Cómo limpiar acero inoxidable
El tratamiento del acero inoxidable, en especial el de su limpieza y mantenimiento, no es en absoluto caro ni difícil, si sabes cómo hacerlo. Toda la dificultad estriba en la naturaleza de las manchas y del deterioro que, en cada caso, presente su superficie, y para cada grado de dificultad existen mecanismos industriales, y también caseros, que nos pueden aliviar la tarea.
Del estudio del acero inoxidable y el análisis de los diversos mecanismos de limpieza y mantenimiento de su superficie, tratará este artículo que ahora te presentamos. El acero es, junto al oro y el platino, uno de los elementos más incorruptibles que existen, entendiendo por corrupción el efecto que puede tener el oxígeno y otros elementos como el cloro, sobre la composición del material que puede deteriorar sus propiedades.
El acero no existe en la naturaleza sino que es una alteración química (no aleación) del hierro como consecuencia de introducir una pequeña proporción de carbono mientras se encuentra en fusión, transformando así toda su ductilidad natural en dureza y resistencia a la corrosión. Este hierro en aleación, ahora sí, con otros metales como el cromo al 10% o 12%, y pequeñas porciones de molibdeno y/o níquel, adquiere unas proporciones de inalterabilidad tan importantes que se le considera incorruptible, por eso lo llaman acero inoxidable.
No obstante, aunque su naturaleza permanezca inalterable al paso del tiempo y de la mayoría de agentes corrosivos, el aspecto de este material sí puede deteriorarse bastante y perder todo el brillo y el esplendor que presenta en el momento de salir de fábrica. En base al grado de dificultad que presente el tratamiento de limpieza presentaremos un método para recuperar las cualidades estéticas del acero inoxidable de nuestra cocina, electrodomésticos, cazuelas, cubiertos, etc.
¿Que necesitas para limpiar acero inoxidable?
- Acero
- Productos de limpieza
Instrucciones para limpiar acero inoxidable
- Suciedad por el uso cotidiano. En el grado más básico de suciedad se encuentra la del uso por comidas, sin complicaciones de quemaduras, resecamiento, tintes y otras cuestiones. En estos casos el simple lavado con jabón para vajilla y una esponja sin abrasivos del tipo nanas, etc. es más que suficiente para cazuelas, cubiertos y demás enseres de acedo inoxidable. Para superficies más grandes, como electrodomésticos, muebles, encimeras, balaustres, pomos de puertas, etc. como es lógico, no los podremos introducir debajo del grifo, pero el procedimiento es muy parecido, sólo que esta vez usaremos un trapo húmedo con cuatro gotas del mismo detergente que usamos para la vajilla, y listo. Tal vez haya que frotar un poco más según el tipo de mugre, pero con eso es suficiente.
- Manchas de dedos y de grasa. Normalmente un detergente saca también bien la grasa, incluida la que dejan nuestras huellas dactilares y que tanto perturban a veces la limpieza de algunas superficies. Si observamos que son persistentes, en lugar de un detergente utilizaremos desengrasante como son los ácidos en general. Hay varios productos en cualquier cocina que nos pueden proporcionar ese ácido. Los dos más comunes son el vinagre, que contiene entre un 5 y un 10 % de ácido acético, y el limón, que tiene una proporción similar de ácido cítrico. Se recomienda no utilizar otro tipo de ácidos aunque sea más fuerte porque podrían presentar complicaciones para el que los manipule. He leído por ahí que hay que rebajar con agua el vinagre o el limón, e incluso nos indican en qué proporción exacta, pero eso no tiene ninguna justificación lógica. Podríamos derramar ácido de una batería de coche sobre el fregadero de acero inoxidable y no pasaría absolutamente nada. Un trapo empapado en vinagre es más que suficiente para esa grasa dactilar y otras que parecen resistirse por haber adquirido propiedades de las ceras. Frotando con buena luz para ir comprobando los resultados es más que suficiente.
