Cuando el amor es Verdadero – Cómo saberlo
En este artículo trataremos sobre uno de los temas que más controversia ha suscitado en toda la historia del ser humano. Desde poetas, políticos, malhechores, trúhanes, clérigos o vividores. Todos han sentido y padecido los efectos de nuestro protagonista de este artículo. En él trataremos todo lo referente a cuando el amor es Verdadero y formas de saberlo.
Antes de adentrarnos en los vericuetos de este apasionante tema, creo que sería necesario pensar en lo que cada uno ha sentido cuando la flecha de Cupido ha hecho blanco en nosotros. No podemos negarnos que en algún momento de nuestra vida hemos sentido y padecido los efectos de este extraño pero apasionante sentimiento, propio del ser humano.
Quizás cada uno lo ha experimentado de distinta forma, pero en general, los signos son casi siempre los mismos. Y esto síntomas son los que nos distinguen del resto de seres vivos que están con nosotros en este bonito planeta llamado Tierra.
En este artículo veremos qué es el amor para los seres humanos y como ha viajado con nosotros en las distintas etapas de nuestra azarosa historia.
Comencemos haciendo honor a nuestra Academia de la Lengua española y revisemos lo que nos tiene que decir sobre la palabra amor.
Si buscamos en el diccionario el término amor, podremos ver que nos ofrece hasta 14 acepciones de la misma palabra.
Quedémonos con su primera entrada, la cual dice así: sentimiento intenso del ser humano que, partiendo de su propia insuficiencia, necesita y busca el encuentro y unión con otro ser. En su segundo significado nos dice que es también un sentimiento hacia otra persona que naturalmente nos atrae y que, procurando reciprocidad en el deseo común, nos contempla, alegra y da energía para convivir, comunicarnos y crear.
Me voy a quedar con esta segunda idea sobre qué es el amor. Vamos a desmenuzarla para poder llegar a lo que nos ocupa en este artículo, cómo saber si el amor es verdadero.
Comenzamos con la idea de que es un sentimiento. Un sentimiento no es otra cosa que una sensación producida por causas externas o internas. Es decir, una serie de emociones, llamémosles así, para poder entendernos, que nuestra mente nos provoca a raíz de algún acontecimiento experimentado, ya sea real o producto de nuestra propia mente.
Por lo tanto, el amor es una sensación que es producida por una experiencia normalmente provocada por la visión o conocimiento de otra persona que entra en nuestro entorno de alguna manera. Si a esta experiencia le unimos un deseo interno de acercamiento, podemos poner en una balanza la experiencia externa y la interna.
Por lo tanto, si hacemos caso a ese segundo significado del que hablamos, ese sentimiento de atracción hacia otra persona es el comienzo de lo que podemos llamar amor. Pero el problema está en descubrir si en realidad esa atracción es algo físico o, por el contrario, es una atracción provocada por algún otro motivo que nada tiene que ver con el aspecto físico de esa persona.
Los más materialistas podrían decirme que antes de sentir amor por otra persona nos ha atraído su físico, su cuerpo, es decir que antes de pasar al nivel más espiritual de este sentimiento, lo que nos ha llamado la atención es nuestro deseo más mundano, dicho con otras palabras, nuestro deseo de mantener una relación sexual con esa persona.
En la cuarta entrada de los significados de la palabra amor nos habla de una tendencia a la unión sexual. Obviamente esta humanización del sentimiento del amor tendrá sus detractores que dirán que no podemos confundir el sexo con el amor, que son dos temas diferentes, aunque casi siempre vayan de la mano.
Pero de esto hablaremos en otro momento. Sigamos con ese segundo significado. Hemos llegado a la idea de que el amor es un sentimiento que nos provoca otra persona que nos atrae. Bien, pero el diccionario nos sigue diciendo que no sólo es que lo sintamos por la otra persona, sino que además necesitamos que la otra persona lo sienta por nosotros en la misma medida. Es decir que para que exista amor, la reciprocidad es obligada. De no ser así, entraríamos en lo que muchos poetas del amor llamaban el amor platónico, es decir, un sentimiento feroz por otra persona que a su vez no nos correspondía. Es decir, entraríamos en el apartado más desgarrador de este sentimiento. En este caso, la persona no correspondida llegaría a sentir una exagerada y enfermiza atracción por una persona que, en la mayoría de los casos, ni sería consciente de provocar dicha pasión en ese pobre desgraciado o desgraciada.
Por lo tanto, para que podamos adjudicar el término amor a un sentimiento, ya no solo necesitamos que exista atracción por otra persona, sino que además sintamos la necesidad de que esa persona sienta lo mismo por nosotros. Esto se va complicando, porque para que haya amor, según esta definición, debe existir un sentimiento de A hacia B y de B hacia A.
