Cómo dibujar un gato
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En el artículo de hoy vamos a explicar algo que pudiera parecer innato en el conocimiento de un niño, como es dibujar un gato, pero que se puede hacer también de manera artística y con varias técnicas diferentes dependiendo de diferentes factores como son:
- La postura en que queremos dibujar al gato. No es lo mismo un gato de pie, que sentado, dormido o en movimiento, en actitud cariñosa o defensiva, escalado o en perspectiva.
- Los materiales empleados. No es lo mismo pintura plástica que acrílica, témperas, óleos, acuarelas, lapiceros de colores, o un carboncillo.
- La superficie que nos servirá de base. No es lo mismo pintar sobre papel blanco que en color, ni pintar sobre un lienzo o una sábana, o pintar sobre una pared de cal a pintar en el techo de las cuevas de Altamira.
Cada tipo de pintura y los materiales empleados determinan un objetivo en la pintura, y una técnica diferente, por lo que algo tan aparentemente sencillo como pintar un gato, puede requerir de muy amplios conocimientos si lo que queremos es convertirlo en una obra maestra.
Como en un simple post no podríamos abarcar todas las técnicas y todos los estilos posibles que se podrían emplear en pintar un gato, ni mucho menos explicarlas tan al detalle como para convertirnos en afamados artistas de la pintura, nos conformaremos con detallar la mecánica que lleva a plasmar en un papel al animal que tenemos delante, que, seguramente no permanecerá en la misma postura por mucho rato.
Es decir, lo que vamos a ver hoy es la técnica del trazo, es decir, cómo capturar un instante en la vida del gato, y llevarlo al papel, convirtiendo a los primeros trazos en un boceto, y el boceto en una pintura, de la forma más sencilla y mecánica que nos sea posible, justo como si fuera la primera vez que nos enfrentamos a un dibujo de un gato, de manera consciente y voluntariosa.
Pintar un gato sentado con estilo caricaturesco
¿Que necesitas para dibujar un gato?
- Lápiz
- Papel
- Talento
Instrucciones para dibujar un gato
- Primeramente dibujaremos un óvalo en la mitad de la mitad superior de un papel normal colocado en forma vertical. Este óvalo servirá para alojar la cara y por tanto la expresión del gato, por lo que podemos alargarlo o ensancharlo para ir dándole carácter desde un principio. Pero dibujaremos sólo eso, un óvalo.
- Le vamos a colocar dos orejas que van a ser como dos donuts delgados o dos aros de cebolla partidos por la mitad y sobresaliendo del óvalo anterior por la parte superior con una buena separación entre las dos, como si una pequeña parte de ellas emergiera de los costados.
- Seguidamente añadiremos un jarrón de formas suaves y redondeadas, como esos que tiene nuestra madre en la mesa del salón, y por cuya culpa no nos dejan botar el balón en casa. Ese jarrón será el cuerpo sentado del gato. Cuidado con las proporciones, la distancia entre este jarrón y el borde inferior de la hoja ha de ser la misma que entre el ovoide de la cara y borde superior. Este jarrón ha de estar igualmente centrado entre los bordes izquierdo y derecho del papel, y es mejor que el gato nos quede pequeño pero centrado, que no dejar un espacio suficientemente amplio entre el objeto dibujado y los márgenes.
- Ahora le dibujaremos las patas. El gran fallo de muchos dibujantes noveles es saber que los gatos tienen cuatro patas. Nada de eso, nuestro gato tendrá sólo dos, y serán las delanteras, ya que las patas traseras no se verán por estar el gato sentado. Vamos a ello, imaginemos una línea horizontal cruzando por la mitad del jarrón, desde esta línea emergerán las patas verticalmente hacia abajo. Pongamos sobre esta línea imaginaria seis puntos equidistantes donde el primero queda en el borde izquierdeo del jarrón, y el sexto en el borde derecho. Del punto dos y tres emergerá hacia abajo la pata izquierda del gato, hasta superponerse al trazo inferior del jarrón o cuerpo, y sobrepasarle un poquito. Borraremos con una goma la parte del trazo del cuerpo que quedó entre las líneas de la pata, y repetiremos el proceso desde los puntos 4 y 5 de la línea imaginaria para dibujar la pata derecha. Finalmente terminaremos las patas con dos trazos horizontales y ligeramente oblicuos, de los que pondremos tres pequeñas líneas hacia arriba para que aparezcan los dedos. Borramos también los restos de la línea imaginaria, si los hubiese.
