Cómo dibujar un rostro
En esta publicación estudiaremos los principios básicos para dibujar retratos, y ofreceremos una serie de trucos que nos ayudarán a dominar la expresión en el dibujo y la pintura.
Inmortalizar los rostros sobre cualquier medio físico ha sido siempre una de las mayores y más antiguas fascinaciones del ser humano desde que se irguió sobre la tierra. Por ello, explicar aquí algunos de los pormenores del proceso de dibujar un rostro, nos parece algo muy relevante y divertido.
Aprender a reconocer los contornos y las formas en una fotografía o imagen requiere de mucha disciplina y mucho entrenamiento. Y el quid de la cuestión, según muchos expertos, está en educar a la mente para que sepa lo que debe buscar a la hora de plasmar un rostro. Una vez que la mente percibe las líneas maestras del rostro, será mucho más fácil llevarlo a cualquier modelo artístico.
Tomar conciencia de los volúmenes, las formas, a través de las luces y las sombras, es todo los que hay que saber para dominar el dibujo de un rostro y expresar sus características faciales, ya sea de un modo realista, caricaturesco, impresionista o surrealista, ya que podremos reconocer a la persona dibujada a través de dichos rasgos independientemente del mecanismo de expresión. El gran secreto retratar un rostro: Descubrir sus proporciones. Pintar es algo matemático. Las proporciones son como los mapas que nos van a permitir obtener una visión global del rostro como un todo. Todo el mundo sabe dónde se encuentran los componentes faciales. Los ojos están encima de la nariz, y la nariz está encima de la boca, etc. entonces ¿por qué resulta tan difícil a la mayoría ubicar los rasgos?
La respuesta es sencilla, comprenderla ya no tanto. La dificultar radica en la falta de costumbre o de educación que le mente tiene a la hora encontrar en la naturaleza volúmenes equivalentes con que comparar dichos volúmenes faciales. La mente es audiovisual, no volumétrica. Y lo que vamos a crear a la hora de dibujar un rostro son precisamente eso, volúmenes. La proporción, o razón de proporcionalidad, es la relación que existe entre los volúmenes de los elementos que se encuentran en el marco de una obra, y sus correspondientes modelos originales. Tratándose de un rostro, en la medida que se conserve esta relación de proporcionalidad, podremos reconocer a la persona que sirvió de modelo independientemente de la técnica y el estilo que lo exprese. Pero es hora de pasar a la práctica. Veamos, que podemos hacer para dibujar un rostro que todos puedan reconocer sin hacer esfuerzo.
¿Que necesitas para dibujar un rostro?
- Lápiz
- Papel
- Ganas de dibujar
Instrucciones para dibujar un rostro
- Cómo dibujar unos labios: Los labios presentan unas características bastante simples, pero es preciso prestar una gran atención a sus volúmenes, sobre todo si no estamos acostumbrados, para descubrir su relación de proporcionalidad con el resto de la cara.
Lo primero que debemos observar es la línea que se forma entre el labio superior e inferior. Debemos clavarnos en esa línea y borrar mentalmente todo lo demás, para extraer su forma única. Después debemos prolongarla imaginariamente hasta que toque los extremos de la cara para obtener su proporción con respecto a las distancias entre las comisuras y los extremos de la cara. Si el rostro se encuentra un tanto de perfil, puede ser más difícil establecer dicha proporción al existir tres medidas distintas en la misma proporción, pero con disciplina se puede, y con el tiempo resulta algo automático.
Una vez que hemos colocado la línea que se forma entre los labios, y las comisuras correspondientes en la posición que repite la proporción del modelo real, nos habremos de fijar en las otras dos líneas que nos quedan, la que forma el labio superior con la cara, y la que sihue formando ésta con el labio inferior.
El labio superior se asemeja a un par de montañas también únicas, y la proporción que debemos extraer en este caso es la de la altura de las mismas y la forma de sus pendientes.
El labio inferior se ve básicamente como una porción de círculo ovoide convexo des de abajo. Como en el caso anterior, si lo que queremos reproducirlo fielmente deberemos conservar en el papel las mismas proporciones observadas en el modelo real.
Enseguida observará que una sonrisa o mueca de cualquier tipo, afectará a los demás rasgos faciales de toda la cara, por muy leve que sea. Los labios se abren y todo ha cambiado, desde las mejillas hasta la frente, la expresión de los ojos, e incluso las líneas de la mandíbula.
A partir de aquí, si ya tenemos previamente dibujado el contorno de la cara igualmente en sus correctas proporciones, podremos empezar a poner luces y sombras en las dos cordilleras labiales, así como empezar a hacer lo propio con barbilla y mejillas, pero aún muy levemente, porque aún estamos obteniendo proporciones.
