Cómo usar un termómetro
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El termómetro es un objeto infalible para ayudarnos a medir la temperatura. Se considera a Galileo Galilei como el padre de este invento pues él fue la persona que ideó el termoscopio, con un sistema muy parecido al de este objeto. Sería Gabriel Fahrenheit en 1714 quien finalmente inventaría el de mercurio.
Los primeros termómetros se basaron en el fenómeno de dilatación que sufren ciertos metales a través de la aplicación de calor. Para que fuera fácilmente detectable, fue necesario utilizar metales cuya dilatación fuera apreciable con una subida de temperatura no muy elevada. Este es el motivo de que los primeros estén hechos con una base de mercurio encerrada en un tubo de vidrio tallado con una escala métrica. Con el paso de los años el sistema ha ido evolucionando hasta la creación de los termómetros digitales que son los que se pueden ver en los hospitales y centros de salud de todo el mundo a día de hoy. En España es muy difícil encontrar algunos de los antiguos termómetros, sobre todo porque desde 2007 se prohibió la fabricación y venta de aquellos hechos a base de mercurio. Esta prohibición no es común a todos los países, por ejemplo en los que conforman América Latina sigue siendo habitual encontrarlos en las viviendas, aunque los centros médicos ya cuentan con termómetros digitales.
¿Los termómetros son iguales en todo el mundo?
Son muy parecidos. Por ejemplo, prácticamente en cualquier lugar se utilizan los grados Celsius como unidad de medida, aunque se pueden encontrar también termómetros que miden con otras escalas, como los grados Fahrenheit o la temperatura Kelvin.
Hay muchas variedades diferentes dependiendo de su uso. En este post nos vamos a centrar en los digitales y los de mercurio, que son los que se utilizan habitualmente para medir la temperatura corporal, un método infalible para detectar la fiebre o la hipotermia. Si quieres saber cómo utilizarlos, no te pierdas el siguiente post.
¿Que necesitas para usar un termómetro?
Vamos a necesitar
- Un termómetro digital o de mercurio
- Alrededor de 5 minutos de tiempo
Instrucciones para usar un termómetro
Para usar un termómetro de mercurio
- En primer lugar debes desinfectarlo correctamente. Asegúrate de lavarlo con el alcohol que usas para hacer las curas y un disco de algodón o una gasita. Debes de limpiar la parte del bulbo que va a entrar en contacto con nuestro cuerpo. Lo mejor es que realices este ritual antes y después de cada uso.
- Una vez desinfectado, sostenlo con firmeza por la parte contraria al bulbo y agítalo varias veces para que el mercurio vuelva a su sitio. Para hacerlo piensa que estás secando la punta de un pincel, de esta manera te resultará mucho más sencillo.
- Ya sólo nos queda tomar la temperatura. Puedes hacerlo colocando la parte del bulbo en la axila, debajo de la lengua o en el recto. Si quieres medir, por ejemplo, tu temperatura basal, también puedes hacerlo introduciendo un poco el bulbo en la vagina (aunque vale igualmente medirla debajo de la lengua). Debes de mantenerlo unos cinco minutos para que el mercurio reaccione y suba lo baje su temperatura.
Para usar un termómetro digital
- En primer lugar, igual que en el caso anterior, hemos de limpiarlo antes y después de cada uso. Sigue el paso 1 del termómetro de mercurio para saber cómo hacerlo. Ten cuidado de no mojar en ningún caso la zona donde se encuentran las pilas.
- A continuación encendemos el termómetro y asegurarnos de que no tiene almacenada ninguna lectura anterior.
- Los lugares para tomar la temperatura son los mismos: axila, bajo la lengua, recto o vagina. La diferencia es que estos termómetros producen un leve pitido cuando ya han terminado la medición.
- Cuando hayas acabado de utilizarlo, desinféctalo y guárdalo de nuevo en su funda.
Consejos para usar un termómetro
Algunos datos sobre la temperatura.
- La temperatura adecuada del cuerpo es de 36.5º. A partir de los 37º se considera fiebre y es necesario tratarla de urgencia cuando asciende a los 39º. Puedes intentar bajarla en casa utilizando paños húmedos que has de situar sobre la frente, en las axilas o en los pies, o dándote duchas templadas. Nunca te tapes con una manta aunque sientas frío. Es uno de los síntomas de la fiebre. Como el cuerpo está por encima de su temperatura, siente frío. Si nos tapamos lo único que conseguiremos es aumentar las décimas y por tanto empeorar la fiebre.
- Si, por el contrario, tu temperatura es inferior a los 36º, se considera que tienes hipotermia. En estos casos lo mejor es que acudas al médico para solicitar ayuda. Puedes intentar aumentar la temperatura aplicando calor.
- Aunque estas medidas son estándar, no hay que fiarse de ellas a rajatabla. Ten en cuenta que la temperatura y sus variaciones está relacionada con muchas cosas, como por ejemplo estar parado o practicando ejercicio. Además, las personas tienen su propia temperatura ideal que puede diferir de la que aquí explicamos.