Cómo encontrar la felicidad
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Para llegar a alcanzar la felicidad, es necesario seguir estos consejos:
Ejercita tu cuerpo
La práctica de ejercicio, ya sea en un gimnasio, varias veces por semana, o en casa, tiene resultados positivos a nivel psicológico y físico. El bienestar que se genera al sentirse en forma, genera felicidad. Además, dentro del sistema nervioso, está la serotonina, que se encarga de regular aspectos como son el estado de ánimo, esta se produce cuando se realiza deporte de manera habitual. Por otro lado, existen las hormonas encargadas de la felicidad, las cuales nivelan los estados de tranquilidad, así como los de alegría, estás son liberadas por parte del organismo mientras se realiza ejercicio, por lo que los nervios disminuyen, y la sensación de calma está presente en el organismo. Por todo ello se recomienda, alternar ejercicios que no duren mucho tiempo, pero en los que el nivel de intensidad sea mayor, pues todo ejercicio que conlleva un mayor esfuerzo, una vez se finaliza, se sueltan más endorfinas, y se alcanza una mayor felicidad. No es necesario macharse, ni realizar deporte como si esa fuera nuestra profesión, simplemente se debe trabajar el cuerpo, y lograr sentir cierto cansancio al acabarlo, pues si no te involucras lo suficiente, quizá no llegues a conseguir los resultados que buscas.
Es importante que tu estado anímico no te bloquee a la hora de hacer ejercicio, muchas veces liberar energía acumulada y tensiones cambia la forma en la que ves las cosas, por lo que tu actitud cambia.
No traiciones tu personalidad
No todo el mundo es igual, por eso no hay que compararse con nadie, cada ser humano ha nacido con una personalidad, y no existen grados o escalas, nadie está por encima de nadie, todo somos iguales, por eso no hay que avergonzarse de la forma de ser o de sentir que se tiene, sino que hay que expresarla, y mostrase de acuerdo a tus valores y principios, pues cuando uno actúa de acuerdo a lo que su corazón y su mente le dicen, es más feliz. Si en ocasiones sientes que estás bloqueado, porque no eres capaz de abrirte del todo y sacar todo lo que llevas dentro, es bueno que encuentres a una persona de confianza, ya sea en tu familia, el círculo de amigos, o incluso o psicólogo, para que exteriorices tus sentimientos y no te guardes nada, pues todo aquello que se acumula, luego tiene consecuencias, que suelen ser negativas, por eso cuanto antes busques esa vía de escape, antes lograrás alcanzar la felicidad.
Lleva el optimismo por bandera
A lo largo de la vida, pueden aparecer miles de situaciones que no nos gustan, o nos duelen, pero no se deben de magnificar, en ocasiones la primera reacción que se tiene ante ellas, es de pesimismo, los pensamientos negativos, son casi siempre los primeros que aparecen, pero eso hay que frenarlo, pues una mente positiva, siempre nos va a ayudar a salir antes, de aquello que nos causa dolor o pena. Ser optimista, no siempre es una tarea fácil, sobre todo si la gente que te rodea no lo es, si se da esa posibilidad, es mejor alejarse de esas personas, que no suman nada bueno sino que restan, no se necesita a gente que nos hunda más sino que nos ayude a levantarnos. Un método muy bueno es repetir frases positivas que nos ayuden a cambiar la mentalidad, ya progresar, podemos memorizarlas y decirlas nada más levantarnos, o tenerlas apuntadas y leerlas antes de dormir, para que el subconsciente la guarde. Rodearte de familiares y amigos que te hacen reír y que te brindan su apoyo, es una de las mejores terapias para llevar el optimismo por bandera, y sentir la verdadera felicidad.
Ocupa tu tiempo
A todo el mundo le gusta el descanso, y es algo necesario para mantener el bienestar, trabajar en exceso y no descansar el cuerpo, acaba minando la moral y produciendo problemas psicológicos. Sin embargo, el ocio siempre ha de ser limitado, no es bueno pasar demasiado tiempo sin hacer nada, mantenerse ocupado es algo fundamental. Una persona que no sabe qué hacer, o que no tiene que hacer, acaba por sentirse inútil, se desvaloriza, siente que no tiene un rol en la vida que desempeñar y se siente inferior al resto, y esto sucede siempre, en algunas personas tarda más en aparecer que en otras, pero siempre acaba manifestándose, por ello, debe haber un equilibrio justo, siempre teniendo unas horas en las se dedique a las obligaciones, y el trabajo, y otras al disfrute.
Cuando la balanza esta equilibrada, la persona se siente satisfecha y orgullosa de sí misma, se ve más capaz y siente felicidad.
Trabaja en lo que te gusta
Tener una profesión que sea vocacional, es algo que produce mucha felicidad, pues deja de ser trabajo, y se convierte en un hobbie, en un pasatiempo en el cual se disfruta, y por lo tanto se da lo mejor de sí. No siempre es posible trabajar en lo que a uno le gusta, o por lo que siente vocación, pero en muchas ocasiones, se puede luchar y buscar el momento adecuado, en el cual se priorice la salud , pues cuando se está muchas horas rodeado de gente que te produce enfado, con la que no te sientes a gusto, llevando a cabo una tarea que ves que no está sacando la mejor versión de ti, y que la ves como una mera obligación, en la que pierdes el tiempo Es ahí donde debes plantearte, si prefieres estar en un puesto de trabajo donde ganes menos dinero, pero te sientas feliz, o si por el contrario, prefieres seguir atado a un empleo en el que eras totalmente infeliz .