Consejo práctico. Para adquirir dominio a la hora sombrear y de poner luces en los relieves de la cara, así como en cualquier tipo de relieve, lo mejor es pintar bolas de billar a mano alzada colocadas en una superficie también lisa y blanca. Si observamos profundamente una bola blanca de billar veremos en ella todos los juegos de luces y sombras, reflejos en la luz, luz en las sombras y sombras en la luz que necesitamos para aplicarlas a un rostro o sobre cualquier cosa. Cuando lleves pintadas unas 200 bolas así podrás empezar considerarte capacitado para dibujar volúmenes y darles relieve a tus rostros. - Cómo dibujar una nariz: No sé si te habrás dado cuenta que, salvo escasas excepciones, muy pocos poetas han elevado cánticos a una nariz. Las alusiones a una nariz, salvo por motivo de escarnio, son realmente escasos en el mundo de la literatura, y muchos menos los elogios a ellas.
Si hay algo que se parece a un problema a la hora de dibujar un rostro, ese elemento es la nariz, ya que no hay en la naturaleza volúmenes similares con que compararlo, y al cerebro se dificulta muchísimo establecer relaciones de proporcionalidad de forma natural.
Sin embargo, la nariz recibe tantísima carga de personalidad que es un elemento imprescindible para reconocer a una persona en el papel. De hecho, con sólo exagerar un poco los rasgos personales de una nariz no muy frecuente, podríamos reconocer a su propietario sin necesidad de otros elementos.
Por todo ello, aunque este sea un elemento “de narices”, lo que para unos es un problema para otros es un fuente de obtener ventaja, y merece un estudio profundo aunque sea el elemento menos popular de la cara.
El secreto para “entender» a una nariz consiste, según muchos “entendidos” de narices… y perdón por el inevitable juego de palabras, en identificar el rasgo de la nariz que resulta más destacado, es decir, encontrar en qué puntos la nariz capta la mayor luz, brilla más, y, en qué arcos se esconden las sombras. Dicho de otro modo, hay que «leer» a la nariz como un conjunto de luces y sombras.
Truco 1: Si tenemos un modelo real del que queremos obtener el conjunto de luces y sombras que conforman no sólo la nariz sino todo el rostro, pongámoslo en una habitación oscura, démosle una capa fina de aceite por todo el rostro y hagamos incidir una lámpara desde un ángulo entre 30 y 45 grados de la horizontal, la vertical y la “Z” de profundidad, para obtener el mayor resalte posible de los puntos de luz y las sombra.
Truco 2: Si no disponemos de un modelo físico, podremos tomar una fotografía en blanco y negro impresa en papel normal (no fotográfico) del rostro que queremos dibujar, y luego con un lápiz blando exageraremos las sombras para hacerlas más pronunciadas, a la vez que con una goma dura de las que se usaban para borrar tinta, y frotaremos suavemente con ella en los puntos y líneas que reflejan la luz para acentuar su brillo.
- Cómo dibujar los ojos: Los ojos son el espejo del alma. Los ojos hablan, y son por tanto la parte más difícil de capturar en un medio plástico. Incluso con una cámara fotográfica es difícil captar la esencia de una persona que se puede atrapar a través de los ojos. Repite lo de las líneas de los labios pero esta vez aplicadas a los párpados. Después imagina una cuchara con la que vamos a crear las cuencas como si la cara fuera una gran bola de helado, trata de extraer helado aplicando sombra con tu lápiz hasta lograr las proporciones del modelo que queremos dibujar. Deberemos crear dos grandes depresiones que rodearán a los ojos. Esta parte es la más importante y la más ignorada por los principiantes.
Ya que tenemos las cuencas y los párpados, debemos imaginar las 4 bolas de billar que se esconden en cada párpado, y vislumbrar que porciones de ellas emergen de las cuencas.
Seguidamente nos centramos en las líneas de las cejas, y las dibujaremos respetando escrupulosamente como siempre que tocamos una línea, la relación de proporcionalidad con el modelo original. Por último, imagina las bolas de billar que se esconden en los globos oculares. Verás que es fácil porque son iguales.
Finalmente detente un rato en los iris y las pupilas teniendo cuidado en alinearlas con nuestra mirada. La sensación ha de ser que esos ojos nos ven sin lugar a dudas ni estrabismos.
Truco 3: Toma un lápiz con goma. Ponlo en la línea imaginaria que uniría el foco de luz con el centro del globo ocular. En el punto donde tocaría esta línea si fuera un palo de billar al globo ocular borra un pequeño punto para reproducir el reflejo natural. Lo mismo en los dos ojos.
Truco 4: Justo en el punto donde se tocan el iris y el párpado inferior, borra un poquito con la punta de la goma en sentido horizontal. Aportarás a la mirada un toque de humedad muy realista.
Consejo final. Habrás pasado muchas horas con tu retrato como para permitir que se deteriore en cuanto pongas unos libros encima. Compra un spray fijador y dale una pasadita suave antes de guardarlo, y tu obra te sobrevivirá abriéndote la puerta de la eternidad.
megusta mucho su tecnica, que bien