Cómo montar una franquicia de hostelería
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Son muchas las personas que se plantean montar una franquicia en el ámbito de la hostelería, lo cual tiene una serie de ventajas e inconvenientes que debes valorar. En este artículo te vamos a explicar sus pros y sus contras y los requisitos que necesitas para poder dar tus primeros pasos en este sector.
La franquicia es una opción que puedes contemplar en el caso de que estés pensando en abrir un negocio hostelero, ya que te permite disponer de un prestigio de una marca ya implantada en el mercado, de forma que reducirás el riesgo de que tu aventura en el mercado empresarial no de los resultados esperados. Sin embargo, hay muchas personas que dudan de si en realidad es mejor apostar por una franquicia o por un negocio propio.
Qué es una franquicia y cómo funciona
Si quieres empezar un negocio en el mundo de la hostelería, es importante que valores apostar por una franquicia, donde estableces una relación comercial con un tercero para así poder abrir un negocio en el que comerciales unos productos determinados, o bien un servicio o marca que ya está presente en el mercado.
En este aspecto hay que diferenciar entre dos actores que son claves en el mundo de la franquicia, que son el franquiciador y el franquiciado. Entre estos se llega a un acuerdo cuyas características dependen de los requisitos de cada franquicia y que permitirán al segundo hacer uso de su nombre o fórmula de negocio bajo un contrato establecido por un tiempo determinado.
La hostelería es uno de los sectores en los que mayor uso se da a las franquicias, sobre todo en lo que se refiere a establecimientos de comida rápida. Sin embargo, tras unos inicios en los que era algo exclusivo de estos, en la actualidad ya hay franquicias de restaurantes temáticos, cervezas, cócteles, etcétera.
Requisitos para montar una franquicia de hostelería
Las condiciones para abrir una franquicia en el sector de la hostelería, como ya hemos mencionado dependen de cada una en particular. Sin embargo, de forma general, se pueden establecer una serie de requisitos a los que hay que hacer frente:
- Se debe abonar un canon de entrada, cuya cuantía puede variar notablemente en función de cada franquicia.
- Hay que hacer frente a la inversión correspondiente al acondicionamiento del local.
- Canon de publicidad y royalty. Se establece un porcentaje de la facturación del negocio.
- En algunos casos se exige un tamaño mínimo del local.
- En determinadas franquicias se solicita que el establecimiento este ubicado en un lugar en el que haya una población mínima.
- Duración del contrato. Este requisito básico fija el periodo mínimo por el cual se mantiene el contrato.
Ventajas de abrir una franquicia en hostelería
El franquiciado puede contar con una serie de ventajas a la hora de apostar por este modelo de negocio. Entre ellas hay que destacar las siguientes:
- Riesgo menor. A la hora de poner en funcionamiento un negocio de hostelería no significa que vayas a lograr el éxito por tratarse de una franquicia, pero esta sí que minimiza los riesgos. Esto se debe a que la marca o producto ya está establecida en el mercado.
- «Know-how«. El franquiciador cuenta con un «saber hacer» de manera previa, una fórmula que permite conocer lo que funciona.
- Asesoramiento. El franquiciador ofrece al franquiciado asesoramiento y formación acerca de su marca y todo lo relativo a su puesta en marca, facilitando notablemente su puesta en marcha y su correcto funcionamiento.
- Marketing y publicidad. El marketing ya estará hecho por parte de la propia matriz, lo que hará que las campañas de publicidad no sean tan necesarias como en otro tipo de negocios propios desde cero. Además, la publicidad se realiza de forma conjunta entre la red de franquicias
- Simplicidad de gestión con proveedores. Se reducen los costes operativos al existir un mayor volumen de productos, lo que permite simplificar la gestión con los proveedores y gozar de mejores condiciones.
Desventajas de abrir una franquicia en hostelería
Asimismo, como ocurre en cualquier otro negocio, también existen diferentes desventajas que hay que tener en cuenta. Entre estas cabe destacar las siguientes:
- Falta de autonomía. Los franquiciados deben seguir siempre las pautas establecidas por el franquiciador, tales como productos ofertados, estética del local, uniformes de los trabajadores…. Esto hace que no se puedan lanzar novedades o personalizar el establecimiento de acuerdo a sus propios gustos. Una seña de identidad de las franquicias es la uniformidad de toda la red.
- Costes adicionales. Los franquiciados deben hacer frente a gastos adicionales a los de un local que no pertenezca a la franquicia, como es el pago de royalties, canon de publicidad, canon de entrada…
- Dependencia de un superior. A la hora de abrir una franquicia en hostelería siempre lo harás bajo el amparo de una franquicia, que resta capacidad de autonomía y que exige el cumplimiento de las normas impuestas en el contrato.
- Efecto cascada negativo. En el caso de que un establecimiento de la cadena tenga opiniones negativas o un rendimiento inadecuado, esto tiene sus consecuencias directas en el resto de restaurantes de la cadena. Esto hace que el prestigio, valoración e imagen pública depende tanto del trabajo propio como del de los demás. De esta forma se depende en parte de lo que hagan también otros franquiciados.