Cómo hacer una dieta astringente
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La gastroenteritis es una de las infecciones intestinales más comunes que podemos sufrir. Un virus provocado por una pasa que puede venir de otra persona con la que establezcamos un contacto, o bien de un alimento en mal estado, puede desembocar en diarreas, deshidratación y fuertes dolores intestinales o abdominales. Cuando se da esta circunstancia debemos cambiar nuestro régimen nutricional adoptando el consumo de alimentos que sean fáciles de digerir para nuestro intestino enfermo y evitar posibles empachos para el futuro. Uno de estos tratamientos que podemos llevar a cabo es la denominada dieta astringente. Se trata de una gran forma para recuperarnos de una descomposición en un corto espacio de tiempo y recuperar nuestro estilo de vida habitual lo antes posible.
¿Qué es la dieta astringente?
Durante un proceso de diarrea, los principales síntomas que sufren las personas son de un mayor cansancio, bajo ánimo y sobretodo ganas de no hacer nada y pasarse el día tumbados en el sofá o la cama. Por ello, para empezar a recuperar a nuestro cuerpo es recomendable empezar por el consumo de alimentos suaves. No debemos comer demasiado ya que empacharnos es una de las posibles soluciones, pese a que la descomposición sea un proceso que acabe abriendo el apetito. Además, todo lo que cocinemos debe ser sin grasa y sobretodo sin fibra, ya que este componente es el que ayuda a ir al baño y nosotros queremos conseguir precisamente el efecto contrario.
Por tanto, algunos de los platos más recomendables para seguir la dieta astringente sería la pasta, comida a la plancha o hervida, así como jamón, patata hervida o algunos tipos de fruta como la manzana o el plátano que ayudan a recuperarse de un proceso de descomposición. La fibra es necesaria para seguir un plan nutricional adecuado, pero no hay que perder la paciencia. Debe introducirse de forma lenta, y solo cuando empecemos a recuperar las fuerzas y a encontrarnos mejor. Has de saber que el proceso de lavado que sufre un intestino durante una diarrea suele dar lugar a un posible estreñimiento, que es totalmente ficticio. Muchas personas al ver este problema empiezan a tomar fibra en grandes cantidades, y este intestino sufre una recaída.
La flora intestinal, además, tiende a desaparecer también durante dicho proceso de descomposición. En este sentido, tomar yogures es recomendable para empezar a recuperarla y que vuelva a su estado normal lo antes posible. En líneas generales, los alimentos que componen a esta dieta astringente son los yogures mencionados anteriormente, las carnes de tipo magra, el pescado blanca, tomar algo de huevo de forma periódica durante la semana, verduras y hortalizas como pudieran ser las patatas o la zanahoria y algunas frutas como las manzanas, los plátanos junto a limones o membrillo. Sobretodo también deben cuidarse las técnicas de cocción que podamos usar. Nunca se debe cocinar a la brasa, y sí a la plancha o de forma hervida que es mucho más tolerable para nuestro cuerpo y así conseguir bajar el colesterol malo.
Beneficios de la dieta astringente
Con todo, existen numerosos beneficios de seguir la diesta astringente durante la recuperación de algún tipo de proceso intestinal. Los más destacados son los siguientes:
- Recuperación limpia de la diarrea. Cuida la alimentación intentando no forzar al intestino en ningún momento. Por ello, durante el proceso de diarrea conseguiremos un bienestar y una recuperación realmente cómoda.
- Evita recaídas. Este tipo de régimen insiste en la introducción progresiva de la fibra y, por tanto, previene posibles recaídas de la descomposición. Empezar a consumirla antes de tiempo puede provocar que el proceso vuelva a empezar.
- Alimentación sana. Los tipos de alimentos que nos llevamos al paladar son sanos y permiten proliferar un estilo de vida saludable que podemos seguir una vez superado el proceso de descomposición para elevar nuestra salud.
- Fácil de cocinar. Durante la diarrea, nuestro ánimo es bajo y lo último que queremos es ponernos a cocinar y pasar muchas horas entre los fogones. Por ello, los alimentos que propone la dieta astringente son rápidos de hacer y de ninguna complicación.
