Qué es una empresa cooperativa

Hoy en día, el mercado ofrece múltiples métodos de empresa en función del tipo de negocio que se quiera realizar y poner en circulación. Unos de los que ofrece un mayor grado de igualdad es el conocido como empresa o sociedad cooperativa. Una de sus características principales, y que posteriormente veremos en profundidad, es la extrema igualdad que existe entre todos los miembros de la empresa, sociedad o comunidad. Sin duda, un hecho a resaltar en un sistema capitalista donde sobresalen las enormes desigualdades entre la patronal y los trabajadores. Es uno de los principales caballos de troya con el que tienen que pelear los sindicatos para ofrecer unas condiciones laborales que sean justas a toda la sociedad. En plena crisis económica es un modelo empresarial que está creciendo con mucha fuerza.

¿Qué es una empresa cooperativa?

Para entender la igualdad existente que predomina en una empresa cooperativa es preciso entender el trato existente entre sus diferentes miembros. Este es completamente democrático e igualitario hasta el punto que la propia compañía es compartida entre todos. ¿Se imaginan comprarse un coche y compartirlo? Pues es exactamente lo mismo con una sociedad o empresa. Una empresa del tipo de cooperativo representa un pacto entre diferentes personas con el objetivo de unirse para intentar satisfacer todas sus necesidades a nivel económico, político, cultural y de cualquier tipo. Como en cualquier sistema capitalista, el objetivo de este tipo de sociedades no es otro que intentar obtener el máximo beneficio a partir de su producción. Sin embargo, siguiendo con esta corriente democrática, se aplica un sistema de puertas abiertas que permite mantener la igualdad entre todos los trabajadores. El director de la empresa se elige como si de unas elecciones se trataran. Cada persona tiene derecho a un voto y la persona que obtenga el mayor número de votos será el responsable de dirigir la compañía. Es la democracia y la sobiranía nacional, que observamos en los sistemas democráticos, llevados al terreno empresarial.

En este sentido, una empresa cooperativa puede contar con una línea de crédito, pero a diferencia de otras compañías, la figura del accionista o socio capitalista que aporte la financiación a la agrupación, no existe. Se necesitan buenos vendedores. Siguiendo con lo explicado hasta ahora, las fuentes de financiación también son totalmente democráticas. Los trabajadores son los encargados de realizar una aportación que permita agrupar de forma colectiva el dinero con el que cuenta la compañía para realizar su actividad o línea de negocio. A día de hoy, este tipo de compañías están totalmente diversificadas en cualquiera de los sectores, desde la banca hasta actividades del sector primario. Asimismo, su tamaño también es totalmente diverso pudiendo encontrar sociedades cooperativas de carácter familiar hasta compañías que se acerquen a las grandes multinacionales.

El reparto de beneficios también es totalmente equitativo, sin la necesidad de guardar stock para reinvertir, al igual que todo el proceso de toma de decisiones que se realice en el día a día de la propia compañía. Su nivel de maniobra en el mercado también es totalmente abierto pudiendo entrar y salir de él cuando guste a la propia empresa. Toda esta corriente democrática que rodea a las empresas cooperativas tiene su origen, como no podía ser de otra manera, en la Revolución Industrial. Los diferentes movimientos obreros reclamando unas mejores condiciones de trabajo han tenido sus frutos en forma de este tipo de compañía. Su principal reclamo era eliminar a la figura del intermediario (el actual jefe de la compañía) que era el encargado de tomar las decisiones, y de quien dependía el sueldo de sus trabajadores, y algún tipo de acciones que pueden ser consideradas como conflictivas por parte de todos los miembros de una empresa. Como solución, un trabajador puede tener voz y voto dentro de la organización.

Ventajas de trabajar en una empresa cooperativa

Con todo, una empresa cooperativa y su apuesta por una organización de este tipo tiene enormes ventajas para los usuarios que buscan ser emprendedores. Las más destacadas son las siguientes:

  • Igualdad entre los trabajadores. Todos hemos soñados con unas condiciones de trabajo que sean adecuadas y justas para todos. Con todo, una sociedad cooperativa permite a todos ser totalmente iguales a ojos de la persona que dirige al grupo.
  • Un sistema democrático. Todas las decisiones que decida poner en marcha la compañía han de decidirse democraticamente y mediante un sistema de voto que debe ser totalmente compartido por todos y donde el que decida la mayoría se aprobará.
  • Total libertad empresarial. El mercado ofrece múltiples posibilidades a cualquier empresa de este tipo. Un grupo puede decidir invertir en este tipo de asociaciones y retirarse cuando lo desee. No existen barreras de entrada ni salida, como si ocurre en otro tipo de sociedades.
  • Cualquiera puede formar parte de una cooperativa. Muchas veces las posiciones directivas están limitadas a aquellas personas que han tenido los recursos para acceder a ella, así como para ese grupo de persona que tiene la formación necesaria para ejercer como directivo. Sin embargo, en una cooperativa cualquier persona pueda ser elegida como líder.

