Cómo dibujar gatos
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Los gatos son, con los perros, los animales domésticos más numerosos en las casas y hogares. Los gatos, sobre todo los gatitos pequeños, se han convertido en los protagonistas más populares de innumerables vídeos que aparecen en las redes sociales, con su imagen tierna, divertida e ingenua.
A las personas aficionadas al dibujo, los animales son un motivo, para sus creaciones, de lo más clásico, pues se pueden observar y dibujar del natural, y en muchos casos, pueden posar durante un tiempo largo, incluso sin moverse.
Los gatos son un buen ejemplo de esto. Pueden permanecer varias horas sin apenas moverse del sillón o del cesto donde les guste pasar el rato dormidos o acurrucados. Así, son unos modelos inmejorables para hacer un dibujo trasladando su imagen al papel.
Además, tienen una figura que no es demasiado complicada de trazar, pero con los suficientes detalles como para que no sea aburrido dibujarlos, pues en cualquier postura son atractivos, por sus diferentes colores, pelajes y tamaños.
Por eso, si estás interesado en saber cómo abordar representar a estos animales encantadores, te damos algunas pautas para que aprendas cómo dibujar un gato.
A bulto
Para empezar a dibujar un gato, tienes que tener en cuenta que la técnica general se basa en dibujar los bultos principales que constituyen la forma del cuerpo de un gato. Es decir, la cabeza, el cuerpo y luego las patas, sea cual sea la postura en que dibujemos al gato en cuestión, y ya sea a partir del natural, con tu propio gato durmiendo en un cojín, o a partir de una fotografía.
Esos bultos o zonas más grandes las empezaremos a dibujar por medio de trazar círculos y óvalos tal cual, sobre los que añadiremos detalles e iremos perfilando la figura del gato hasta lograr una imagen realista.
Por la cabeza
Si quieres dibujar la cabeza del felino, vista de frente, comienza por dibujar una circunferencia un tanto ovalada, y dentro de ella traza un círculo de menor tamaño en la parte inferior y que sobresalga algo por abajo, para que sea la línea general del hocico del gato.
Dibuja dos triángulos en la parte alta del círculo más grande, quedando algo ladeados, tanto a uno como a otro lados, que serán las orejas del minino. A continuación, traza debajo de cada triángulo otros iguales, pero en espejo hacia abajo, formando dos rombos con los vértices inferiores tocando el círculo bajo del hocico.
Entonces, dentro de esos vértices inferiores bosqueja dos círculos más pequeños, que serán los ojos. Y dentro del círculo inferior para el hocico, en su parte inferior, sin llegar a tocar el borde de abajo, traza una Y. De la barra vertical tira unos semicírculos pequeños, proporcionados con esa Y mayúscula. Esas líneas corresponden con la punta del hocico y la boca cerrada, justo debajo.
Entrando al detalle
Para ir dando detalles al dibujo, alarga los círculos de los ojos para darles una forma algo más almendrada, estirando esos círculos hacia un lado y otro. Si la cabeza fuera un reloj, el ojo izquierdo se alargaría hacia las 10 y el derecho hacia las 2. Deja alguna pequeña línea en el pico inferior de cada ojo para que sean los pliegues de los ojos, entre los que se forma la nariz del gato, algo pronunciada.
Dentro de cada ojo, traza la pupila, que es vertical, en forma de pequeña y estrecha hoja de árbol. Las líneas de la Y del morro hazlas algo curvas y crúzala por arriba una raya pequeña horizontal. Por otro lado, curva los lados de los triángulos que forman las orejas para que se vayan acercando a la imagen real. A la vez que vas modificando trazos y líneas, usa la goma de borrar para quitar las líneas básicas que has dibujado en primer lugar, como directrices.
Acercarse al original
A partir de ahora se trata de acercarse a la imagen original del gato, por medio de añadir líneas curvas aquí y allá, comenzando por la orejas y siguiendo con toques de detalle en los ojos y el hocico. Dibuja ya los bigotes, tan característicos, con líneas rectas que salgan en abanicos de cada lado del hocico. Retoca el círculos de toda la cara del gato, y ponle rayas cortas con algo de sombra, para ir asemejándolo al pelo que tiene el animal. A la vez que vas añadiendo detalles, deberás de ir borrando las líneas básicas que te han servido de matriz para el dibujo.
Coloreando
Después de borrar las líneas del esbozo con el que trazaste las líneas generales de la cara del gato, puedes empezar a usar lápices de colores para ir perfilando y completando la cabeza de gato e ir dándolo los detalles realistas que terminarán el trabajo.
El lápiz más adecuado será uno de tono marron u ocre, de punta bien afilada. Haz rayas cortas que serán el pelo de distintos lugares. Dibuja las marcas teniendo en cuenta que el pelo de la nariz es bastante corto, creciendo hacia abajo, el pelo de la parte superior de la cabeza crece hacia arriba y el de los mofletes se verá horizontal y más largo. Dibújalo de manera que se vea así por el comienzo del trazo.
Con un beis más claro dale sombra alrededor de los ojos, de forma suave. El perfil de los ojos y del hocico márcalo con más dureza con un lápiz negro, y para destacar la parte baja de las pupilas verticales en forma de hoja.
Con un lápiz gris oscuro ve marcando en las zonas de pelo, en la dirección que antes se ha mencionado, para crear el efecto atigrado de contraste del pelo del gato. Aplica también este lápiz, haciendo marcas cortas, en la parte baja de la boca, para definirla más.
Haz lo mismo en la zona sobre los ojos y en torno a la nariz con distintos tonos. Para lograr el efecto deseado, realiza las marcas de las líneas de forma que se vean más oscuras, con más trazo gruesos, donde se tiene que ver más sombra, y trazos más espaciados y suaves donde se tienen que reflejar luces en la imagen de la cara del gato.
Más dibujos de gato
Siguiendo el esquema principal para dibujar esta cabeza de gato, primero con bultos, para ir detallando cada vez más y después añadiendo las partes más realistas con trazos finos y gruesos, y con distintas sombras, podrás conseguir dibujar un gato en distintas posturas y perspectivas.