- Manchas persistentes por el uso, cazuelas pegadas, etc. En estos casos podemos probar a calentar agua con algo de detergente, dicen que eso ayuda a despegar los fondos. En mi caso particular, cuando lo he intentado sólo he logrado que se pegue más, pero bueno, si a alguien le funciona, correcto. Lo que a mí sí me ha funcionado siempre es dejar a remojo toda la noche la cazuela con el fondo pegado, y luego, ya en la mañana, frotar con una espátula de madera o plástico, e incluso una de esas espumaderas o cucharas siempre de materiales plásticos para no rallar la cazuela, y con eso frotar hasta remover lo más grueso, y después para lo fino, el estropajo normal y detergente. En teoría, el acero inoxidable es más duro que los “nanax” por lo que no deberían rayarse las cazuelas por frótalas con ellas, sin embargo, a mí particularmente no me gusta tener estropajos nanax en mi casa, porque luego siempre llega alguien queriéndote hacer el favor de lavarte los trastos, y termina levantando el teflón de la sartén, o cosas peores. Agua, tiempo y jabón pues, el de toda la vida.
- Manchas por uso intensivo y prolongado, como desgastes e insolación. No son manchas en realidad, sino micro-ralladuras que, con el paso de tiempo, han llegado a apagar el brillo de nuestro acero inoxidable, y a mostrar zonas de diferentes aspectos. Los bordes de estas micro-ralladuras, al brillar con la luz, despiden micro-reflejos que, a una escala normal dan ese aspecto blanquecino y opaco que delata la edad de los objetos de acero inoxidable. La solución, estos casos es tapar estas micro-ralladuras para que no reflejen, y eso se consigue aplicando un poco de aceite en un algodón o un paño, frotándolo por toda la superficie. Aún no he llegado a comprender por qué insisten en los foros que este aceite tiene que ser de oliva o de bebé, debe ser para que el electrodoméstico o el mueble esté bien alimentado y no le cause escozor. En cualquier caso, yo lo hecho con otros aceites y me ha funcionado.
- Manchas de las que yo llamo “imposibles”. Este tipo de manchas se producen por incidencias como un grifo goteando permanentemente agua calcárea, o manchas de alguna tintura química que, al estar mucho tiempo sobre el acero inoxidable se han transferido a éste, salpicaduras de esmalte o cosas así que no salen ni para atrás. Para estas cosas yo he usado “thinner” y me ha funcionado excelentemente. No quiero decir que funcione para todo, ojo, sólo que a mí me ha funcionado varias veces. Hay disolventes químicos mucho más fuertes, pero éste ha sido suficiente para mí en todas las ocasiones que se resistieron los demás métodos. Un algodón empapado en thinner y frotado pacientemente sobre los manchurrones me ha ayudado a recuperar muchos elementos. El thinner (adelgazador), o “tiner”, es un disolvente que se vende en las tiendas de pintura muy barato, y que se usa para “adelgazar” la pintura, es decir, para diluir los esmaltes con él y aprovechar mejor la pintura a la vez que la brocha fluye mucho mejor y no de atasca. No es agresivo porque no disuelve la botella de plástico normal que nos sirve para guardarlo, ni tampoco las manos, ya que nos quitamos el esmalte reseco de la manos con el mismo tiner y no se arrugan ni se estropean.
- Mantenimiento y matrícula de honor en conservación. Si queremos dar un paso más y dejar nuestras superficies de acero inoxidable como el primer día (o mejor), podemos emplear un par de procedimientos muy similares a los de abrillantar la carrocería de un automóvil, estos son el pulido y el bruñido. La diferencia entre ambos radica en que el pulido te dejará el acero inoxidable como un espejo, y el bruñido te dejará unas marcas muy resultonas. En ambos casos deberás a acudir a productos que no hay en las cocinas. Para el primero, deberás tomar la pulidora de la pintura de tu coche, una cera especial para acero inoxidable que venden en las tiendas de limpieza, y mucho tiempo para pasarle la máquina por toda la superficie. Y el segundo, es para los más sibaritas. Para bruñir una superficie de acero inoxidable con la foto de tu abuela, por ejemplo, deberás llevar tu enser y una foto nítida de tu abuela a la tienda donde te hacen los bruñidos. Cuando vayas a recoger los resultados sorprenderás a toda la familia con la imagen de la matriarca inmortalizada sobre el frigorífico.