Cómo perder peso

Los antiguos romanos solían decir Mens sana in corpori sano y no podían tener más razón. Ya, desde entonces, el ser humano tenía claro que necesitaba tener un cuerpo sano y en buenas condiciones para poder pensar con claridad y tener una mente que funcionará al máximo. Es por eso por lo que saber cómo perder peso es fundamental para tener una mente y un cuerpo sano.

Cómo perder peso

Si resulta que estás pensando en perder peso, no te preocupes, aquí te vamos a dar unos consejos y trucos para que puedas llegar al objetivo que te has marcado. Ten en cuenta que casi todo el mundo está un poco por encima de su peso ideal, pero eso no debe ser algo que te condicione.

Cada persona es un mundo y el metabolismo de cada uno es totalmente distinto, así que tienes que procurar no obsesionarte con el resto y concéntrate en tu objetivo. Perder peso es algo fácil si te lo propones y sabes cómo, así que anímate y ve por a ello.

Cómo perder peso

¿Que necesitas para perder peso?

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  • Zapatillas de deporte
  • Accesorios de gimnasio

Instrucciones para perder peso

  1. Conocer el peso actual. Para poder perder peso es necesario que conozcas a la perfección tu peso actual. Utiliza siempre la misma báscula a la hora de pesarte. A ser posible, como es un proceso que suele ser lento, pero seguro, procura pesarte siempre con la misma ropa y a la misma hora del día. La recomendación general es que te peses por la mañana, antes de la hora del desayuno y después de entrar en el baño. A partir de aquí, todo está en marcha, pero tenemos que tener un punto de salida y el peso actual que tengamos será el nuestro.
  2. Saber el peso ideal. Podemos encontrar sin problema alguno el cálculo que necesitamos hacer para nuestro peso ideal. Todo depende de nuestra constitución y nuestra altura, aunque no siempre es igual para todos. Debemos tener cuidado con esto, ya que no queremos mirarnos al espejo y parecer que estamos enfermos. Debemos ser consecuentes y elegir un peso ideal real en el que se nos vea saludable. No siempre hay que regirse por los estándares.
  3. Marcar un objetivo. Tras ver nuestro peso ideal es hora de elegir nuestro objetivo. A veces, se cae en el error de ponernos un objetivo demasiado alto. Lo ideal es ir poco a poco. Ir marcando objetivos de 5 kilogramos en 5 kilogramos, por ejemplo, es algo que podemos tener en cuenta. Si al principio nos marcamos un objetivo de 30 kilogramos es posible que nos cansemos al ver que hemos perdidos 1’5 durante dos semanas, pero, sin embargo, nuestro objetivo es de 5, el placer y la satisfacción serán mayores, puesto que veremos nuestro objetivo más cerca. No es lo mismo el objetivo final que nuestro objetivo inmediato. Debemos ir poco a poco, pero sin parar.
  4. Conocer las limitaciones. Parece obvio, pero no lo es. Hay personas que intentan perder peso a cualquier precio y eso no puede ser así. Debemos ser conscientes de nuestras limitaciones. Si no podemos hacer mucho ejercicio al principio, no pasa nada, pero es importante introducir alguna actividad moderada en el día a día, ya sea dar un paseo, utilizar una bicicleta estática cada vez más tiempo, etc. En lo que a las dietas respecta, lo mismo. Es buena idea ver a una nutricionista para saber que estamos haciendo las cosas bien.
  5. Comer de forma equilibrada. Podemos comer siempre de todo. No se suele decir por animar a la persona que quiera perder peso, sino que es algo que resulta verdad. Es bueno comer de todo, pero en su justa medida.Es importante saber cuál es la mejor forma de combinar los alimentos, por ejemplo, para obtener todos los nutrientes mientras comes de forma saludable.
  6. Aprender a disfrutar de la comida. Todos los alimentos tienen su sabor y es importante captar el de cada uno en particular. Estamos acostumbrados a comer sólo carne, pescado o cualquier cosa frita y asumimos que eso, junto al azúcar, es lo único que tiene sabor, pero hay que saber cocinar bien los alimentos para sacarles todo el sabor y todo el jugo. Un buen plato de brócoli salteado con ajo y guindillas picantes tiene un sabor excelente y muy poco aporte calórico, además de que es un plato muy saciante, por eso mismo tenemos que aprender a disfrutar de la comida para poder perder peso.
  7. Dejar a un lado las bebidas carbonatadas. Incluso los refrescos light nos afectan al metabolismo, por muy poca -o ninguna- azúcar que tenga. Los colorantes, el gas y los edulcorantes no son muy amigos de nuestro cuerpo, así que si los eliminamos de nuestra dieta, mucho mejor.
  8. Olvidar el alcohol. La cerveza es una de las bebidas alcohólicas más consumidas, pero no es una buena aliada de nuestra dieta sana. Es buena idea eliminar por completo todo tipo de alcohol, ya que termina convirtiéndose en azúcar debido a que nuestro metabolismo lo digiere de esa forma, así que es mejor no tomar nada de carácter alcohólico.
  9. Beber mucha agua. Este paso es muy importante: el agua debe estar muy presente en nuestro día a día. Nada es más sano que beber agua a la hora de comer. Nos ayuda a digerir los alimentos de mejor forma, nos ayuda a hidratarnos y mil bondades más que tiene el H2O. Si te cuesta beber tanta agua (aunque lo ideal es que bebas agua fría sin más), puedes tomarla en infusiones, tés o algún otro tipo de bebida.
  10. Bebe agua con limón en ayunas. Añade a tu desayuno -antes de él, mejor dicho- un vaso de agua tibia con un limón bien exprimido. Mezclalo todo muy bien y bébelo en tres o cuatro tragos máximo. Esto activará muchísimo tu metabolismo si lo haces a diario. Es importante hacerlo a diario y no abandonarlo, hay que ser constantes. Después de beber el agua con limón es conveniente esperar unos diez minutos para desayunar, ya que tenemos que dejar que el organismo recoja bien el alimento que acabamos de ofrecerle.
  11. No picotees entre horas. Uno de los enormes fallos a la hora de nuestra dieta es picar entre horas. Es muy normal comprar algún tipo de aperitivo ya preparado, pero debemos huir de eso. Si queremos picar algo, la fruta y la verdura son nuestras amigas. Podemos pelar una zanahoria y comerla tal cual o cortarla en bastones. El apio también es muy saciante, al igual que las manzanas o las peras.
  12. Ser fuerte. Hay que ser fuerte y no caer en la tentación. Si has comido un helado durante el día, procura no comer helado a diario. Intenta que las cosas azucaradas (dulces, helados, refrescos…) desaparezcan en su mayoría de tu día a día. Pero no los cambies por sus versiones lights, busca una alternativa distinta. Por ejemplo, como ya hemos dicho anteriormente, utiliza la fruta y la verdura a tu favor.
  13. Mueve el cuerpo. Podemos empezar muy poco a poco. Al principio, salir a andar debe ser suficiente para activar el organismo, pero vamos a necesitar más movimiento a medida que vayamos perdiendo más peso.
  14. Haz ejercicio. Sin salir de casa podemos hacer todo tipo de ejercicios. Con unas mancuernas y una banda elástica podemos ejercitar casi todo el cuerpo. Hoy en día podemos encontrar tutoriales para hacer ejercicio en casa y en un rato podemos estar quemando calorías sin problema alguno. Es importante que conozcamos nuestros límites y no vayamos más allá. No podemos empezar el primer día con un entrenamiento de nivel profesional. Poco a poco. Es más importante que vayamos poco a poco y no paremos.
  15. No desistas. No abandones a las primeras de cambio. Si en algún momento te estancas y no pierdes peso, párate a pensar en qué puede estar fallando. Mira qué has comido, qué ejercicios has hecho, etc. A partir de ahí, empieza a reestructurar todo para que el objetivo final sea posible.
  16. Apunta lo que comes. No es necesario comprar nada especial, un simple cuaderno debe servir. Podemos ir apuntando por categorías, por semanas, por comidas… Como más nos guste, pero es importante que tengamos una clasificación. Si ponemos a lo largo de la semana las veces que hemos comido pasta, por ejemplo, será más fácil tenerlo todo bajo control y saber en qué se ha fallado o qué se ha hecho bien en esta pérdida de peso. Saber cómo perder peso nunca había sido tan fácil.