- En este paso dibujaremos un pequeño botón, muy pequeño, justo en el centro del óvalo de la cabeza, que será su nariz, ahora dibujaremos imaginariamente (o con un trazo apenas perceptible) otro igualmente concéntrico a la cabeza y la nariz, pero que sea equidistante entre éstas. Desde este círculo imaginario trazaremos tres bigotes perpendiculares a cada lado del mismo, y hacia afuera, y que lleguen a sobresalir otro poco de la cara del gato. Desde el pequeño círculo central de la nariz trazaremos hacia abajo una línea hasta el círculo imaginario, o un poco menos, y desde donde acaba este trazo partirán hacia los lados dos horizontales del mismo tamaño que el trazo y con similar grado de oblicuidad que las terminaciones de las patas, estos trazos serán la boca. Cuanto más oblicuos sean estos trazos, más sonriente estará el gato. Aproximadamente con la misma separación que la anchura de la boca, dibujaremos otros dos botoncitos que serán los ojos del gato, y os pondremos a una altura desde la nariz similar a la distancia que hay entre la nariz y la boca. Con esto tenemos dibujada la cara. No le pongan cejas ni cosas más raras, por favor, es un gato, no un vampiro.
- Toca dibujar la cola. En uno de los dos lados del cuerpo del gato, y a la misma altura que de donde salen las patas, dibujaremos una línea sinuosa en forma de “S”, cuya diagonal se imaginaremos a unos 60 grados de la horizontal. Un poco más abajo y con una separación similar a la de las patas, dibujaremos una “S” paralela a la anterior y uniremos ambas con un trazo redondeado. Ya tenemos terminado el boceto.
- El paso de boceto a pintura queda al gusto del aprendiz, quien después de borrar posibles trazos imaginarios que hayan podido quedar por ahí, procederá a colorear a su gusto y con cualquiera de los materiales expresados al comienzo de este post.
Consejos para dibujar un gato
A través de los pasos descritos hasta ahora, hemos aprendido a dibujar un gato sentado y de estilo caricaturesco. Pero existen otras infinitas posturas y otros muchos estilos para dibujar un gato. Deberías dominar una técnica antes de pasar a la otra, y probar con distintos modelos, experimentando variaciones para jugar con la expresión hasta empezar a desarrolla tu estilo propio. No importa que arrugues miles de hojas repitiendo el procedimiento anterior, importa que termines esos trazos de manera natural y cómoda, sin brusquedades y en un dominio perfecto de las proporciones para que tus futuros trazos imaginarios queden siempre en tu imaginación y nunca más tengas que borrarlos.Cuando domines esta técnica con otros animales, estarás entrando en tu propia técnica, tu propio estilo.
Un consejo, hasta que llegues a ella, no implementes el paso 7, deja todos tus dibujos en estado de boceto, a menos quieras hacer una prueba de pintura, pero recuerda que dibujar y pintar son dos cosas diferentes. Otro consejo que me gustaría darte, es, que nunca regales tus bocetos, los bocetos por un lado son entrenamiento y no expresan en absoluto la totalidad de tu arte y tu capacidad. Por otro lado si regalas tu trabajo, del tipo que sea, nunca será valorado. Si no vendes ningún cuadro cómprate un cuadro a ti mismo, y bien caro, para que puedas decir a los demás que ya venderte cuadros y bien caros porque eres un genial artista. No estarás mintiendo y exhibirás el orgullo de pintor que todo buen pintor necesita.Practica. Practica mucho, mucho, ese es tu trabajo ahora. La maestría del pintor se demuestra en los trazos, y sus trazos se ven en los bocetos. Y no seas Diógenes, el arte está en tu mano, no en el papel, no acumules montañas de bocetos, son bocetos de aprendiz, los bocetos de maestro aún están en tu mano, cuando salgan sabrás reconocerlos. Hasta entonces deshazte de ellos.Importancia del trazo. Dibujar a mano alzada puede ser una experiencia fascinante. Todos los elementos plásticos que integra el dibujo y la pintura entroncan con lo más íntimo del ser humano, su poder creativo. Para muchos místicos, es ese poder creativo del ser humano lo que le hace diferente del resto de los animales y lo que le acerca a la divinidad.
Es por ello que los niños desarrollan su inteligencia y sus sentidos realizando experiencias con todo tipo de materiales plásticos, es decir, materiales que podemos darles forma libremente como expresión de nuestra conciencia interior irracional e innata.Mediante el dominio del trazo alcanzamos la maestría en la expresión artística, porque con unos ligeros y suaves movimientos podremos plasmar algo más importante que las palabras, como son las emociones, los pensamientos y los sentimientos.¿Quieres dibujar un gato? Dale vida con el trazo. No necesitas conocer el realismo, el impresionismo ni el cubismo para expresar esos elementos sublimes de la naturaleza.Juega con los trazos que te hemos indicado, juega con sus posiciones y sus proporciones de todas las maneras posibles hasta que tu gato esté, vivo. No importa que se trate de una caricatura, tú puedes con el poder creativo de tus trazos, darle vida a ese gato. Movimiento, expresión, emoción, sorpresa, todo está en el gesto.Y ve aún más allá, el camino no termina nunca. A través de tus propios trazos no sólo puedes darle vida a tu gato, puedes hacerle hablar. Traza dibuja, y antes de arrojar tu boceto a la basura, obsérvalo un poco a ver que dice. Como último consejo, si quieres llegar lejos tanto en el dibujo como en cualquier cosa, sólo hay una poción mágica: disciplina.