Porque, si no es de esta manera, no podríamos llegar a la tercera parte del significado que estamos estudiando. Al final nos dice que ese deseo común hace que podamos seguir adelante porque nos da fuerzas, alegría y energía para convivir, comunicarnos y crear.
A ver, vayamos por partes. En primer lugar debemos entender que para que podamos tener energía de vida, fuerza de voluntad y ánimos para vivir necesitamos no sólo amar sino que nos amen. Somos seres humanos, y por ello, obligados a la relación social con nuestros congéneres. Pero de ahí a que esa relación debe ser de amor para poder sentir vida en nosotros, lo veo algo exagerado y llevado al extremo. Pero claro, quién dijo que el sentimiento del amor no es llevar al extremo una sensación sentida hacia otra persona.
Con el amor todas las características de la otra persona se ven aumentadas, tanto sus cualidades físicas como de comportamiento o mentales. O acaso no hemos oído esa frase que dice que el amor es ciego. Es decir, no vemos la realidad tal y como es, sino bajo el color de ese cristal opaco que nos aporta el sentimiento del amor.
Pero no solo nos da fuerzas para vivir, sino además para convivir. Está claro que, si esgrimimos aquí otra famosa frase, destruiríamos esta idea del amor: la convivencia mata el amor. A ver cómo lo hacemos, sin amor no podemos convivir, pero si lo hacemos porque estamos enamorados nos dicen que ese maravilloso sentimiento se acabará agotando.
Pero sigamos, no solo para convivir, sino que además tendremos fuerzas para comunicarnos y para crear. Si seguimos pensando que el ser humano está abocado hacia la socialización, no podemos dejar fuera la idea de que obviamente no hemos nacido para no comunicarnos. Todos nuestros actos desde que nos levantamos y nos cruzamos con alguien son actos de comunicación. Comunicación que puede ser verbal o no verbal, pero en definitiva actos que nos indican nuestra obligada necesidad de transmitir algo, ya sea una idea, un sentimiento o una opinión.
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Ahora, lo que hace que nos perdamos de alguna manera, es la última idea de esta definición con la que nos hemos quedado. Crear. ¿qué es crear? Pues ni más ni menos, que producir, hacer, fundar algo de la nada, algo que no existía y que por nuestra acción toma conciencia de ser.
Es decir, entiendo que el amor hace que seamos creadores de algún modo. Este sentimiento, por tanto, es capaz de agudizar nuestros sentidos sobremanera y, como consecuencia, somos capaces de darle forma a algo que antes no existía.
Instrucciones para Cuando el amor es Verdadero – saberlo
Después de toda esta introducción donde hemos tratado de entender lo que el diccionario nos dice sobre la palabra amor, vamos, entonces, a crear una serie de instrucciones para que cuando lo experimentemos, sepamos que el amor es verdadero.
Buscando ideas que distintas personas aportan sobre el sentimiento del amor, me he topado con una que dice que el amor verdadero significa reconocer y asumir que las personas tenemos tanto defectos como virtudes, que no todo es color de rosas y que no vivimos en un cuento de príncipes y princesas enamorados.
Por lo tanto, para que exista amor:
- Tiene que existir una atracción por otra persona.
- Esa otra persona debe sentir la misma atracción por nosotros.
- Necesitamos ese sentimiento mutuo para construir una convivencia.
- La convivencia nos hará más sabios porque aprenderemos a ser humanos, con nuestras virtudes, pero también con nuestros defectos.
- Ese aprendizaje nos llevará a aceptarnos tal y como somos a nosotros mismos. Quizás te interese este artículo sobre cómo encontrarse a uno mismo.
- El aceptarnos nos hará posar los pies en la tierra y no ser meros soñadores, poetas de un sentimiento que es más terrenal que espiritual.
- El amor se va a basar en las diferencias más que en las coincidencias. Es decir, si aceptamos que somos diferentes, estamos aceptando las pobrezas o riquezas de la otra persona. Y, de esa manera, llegar a sentir amor por esa persona.
- Por lo tanto, en esta situación de convivencia y respeto por la otra persona, debemos conocer la ira, el enfado, las contradicciones, el mal carácter, las salidas de tono, en definitiva, la forma de ser de esa persona en situaciones complicadas para poder admirarla en la realidad de su ser.
- El sentimiento del amor es, por consiguiente, no una sensación espontánea que surge en un momento de atracción por otra persona, sino el fruto del descubrimiento del interior y de la realidad personal de cada uno.
- Por ello, llegamos al final de este decálogo sobre el verdadero amor, admitiendo que el amor es un eterno desafío entre lo que creíamos y lo que es, entre lo que soñábamos y lo que vivimos, entre el espíritu y la carne, en definitiva, podemos soñar con el amor ideal, pero viviremos y experimentaremos el amor verdadero.