Las cooperativas se identifican con un logotipo con rasgos de color pino verde y tonalidades oscuras. El significado de este logo, recubierto con un fondo amarillo, representa todos los valores de esfuerzo, trabajo constante, además del poder de unirse con el resto del equipo y todo lo que rodea a una empresa cooperativa. Mayoritariamente, todos los trabajadores que optan por unirse a una compañía de este tipo tienen un vínculo especialmente fuerte y es donde a nivel humano se disfruta más en las horas de trabajo y oficina. Sin duda, una verdadera alegría para todos ir a trabajar ocho horas al día de lunes a viernes.

Tipos de empresas cooperativas

Con todo, dentro de las corporaciones encontramos diferentes tipos de empresas cooperativas que debemos tener en cuenta tanto a la hora de crear algún tipo de compañía como para entender el funcionamiento de aquella en caso que queramos entrar a trabajar en alguna. El tipo de empresa cooperativa utilizado por las grandes corporaciones es el de sociedad anónima. Los trabajadores cuentan con determinadas acciones que les permiten gobernar la propia empresa. Existe una figura, aunque en el caso de la cooperativa es totalmente simbólica, que ejerce de director general o CEO y es a quien reportan todos los resultados y acciones realizadas por parte de los empleados. Otra de las características principales es el tipo de imposición fiscal que reciben este tipo de empresas. Por lo general, el impuesto de sociedades va por un lado mientras que el IRPF va por otro totalmente distinto. En este sentido, los propietarios y empleados de la misma deberán grabar todos sus ingresos que sean resultado de su trabajo.

Las sociedades anónimas también pueden ser conocidas como corporaciones C. Para empresas de un menor tamaño tenemos las denominadas corporaciones S, que están limitadas a un máximo de 75 accionistas en la compañía. Sin embargo, el sistema es totalmente similar contando con la posibilidad de aumentar su capital máximo exigible a partir de la venta de acciones que puedan realizar los propios socios que formen parte de la compañía, y que tienen los mismos privilegios en el caso que sea una empresa cooperativa. Su principal desventaja es la limitación de acción al ser un número menor, aunque en este caso, también cuentan con la ventaja que este tipo de corporaciones no se enfrentan a la doble tributación de las sociedades anónimas y, por tanto, cada uno de los accionistas solo deberá hacer frente a sus ingreso personales grabados como Impuesto de la Renta sobre las personas físicas.

El tercer tipo de empresas cooperativas es el de sociedades de responsabilidad limitada, utilizadas especialmente por empresarios individuales o por aquellas sociedades que deciden seguir un proceso de fusión. La principal ventaja de este sistema es que el propio empresario solo arriesga aquel capital que desea. En este sentido, si la empresa acaba en bancarrota, su capital personal no se ve afectado. Es la principal diferencia respecto a las sociedades de responsabilidad ilimitada donde el empresario arriesga todo su capital y, en caso de contraer deudas, deberá pagarlas con su dinero personal. De hecho, es un tipo de sociedad nada recomendado en el mundo empresarial. Al igual que en el tipo expuesto anteriormente, los empresarios no tienen que grabar una doble tributación, y se limita solo al IRPF. Sin embargo, una de las grandes diferencias con la sociedad anterior es que la empresa no puede obtener capital a partir de la venta de acciones, restando una de las opciones de crecimiento que se puede encontrar la compañía. De esta forma, este tipo de corporaciones ofrecen numerosas opciones para adaptarse a la mayoría de situaciones que puedan enfrentarse los empresarios. Con todo, la empresa cooperativa se caracteriza por la igualdad de sus miembros y por seguir un esquema totalmente horizontal. Es el antónimo a la mayoría de multinacionales que optan por un esquema del tipo vertical y dejando la dirección en manos de una persona o, en muchos casos, de un comité de dirección formado por pocas personas.

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