¿Cómo era vivir dentro de un castillo medieval?
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Si has crecido viendo las películas de Disney, probablemente tengas la percepción de que vivir en un castillo ha de ser lo mejor del mundo. La sola presencia de estas fortalezas no solo denota imponencia, sino a su vez, son un símbolo de estatus y de la realeza. Estoy seguro que todos en algún punto de nuestras vidas hemos llegado a soñar vivir dentro de un castillo (Espero no haber sido el único). Pero como dicen por allí “La realidad puede ser más triste y deprimente”. Sin ánimos de ser el aguafiestas, el día de hoy te voy a explicar cómo era vivir en un castillo medieval. Te apuesto que tras la lectura de esta entrada, quedaras tan sorprendido como asqueado a partes iguales.
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Estarás seguro al vivir dentro de un castillo.
Empecemos dejando muy claro el propósito que tienen estas fortalezas. Un castillo era construido con la única intención de proteger o salvaguardar a la realeza y nobles que lo habitan. Sus arquitectos lo construían con esa idea muy aferrada a la cabeza, y la verdad es que lo logran con gran efectividad (al menos para su tiempo).
No obstante, solo pensaban en como el castillo protegía, mas no en los lujos o comodidades que te pudieses esperar ¿Yacusi? ¿Flujo de aguas blancas? ¿Temperatura acogedora? Que va tío, esas cosas no se tomaban en cuenta a la hora de construir un castillo. La mayor parte del mismo era frio y húmedo, las tuberías por aquel entonces no existían y las duchas… Bueno, eso lo dejo para el próximo punto.
No eras lugares muy higiénicos.
Los castillos no poseían tuberías para aguas blancas o aguas negras. Sin mencionar que por los materiales que se usaban para construirlos, la mayor parte de la fortaleza se encontraba húmeda. Lo que daba pie al desarrollo de las bacterias y animales poco adorables. Por si fuera poco, en la edad media la gente no solía bañarse de forma diaria como lo hacemos hoy día. Es más, era de lo más normal que los plebeyos durasen hasta meses sin tomar una sola ducha.
Los nobles y reyes tampoco se escapaban de emanar uno que otro tufo pestilente. Sin embargo solían ocultar los malos olores con el uso de perfumes o plantas aromáticas. Además, debemos tener en cuenta que los castillos eran mayormente espacios cerrados y con poca ventilación, por lo que podrás imaginar la concentración de olores que había dentro de esas estructuras ¿A que suena genial vivir dentro de un castillo oloroso?
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Los castillos eran mayormente oscuros y poco iluminados en su interior.
Al vivir dentro de un castillo no solo te tocaba lidiar con los malos olores, la humedad y la poca ventilación. Sino que a su vez muchos de sus pasillos y habitaciones se encontraban mal iluminados. Por lo que esa idea de que podías apreciar la majestuosidad de tu fortaleza desde su interior, solo era posible en ciertas áreas y en horas puntuales del día.
Esto ocurría no solo por las limitaciones de la época (Recordemos que no existía la electricidad en el medioevo). Sino por propia estrategia militar, recordemos que estas obras arquitectónicas tenían la función de proteger, por lo que no daban cabida a posibles aberturas donde el enemigo pudiese escabullirse. O bien tuviese mucha visibilidad al interior. Mientras menos el enemigo supiese como era el interior de la fortaleza, muchísimo mejor.
Si para este punto aun tienes esperanzas de vivir dentro de un castillo medieval, deja que te comente sobre el menú de comida. Quizás pensaras que como rey se disfrute de grandes festines y la mejor cocina del reino, pero la verdad es que el rey solo goza de comida en abundancia. Pero el meno es bastante pobre en cuanto a variedad de alimentos se refiere.
Esto se debe a las dificultades para almacenar la comida, por lo que no se puede pensar en alimentos de poca conservación (Como lo puede ser el pescado). A menos que la ubicación del castillo permita la obtención de dicho alimento de forma fresca. De lo contrario, te tocara aguantar el mismo menú semana tras semana, por lo que al cabo de un tiempo vivir dentro de un castillo dejara de ser tan encantador como creías.
De esta manera concluimos con la redacción de este artículo, esperamos que haya sido de vuestro agrado, peor que sobre todo. Haya satisfecho la curiosidad de imaginar cómo sería vivir dentro de un castillo medieval. Pese a todas las dificultades que ello representa, es innegable que la majestuosidad de estas arquitecturas seguirá fascinándonos con el tiempo.
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