No guardes rencor
Los hechos que vivimos nunca ocurren como consecuencia de la mera casualidad, muchas veces cuesta verlos desde una perspectiva buena, si nos causan daño o dolor, o simplemente nos vemos alterados, y el nivel emocional que sentimos nos hace ver la realidad diferente a como es, por lo que malinterpretamos las cosas. Las peleas o discusiones que surgen casi de manera diaria con personas, ya sea en el lugar de trabajo o con algún allegado, son algo normal siempre y cuando no se tomen del todo enserio, y se tenga la capacidad para olvidar, y verlo como un momento puntual donde nos dejamos llevar por impulsos y decimos lo primero que se nos pasa por la mente sin pensarlo demasiado. Partiendo de esa base, si se ve tiene la capacidad de pasar página rápidamente, esos hechos no conseguirán amargarnos, sino entender que en la vida ocurren todo tipo de situaciones y solo hay que saber afrontarlas. Sin embargo, el problema aparece cuando esas disputas se llevan a lo personal y se interiorizan demasiado, albergando dentro un rencor, que nos lleva a aislarnos o a no querer saber más de otro con el que hemos peleado, si eso ocurre, solo se necesita meditar, y pensar si vale la pena realmente guardar un sentimiento tan negativo en dentro nuestro, siendo conscientes de que a la larga, nos traerá consecuencias malas, pues explotará por algún lado, afectará a nuestro humor, y nos mellará psicológicamente, y al final se convertirá en un verdadero problema, que se podía haber evitado, si lo hubiéramos hablado y olvidado.
Encuentra un confidente
Expresar lo que uno siente, siempre es un ejercicio de liberación muy bueno y bastante necesario, para estar en paz con uno mismo. Muchas encuestas demuestran que las personas que practican la comunicación, son más felices, sobre todo si no se guardan nada , sino que quizá buscan a aquella persona de su total confianza, son capaces de abrirse y contar, que están sintiendo a cada paso que dan en su vida. En cualquier relación que no haya una correcta comunicación, se puede adivinar un mal final, donde la ruptura antes o después acabará llegando. Lo mismo pasa con las amistades, muchas veces un amigo se convierte en un psicólogo con el que puedes evadirte de los problemas o las situaciones que no te hacen sentir bien, y al contárselas, sus consejos te ayudan a tener una visión diferente o a saber cómo afrontarlos.
Si solamente hablamos de cosas intrascendentes con los demás, no se alcanzará el mismo grado de felicidad, que si se expresan temas más profundos.
Comprométete contigo mismo
Las cosas que uno dice y convierte en promesas o en metas que se propone cumplir, se tienen que realizar, cueste lo que cueste, a pesar de las circunstancias, pues no es bueno abrir caminos y no cerrarlos, y arrepentirse de lo que pudiste hacer y no hiciste. Cuando aquello que se promete se hace realidad, la persona toma confianza y seguridad en sí misma, no se deja llevar por los miedos, y demuestra que su fuerza de voluntad puede con todo, no es solo una forma de demostrar a los demás, que eres comprometido, sino que tú al ser fiel, a tus palabras, te sentirás más feliz y orgulloso de quien eres y de cómo actúas.
Disfruta de lo que te gusta
Cada individuo ve la diversión o la gracia en cosas diferentes, y eso le hace ser único y especial, pero siempre habrá personas que tengan formas de ser y de sentir muy parecidas, y cuando ambas personas se conocen, se produce una conexión de la que surge la amistad o quizá el amor, y es con ellas con las que se tienen que encontrar los momentos adecuados para ser felices realmente, haciendo cosas que los apasionan, como puede ser, ir a un concierto, a bailar, ir a nadar a una playa cercana, ver un monólogo, practicar deporte entre otras. No hay un guion establecido de las cosas que por obligación nos tienen que hacer felices, sino que cada uno es libre y puede realizar cualquier cosa que le haga sentirse pleno y a gusto tanto con él mismo como con la o las personas con las que lo lleva a cabo. Ninguna obligación, ninguna labor tiene que ocupar demasiado tiempo como para impedir que se tengan siempre esos momentos de disfrute y magia en la vida.
Ayuda a los que te rodean
Cuando realizas labores en favor de la gente que te rodea, te sientes mejor, tender la mano cuando los demás lo necesitan es algo que no todo el mundo es capaz de hacer, pero que demuestra compromiso y que existe un gran sentimiento por aquel o aquella a la que vas a prestar tu ayuda. Esa acción será altamente valorada por el otro, y al recibir su agradecimiento, te sentirás orgulloso de haberlo hecho. Existen mil formas en las que se puede ayudar, quizá una conversación, llevar a un amigo al aeropuerto, prestar un dinero, son algunas de las opciones, ya que, en el plano de la amistad, es muy fácil encontrar a gente con la que poder pasártelo bien, y reírte, pero poca la que está dispuesta a echarte una mano en las situaciones más difíciles