el mismo narrador, pero también podría ser una tercera persona, un animal y hasta un personaje fantástico, como un hada, un unicornio, un centauro o algún otro ser similar.
De hecho, también puede tratarse de alguien que en realidad existe o existió, como algún personaje histórico, por ejemplo, y que se utilice una anécdota de su vida personal para motivar a quien lee. Ya que, al tratarse de una historia real, puede crear la sensación de que, si esa persona pudo superar esas adversidades, ellas también tienen esa capacidad.
Ahora bien, sin importar de quién se trate, debe tener problemas que resolver, los cuales serán los que irán guiando al lector hacia la lección final. Sin embargo, se debe tener mucho cuidado de que no sea tan abstracta, que haga la historia totalmente incomprensible.
Estos problemas del protagonista, podrían presentarse en forma de personajes secundarios, alucinaciones, monstruos, situaciones cotidianas, etc. Y es el que causa el nudo de la historia, pues genera una serie de acciones por parte de la víctima.
Construir una historia interesante
Al dar este paso, es importante tener la capacidad de crear imágenes en la mente de los lectores. Como ya lo hemos mencionado, no se trata de contar por contar. Más bien, se debe poder crear una historia en la cabeza de cada persona.
Al hacerlo, será dará pie a una secuencia de sucesos, los cuales tendrán continuidad y que harán que no se pierda la atención de la trama. En otras palabras, el lector quedará prendido de la historia y no podrá dejar de leer hasta llegar al final.
Para despertar la imaginación del lector, debes dar detalles específicos del entorno en el que se encuentra el personaje y de los sentimientos que experimenta a lo largo del desenlace de la historia.
Claro, no basta con simplemente decir que el personaje está feliz. También pues describir cuáles son sus movimientos faciales o crear ciertas metáforas para hablar de lo que está experimentando en su interior. Así podrás embellecer el lenguaje que empleas y darle un matiz más atractivo.
Por supuesto, lo contrario también es cierto. No te excedas con los detalles que aportes. Esto podría ser contraproducente, ya que generaría un cansancio mental en el lector y perdería de vista el mensaje que quieres transmitir.
Ahora que ya cuentas con las herramientas necesarias para conocer lo que deben contener tus cuentos, cabe preguntarse, ¿qué más necesitas saber o hacer para llegar a ser un cuentista?
¿Que necesitas para ser un cuentista?
Aunque es cierto que la historia y los personajes del cuento tienen un gran peso, no es lo único a lo que debes darle suficiente atención. También debes tomar en cuenta, tanto tu manera de redactar, como la gramática que utilices.
Esto incluye, no solo la buena ortografía, sino también la manera en la que construyes las oraciones que conforman cada párrafo del cuento. Si la sintaxis no es correcta, es probable que transmitas ideas equivocadas y que la historia original se distorsione por completo.
Por otra parte, una falta de ortografía le robaría toda la atención a la trama del cuento, ya que el lector se centraría en la forma de lo que has escrito y no en su fondo o sustancia. A fin de cuidar este aspecto importante, puedes valerte de diferentes herramientas.
Por ejemplo, si tienes dudas sobre cómo se escribe una palabra, utiliza un buen diccionario para cerciorarte. Sin embargo, lo ideal es que cuentes con un corrector de estilo, el cual hará anotaciones de cuáles son tus fallas, para que tengas la oportunidad de mejorar.
Puesto que cumplirá con un papel importante, no es recomendable que escojas a cualquier persona. Lo ideal es que se trate de un verdadero profesional en la materia, ya que son los que están más calificados para estas tareas.
Otra cosa que puede ayudarte, en este sentido, es la lectura. Sí, todo escritor debe ser un buen lector, tal como lo menciona Horacio Quiroga en su decálogo del perfecto cuentista. Bebe de las aguas de alguien más, cree en un maestro supremo, el cual te sirva como brújula para no perder el rumbo.
Al leer no solo lograrás ampliar tu campo creativo, sino que también conocerás cuál es la manera correcta de escribir ciertas palabras, aclararás dudas y despertarás tu imaginación para crear tus propias metáforas.
Con relación a este último punto, todo cuentista debe contar con un arsenal de recursos literarios para utilizar a diestra y siniestra. Por eso, si desconoces cuáles son, dedica tiempo suficiente a instruirte en este particular, pues, haciendo esto, enriquecerás el texto que produces.
Pero, ¿qué otras cosas debes tener en cuenta a la hora de escribir un cuento? Presta mucha atención a estas recomendaciones finales.
Consejos para ser un cuentista
Todo lo que se escribe revela mucho del escritor mismo. Por eso, ten en cuenta algunas de las cualidades y habilidades que todo buen cuentista debe tener:
- Debes ser poseedor de una imaginación viva, tan productiva como la de un niño.
- Es sumamente importante que escribas correctamente. Esto abarca no solo cuidar la redacción del texto, sino también poder hacer que una escena cobre vida en la mente del lector.
- Sé muy paciente y que cultiva el aguante. Lo que quiere decir que deber tener la capacidad de seguir trabajando en un mismo proyecto, durante horas, días, meses y hasta años sin rendirte, sin tirar la toalla.
- Debes ser perfeccionista. No te conformes. Esto puede llegar a ser un arma de doble filo. Por un lado, nunca estarás satisfecho con lo que hayas escrito hasta no haberlo reescrito vez tras vez. Por otro lado, te llevará a hacer un buen trabajo. Uno que valdrá la pena leer más de una vez.
- La escritura también exige ser disciplinado. Puesto que serás tu propio jefe, esto exigirá de ti tener buenos hábitos a la hora de escribir.
- Por otra parte, el buen sentido del humor te vendrá muy bien. Aunque no todos los lectores adultos disfruten de ello, en el caso de los niños, esto es esencial para mantenerlos entretenidos en la lectura. Además, el sentido del humor hará que te rías de tus fracasos, en lugar de sentirte frustrado y amargado.
- Finalmente, todo escritor debe ser humilde. Si notas que los humos comienzan a subirse a tu cabeza, lo mejor será que busques un ancla que te ayude a mantener los pies en la tierra.
Si bien es cierto que todos estos consejos pueden ayudarte a ser un buen cuentista, la mejor escuela para ello es escribir. Por eso, comienza a hacerlo lo más pronto posible y no dejes descansar tu mano. Así, con la práctica, llegarás a ser un experto.