Consejos para perder peso

No te obsesiones. Obsesionarse a la hora de hacer dieta es lo peor que puedes hacer y es una de las primeras cosas que hacemos. Tienes que respirar hondo y perder peso poco a poco. Roma no se hizo en un día. De ser necesario, visita a un nutricionista o a tu doctor, a veces es posible que cojamos peso debido a un proceso hormonal. Es bueno descartar todo ese tipo de posibilidades, así que hazte las pruebas oportunas.

La meditación nos ayudará en este sentido. Podemos meditar para conseguir una conciencia plena de nuestro ser y hacer que nuestro objetivo final de perder peso se alcance con más facilidad.

El ejercicio debe ser acorde a nuestra capacidad, como ya hemos dicho antes. Podemos contactar con algún especialista en el terreno. De tener alguna lesión, lo ideal es que nuestro fisioterapeuta de cabecera nos eche un cable y nos indique qué ejercicios podemos realizar y cuáles no, ya que es peligroso realizar cualquier tipo de ejercicio. Debemos conocer nuestros límites.

No debemos dejar las cosas a un lado si nos vemos afectados por nuestro estado de ánimo. Hay que ser fuerte, hay que luchar y hay que comprometerse con uno mismo. No hay excusas, ganamos en salud si perdemos peso, así que tenemos que ser conscientes de que es algo que necesitamos.

Como ya hemos mencionado anteriormente, no pasa nada si una semana no perdemos peso. Si vamos a comer fuera con nuestra familia o amigos, tenemos que disfrutar del momento, ya luego en casa comeremos de forma equilibrada, pero no debe ser una tortura, sino todo lo contrario. Disfrutar de la vida es algo que tenemos que tener presente cuando empecemos a perder peso. No es el fin del mundo si perdemos 800 gramos en vez de 900 gramos. Tenemos otra semana por delante, otro mes, otro año… Por eso, en las reuniones familiares debemos comer lo que nos apetezca, aunque siempre siendo consciente.

El ayuno no es un buen amigo, sino todo lo contrario. Lo único que propicia el ayuno es el posterior atracón. Si no comemos de forma regular, nos dará más hambre y terminaremos comiendo más de la cuenta. Lo ideal es comer poco a poco a lo largo del día, no platos enormes que terminarán siendo digeridos al poco tiempo. No olvides comer muchas verduras y mucha fruta, es la única forma de que nuestro cuerpo se sacie y recoja todos los nutrientes necesarios. El arroz y la pasta son muy saciantes, sí, pero también tienen un aporte calórico elevado, por lo que debemos tener cuidado a la hora de añadirlos a nuestra dieta. Debemos comer un poco de todo, pero más verdura y frutas que otra cosa.

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