Cómo dibujar un ojo
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Cuando se quiere aprender a dibujar, una de las metas que se quiere lograr lo antes posible es llegar a dibujar el rostro humano, lleno de emociones de todo tipo, que comunica tantas cosas y que puede ser muy atractivo porque tenga una gran belleza como porque sea feo o viejo, pero aún así lleno de fuerza y magnetismo, lo que es un reto para cualquier dibujante: alcanzar a transmitir todo lo que se expresa en una cara a través del propio lápiz o pincel.
Es un reto pues no es fácil dibujar el rostro humano, y en la historia de la pintura y del dibujo tenemos muchos ejemplo de grandes artistas que sí fueron capaces de hacerlo y asombrarnos de la finura de las expresiones conseguidas, tan llenas de sensibilidad y detalle.
Por eso, una forma de llegar a dibujar rostros humanos realistas pero no planos es aprender a dibujar cada una de las partes de la cara, tanto la femenina como la varonil, la de la infancia como la de la vejez o las diversas edades del ser humano.
Uno de los centros de atención en un rostro son los ojos, siempre expresivos incluso cuando pretenden ser neutros y no comunicar nada. No es de extrañar que tantos quieran dibujar bien un ojo humano.
En este interesante artículo te explicamos Cómo Dibujar un Rostro
Vamos a darte algunas pautas para que abordes las principales nociones que necesitas para saber cómo dibujar un ojo abierto en todo su esplendor.
Una foto, una persona
Una buena idea es que consigas una fotografía de un ojo humano abierto, o pueden ser los dos, pero en la que se vean bien los detalles oculares, con claridad. Usa la foto como referente para realizar tu dibujo. También puedes usar a alguna persona que quiera ser tu modelo, y que esté dispuesta a posar para ti durante un largo rato, para que tu trabajo tenga el resultado apetecido. Para empezar, si tienes una foto de una mirada de frente con los dos ojos, o a una persona, calcula que el tamaño del ojo es igual al espacio que hay en horizontal entre los dos ojos y sus correspondientes cejas.
El contorno
Busca tus lápices y con uno que sea oscuro y no muy duro dibuja el contorno del ojo, formando un óvalo alargado en los extremos horizontales, y con una especie de tubo pequeño que sobresale desde el cierre de uno de esos extremos del ojo: a la izquierda si vas a dibujar un ojo izquierdo y al revés en el ojo derecho. Ese tubito será el lacrimal. El óvalo no será perfecto, sino más bien formando una figura como de duna o de nuez alargada.
Traza justo encima del ojo una línea en paralelo que siga la curvatura del ojo, para que luego sea el párpado superior. Ahora sólo se trata de líneas, de un esbozo.
El iris y la pupila
Con otro lapicero más oscuro, como podría ser el 5B, traza dentro del óvalo del ojo lo que será el iris, un círculo sin cerrar del todo, es decir, un redondel cuya parte superior está tapada por la línea superior del ojo que será la pestaña de arriba. De esta manera, el ojo no quedará como si estuviese infinitamente asombrado.
Entonces dibuja la pupila dentro del iris. Será un círculo completo y estará en el centro del ojo, aunque el iris no. Dentro del iris puedes dibujar un par de circunferencias no muy redondas, una más grande que la otra, que serán reflejos de luz en el ojo, lo que dará un gran realismo a tu imagen.
Sombreado y rayado
Sombrea la parte alta del ojo, por encima de la pupila, de manera que prácticamente quede en negro, a partir del borde superior, la zona del arco superior del ojo. También debes darle sombra alos puntos blancos que serán los reflejos de luz en el ojo.
Cuando acabes, pasa a sombrear el iris, con trazos finos y rápidos rectos dirigidos a la pupila, perpendiculares a ella, largos desde el borde interior a la pupila pero sin tocar ni uno ni otra. Luego repasa los trazos, pero más en el centro de los mismos, añadiendo líneas más cortas. El aspecto del iris recuerda un poco al de los crisantemos. El borde de la pupila debe quedar difuminado, no lineal, gracias al rayado que le llega como si fueran los rayos del sol al sol mismo. Repasa de nuevo los bordes del iris y de los reflejos de luz, marcándolos un poco más
Las pestañas
En la línea inferior del ojo, tira líneas cortas y curvas que se crucen entre sí, para formar las pestañas de abajo, todo a lo largo del párpado inferior. Para las pestañas superiores, repite la operación, dibujando líneas curvas pero mucho más largas que las pestañas inferiores, y también cruzándose entre sí, para que sean los pelos rizados típicos de las pestañas.
Dale un poco de sombreado en la parte izquierda del párpado superior, con ligeros trazos horizontales, para darle profundidad y realismo.
Rematando el dibujo
Para rematar el dibujo del ojo, es muy aconsejable la observación del modelo, ya sea en fotografía o del natural, para que te fijes en las zonas que pueden tener algo de sombra o algunas líneas propias de los pliegues de la piel alrededor del ojo, aunque concéntrate en que estás dibujando un ojo y no una cara, para no extenderte en detalles más allá del ojo. Se trata de que hagas un ojo convincente y realista. Observando bien el ojo de cerca podrás trazar los detalles y sombras de forma fiel al ojo humano real.