Cómo llevar a cabo la dieta astringente
Una vez conocida las particularidades de este tipo de plan nutricional, llega el momento de realizar una dieta que podríamos seguir para superar el proceso de descomposición y a la vez también nos puede servir para limpiar la sangre y elevar nuestro estado de salud.. En función del nivel de malestar y de gravedad que pudiera tener la diarrea, podríamos llevar a cabo una primera fase con una alimentación totalmente líquida. Las propiedades de los nutrientes sólidos se consumen a través de líquidos como pudieran ser el agua, el agua de limón o zanahoria junto diferentes tipos de infusiones. Cuando empecemos a sentir mejora, o bien si consideramos que nuestro proceso de descomposición no es tan grave y podemos empezar en este momento, la segunda fase contendrá ya alimentos de tipo sólido basados sobretodo en hidratos de carbono a través de la pasta con platos como arroz, hortalizas como la patata o la zanahoria de tipo hervido, junto a manzanas y plátanos.
A partir de la segunda o tercera fase, según el tipo de tratamiento que estemos siguiendo, empieza a incorporar de forma progresiva la comida hervida. El jamón con un pequeño proceso de cocción, junto al pollo o el pescado a la plancha entran en escena para seguir aportando algo de normalidad a un plan nutricional que puede haber empezado consumiendo únicamente alimentos de tipo líquido. Finalmente, en la cuarta fase tiene lugar la incorporación del resto de alimentos y es a partir de aquí cuando consideramos que podemos empezar a tener un proceso de alimentación totalmente normal. Los últimos nutrientes que añadimos en esta parte son el resto de verduras y fruta, además de las carnes de tipo magra y los purés. En este punto, también podemos empezar a consumir fibra en mayores cantidades si consideramos que estamos listos para ello y no podemos sufrir cualquier tipo de recaída. Siempre debemos tener en cuenta dos cosas. La primera, obviamente, cuando sufrimos cualquier tipo de gastroenteritis que se prolongue en el tiempo estamos obligados a consultar a un médico digestivo, aquella persona que nos pueda ofrecer una diagnóstico basado en el conocimiento y de forma mucho más precisa que seguir una dieta, que obviamente nos aportará cosas positivas, pero que está diseñada en casos generales. Cada persona es un mundo y, por tanto, puede tener diferentes cuadros. Los profesionales de la medicina son aquellos que nos pueden asesorar de forma total. Por otro lado, el cuerpo habla y emite señales a nuestra mente sobre nuestro estado. La evolución del plan nutricional debe deberse a este tipo de señales. Por tanto, a la hora de introducir alimentos hay que respetar lo que diga nuestro cuerpo. Obviamente, la forma en que vayamos al lavabo también tiene mucho que decir. Si seguimos con diarrea, no debemos introducir fibra porque no conseguiremos salir de nuestro estado. A medida que vayamos volviendo a un estado más normal, podremos ir recuperando nuestra dieta totalmente normal. Hay que intentar respetar estos pasos porque mantenerse en estado de descomposición durante mucho tiempo provocará perder muchos kilos de peso de nuestro cuerpo.
Por otro lado, también debemos tener en cuenta aquellos alimentos que están completamente prohibidos y que consumirlos solo nos traerá problemas. Obviamente, una vez superada la diarrea se pueden volver a consumir con total normalidad para recuperar nuestro plan nutricional habitual comiendo de forma equilibrada. Estos son todo lo que incluye a los frutos secos y los cereales, haciendo obligatorio la necesidad de variar todo aquello que desayunamos que debería estar compuesto especialmente de fruta y sales minerales en forma líquida. Todos lo relacionado con lo lácteo y derivados también debe evitarse bajo cualquier circunstancia. Las carnes y embutidos que sean ricos en grasas, los productos dulces industriales tales como los bollos, donuts y relacionados, así como los cafés también deben evitarse a toda costa. El alcohol, ya sea vino o cava y productos destilados, también puede producir efectos nocivos para nuestro cuerpo. Todos los alimentos que hagamos en la freidora o la brasa también nos puede provocar problemas para nuestro cuerpo. Las lentejas o los quesos y todos los productos que tengan un efecto laxante también nos traerán problemas. Por ello, es importante respetar no consumir este tipo de nutrientes para que no tengamos una mayor complicación. Así, la dieta astringente es un régimen muy utilizado para superar cualquier tipo de descomposición. Sin embargo, ante cualquier tipo de complicación o si no vemos ningún síntoma de mejora, es realmente recomendable la consulta a un profesional de la medicina o de la nutrición para que examine nuestro caso y nos dé un diagnóstico, siendo necesario consumir medicamentos si fuera necesario para superar este cuadro. Nunca debemos medicarnos por nosotros mismos, ya que las consecuencias para nuestra salud podrían ser desastrosas. Respetemos la decisión de los colegiados y sigamos el plan nutricional al pie de la letra para recuperar nuestra mejor forma lo antes posible.