Dietas que aceleran el metabolismo

El metabolismo se podría explicar como la manera en la que se digieren aquellos alimentos que cualquier persona ingiere a lo largo del día, además de ser la forma en la que se queman las grasas. Se pueden dividir en lento, medio y rápido, pero con la alimentación se puede variar.

¿Qué tiene que tener una dieta para acelerar el metabolismo?

  1. Más proteínas: Debido a que el cuerpo tarda más tiempo en digerirlas, el organismo se mantiene saciado, es decir, manda la señal de que ya está lleno y no necesita ingerir más alimentos. Además, el metabolismo, durante un periodo más alargado de tiempo está activo, esto tiene la consecuencia positiva de que trabaja más tiempo quemando calorías, por lo que, si el cuerpo no demanda comer más, no se engorda, si no que se logra mantener un peso equilibrado. Dentro del grupo de alimentos con proteínas están: Atún, bacalao, salmón, lenguado, merluza o sardinas, dentro de los pescados. Pollo, cordero, jamón de pavo, lomo embuchado o carne de vacuno. Clara de huevo, leche, soja, lentejas, queso y caracoles. Pistachos y Almendras dentro de los frutos secos.
  2. Pocas grasas hidrogenadas y los aceites de tipo vegetal: Cuando una persona ingiere este tipo de grasas conocidas como trans, el organismo lleva a cabo un proceso más lento para tratar de quemar las grasas, así el metabolismo lleva a cabo su proceso de forma lenta y se produce la alteración en algunas células del cuerpo. Estas se pueden encontrar albergadas en el interior del estómago de los animales, por lo tanto, los productos derivados de ellos, como pueden ser la leche y la carne de bovino o de vacuno las contienen, pero en pequeñas medidas. Por otra parte, en la bollería, las bolsas de snacks, las galletas, los cereales de barritas, los postres de hojaldre, margarina, todo tipo de alimentos precocinados y cualquier tipo de producto industrializado. También aparecen en aquellos aceites que se reutilizan en múltiples ocasiones a altas temperaturas, y que se utilizan para freír.
  3. Consumo reducido pero no nulo de Hidratos de carbono: Estos son un aporte de energía que los organismos de todas las personas necesitan, de hecho, debe ser una parte que siempre esté presente en cualquier dieta sin abusar de ellos, pues el cuerpo es muy sabio y es capaz de detectar cuando estos ya son suficientes, y los almacena como grasa. Por lo tanto, no deben de desaparecer por completo, pero tampoco abusar, ya que si se consumen más de la cuenta se empiezan a coger kilos. Ejemplo son los cereales como el arroz, la avena o el mijo. El pan de tipo integral como puede ser el de espelta, frutos secos o centeno. Pastas, leches y sus correspondientes derivados, y algún que otro producto dulce, si contiene stevia mucho mejor. Así como las legumbres y los tubérculos.
  4. Gran consumo de alimentos con omega 3: Todos aquellos alimentos del mar como pueden ser determinados pescados, regulan los niveles del azúcar, sirven para reducir las inflamaciones, reducen la resistencia a la hormona leptina, la cual ayuda a bajar de peso, pero sobre todo intervienen favoreciendo la aceleración del metabolismo. Ejemplos de productos alimenticios con omega 3 son las semillas tanto de lino como de chia, así como la soja, el aceite de nuez, de canola o de oliva. Los pescados como la caballa, el salmón atún, merluza, ostras y anchoas. Para los paladares más exquisitos pueden consumir el caviar.
  5. Bebidas como el Té verde: Es una de las infusiones por excelencia que promueve la aceleración del metabolismo, y por consiguiente la pérdida de los kilos que sobran. Contiene numerosos antioxidantes, oxida la grasa y la termogénesis. Lo más recomendable es tomarlo unas tres veces al día si se quiere y se puede cuatro o cinco. También aporta energía al cuerpo y casi ninguna caloría. Ayuda a quemar la grasa y a adelgazar. Por su parte el té rojo también es un buen aliado para perder el peso que sobra, pues ayuda a depurar todos los alimentos que digieren los intestinos, y favorece la desintoxicación del organismo. Interviene en la función del hígado para que trabaje más rápido, quemando las grasas que el cuerpo no necesita.
  6. Infusión de alcachofa: Contiene una serie de fito-elementos que no están añadidos de manera externa, sino que ya están dentro de la planta desde su nacimiento, al igual que un conjunto de diferentes micronutrientes. La mezcla de la planta con el agua, convertida en infusión hace qué con la ayuda de esos fitoelementos, el metabolismo se acelere, por lo que se consume un mayor nivel de energía y por consiguiente las calorías que se quemas son mayores. Interviene en la prevención de que el hígado se vuelva graso, gracias a una función que realiza que se denomina hepatoprotectora, que consigue que no se acumulen tantos tejidos adiposos justamente en el propio hígado. Como ayuda a este órgano en sus funciones, este libera las toxinas de forma más fácil. Además, es una hortaliza que hace que se acuda de manera más habitual al cuarto de baño debido a que es diurética, pero aporta también otro beneficio que ayuda a liberar líquidos sobrantes en el cuerpo y evitar su retención. Se debe tomar dos o tres veces durante el día.
  7. El complemento del Jengibre: Se puede incorporar a algunas carnes o pescados, rallado en ensalada o en infusión dos o tres veces al día. Ayuda a acelerar el metabolismo y provoca una sensación de saciedad en el cuerpo que frena la ingesta de alimentos innecesarios. Cuando se toma en infusión, el cuerpo sube su temperatura por lo que tiene una especie de efecto termogénico que funciona en el organismo quemando grasas. Por otra parte, aumenta la producción del llamado ácido láctico que tiene la función de eliminar el tejido de tipo adiposo, que se suele concentrar en los glúteos, la zona de la tripa o las piernas en su zona alta.