¿Que necesitas para Cuando el amor es Verdadero – saberlo?
Una vez hechas todas estas reflexiones sobre lo que significa el amor, veamos ahora qué necesitamos entonces para saber cuándo el amor es verdadero.
- Para poder llegar a conocer el verdadero amor, primeramente, debemos aprender a amarnos a nosotros mismos. Si no nos conocemos, cómo vamos a poder conocer a la otra persona. Si no nos aceptamos a nosotros mismos, cómo vamos a aceptar las características particulares de la otra persona. Una vez que te quieras a ti mismo/a, una vez que te ames y te aceptes, entonces estarás preparado o preparada para amar.
- Si cuando amas lo haces sin condiciones o excepciones, entonces es verdadero amor. Partimos de la premisa de que no somos perfectos, tenemos muchas virtudes pero también somos seres con imperfecciones que dificultan nuestra convivencia con las personas. El amor verdadero se sustenta por la aceptación de las diferencias. Si únicamente amamos lo bello, lo bonito estamos idealizando lo que de verdad es el sentimiento del amor. Y, de esta manera, ya hemos comprobado que para amar es necesario ser amado. Y un amor basado en las cosas bonitas, durará poco, porque el ser humano no es solo belleza, también tenemos nuestro lado oscuro.
- Si alguna vez has pasado por el sentimiento del desamor y del abandono, habrás experimentado esa sensación de necesidad de la otra persona. Y solo cuando hemos conseguido entender que nuestra felicidad no puede depender única y exclusivamente del otro, hemos sido capaces de darle de nuevo luz a nuestra vida. El amor no es pertenencia, ni exigencia sino voluntad y deseo de compartir. No podemos obligar a que nos amen ni podemos exigir el amor. El amor es regalo y no imposición. No podemos pensar que necesitamos a otra persona para ser completos, porque estaríamos anulando nuestra propia personalidad y libertad de decisión. Esta clave nos ayudará a entender que el amor verdadero no está únicamente en la otra persona, sino que depende también de mí.
- El amor verdadero ya hemos visto que no es la situación perfecta e idílica de dos personas conviviendo en una eterna sensación de felicidad. Esa no es la realidad. La realidad de la convivencia está repleta de situaciones duras que nos traerán problemas. El verdadero amor se basa, por tanto, no en la eterna felicidad sino en la capacidad de afrontar los problemas de manera conjunta y buscarles soluciones.
- Por todo ello, tenemos que admitir que el amor verdadero no se crea. No podemos estar de acuerdo con esa definición que usaba la palabra crear. Un amor verdadero se construye con pequeños detalles, con un esfuerzo mutuo diario, con una piedra puesta sobre otra. No es invención sino realidad, cariño y aceptación las claves para el amor verdadero. En este artículo puedes ver qué necesitas para ser romántico.
- Nuestra última idea que debes saber para comprobar si el amor es verdadero es que el amor se va a reconocer no por lo que exigimos, sino por lo que ofrecemos. Nuevamente, las claves para un amor, como se suele decir, de esos que duran, parte de uno mismo y no solo de la espera a la reacción del otro. Ofrece y serás recompensado, exige y te exigirán.
Consejos para Cuando el amor es Verdadero – saberlo
Acabamos este apasionante tema, con tres consejos para que el amor que sientes por tu pareja sea duradero y real, es decir sea amor verdadero.
- Libertad de elección. Esto es primordial en cualquier relación de pareja. Se basa en la capacidad que tenemos de decir SÍ libremente cuando estemos totalmente preparados para tomar esta decisión. Y para esto, obviamente primero tendremos que aceptarnos nosotros mismos tal y como somos, con nuestro cuerpo, nuestra sexualidad y nuestro carácter. Una vez superado este paso, podremos libremente aceptar una relación sin imposiciones ni exigencias.
- Implicarnos. El amor es un sentimiento que se puede desgastar con los avatares típicos de una relación. Por lo tanto, debemos implicarnos en ser activos en nuestra relación, en buscar soluciones a los problemas y en querer que la unión con nuestra pareja sea algo duradero y vivo.
- Y, por último, hacerle saber a nuestra pareja que nos importa, que sabemos que está ahí a nuestro lado y que celebramos nuestra unión siempre que podamos, siendo conscientes de que damos a entender que la relación es algo importante en nuestra vida. Huir de la monotonía y del hastío, y convencer a nuestra pareja de que el amor que sentimos por él o ella es algo que sentimos como verdadero. Te puede interesar este artículo para poder reencontrar el deseo en la pareja.