Frutas que se deben incorporar a este tipo de dietas

  • La toronja: Los antioxidantes que la forman ayudan a que el cuerpo pueda usar de manera adecuada el azúcar en sangre y regular los niveles de insulina. Colabora activamente quemando calorías, y hace que se acuda al baño correctamente, pues no provoca estreñimiento, sino que lo combate, por lo tanto, es una fruta muy recomendada en dietas para adelgazar.
  • Las peras: Reducen los niveles elevados de lípidos, además de tener un alto contenido en vitaminas, ácido fólico y hierro. Ayuda en la aceleración del organismo por todas sus propiedades.
  • Las manzanas: Tiene un papel activo en el hígado, ya que lo desintoxica, mantiene bajos los niveles de colesterol y del azúcar, ya que contiene peptina y metionina. Promueve activamente la aceleración del metabolismo.
  • Todo tipo de cítricos: Las frutas ácidas que tienen propiedades conocidas como fotoquímicas, como pueden ser la vitamina C, que refuerzan las defensas del cuerpo y el sistema inmune en general. Participan en la quema de grasas, y que el metabolismo funcione de manera acelerada.
  • La papaya: Contienen la conocida como papaína, quizá su olor no resulta del todo agradable para muchas personas, pero por sus beneficios merece la pena comerla. Esa enzima que hace honor a su nombre digiere muy bien las proteínas, ayuda a mantener correctamente el metabolismo, acelerándolo, y tiene un bajo contenido en calorías. Ayuda a eliminar líquidos.
  • El kiwi: Gracias a la cantidad de fibra que contiene, hace que el tránsito intestinal funcione correctamente y se vaya al baño de manera regular. Refuerza y fortalece el sistema de defensas del cuerpo, regula el colesterol. Contiene altas dosis de vitamina C. Ayuda a mantener un peso equilibrado.

Desayuno, comida y cena.

Es muy necesario empezar la mañana con la suficiente energía para rendir durante el día, por ello el desayuno nunca se debe de eliminar, siempre debe estar presente en todo tipo de dietas. Este ha de ser muy nutritivo, a poder ser alejado de los productos industriales, y centrado en leches desnatadas, de avena, almendras o soja. Los cereales integrales, los frutos secos o la miel como complemento, así como las frutas en zumo o en piezas.

Hacer una buena primera comida, hace que el hambre se reduzca hasta la hora del almuerzo.

Es necesario repartir las calorías a lo largo del día, es recomendable hacer cinco comidas, cada una de ellas que tengan unas 300 o 350, dando un total en el día de 1500 calorías. Es importante acompañarlas de ejercicio, que oscile entre los 15 o 30 minutos, si puede ser cada día o dos o tres veces por semana. La cantidad de alimento se irá reduciendo conforme pasen las horas, es decir, la cena siempre deberá ser más ligera que la comida. La razón es que durante la tarde-noche el cuerpo permanece más inactivo y realiza menos actividad, por lo que quema menos grasas.

Si se desea hacer algún que otro picoteo, este debe ser lo más saludable posible, puede hacerse con yogures sin azúcar y desnatados, sándwich con vegetales, pavo o pollo, frutas, siempre cosas ligeras, sin grasas ni azúcares.

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