Cómo cambiar los limpiaparabrisas del coche

Para evitar accidentes e incrementar el nivel de seguridad cuando te encuentras al volante de un vehículo es imprescindible que realices una revisión básica del coche. Esto implica prestar atención a todos los elementos, entre los cuales se encuentran los limpiaparabrisas.

Estos son dispositivos que se encuentran acoplados en las lunas delanteras y traseras del vehículo y que se utilizan principalmente para eliminar la suciedad presente en ellas o las gotas de lluvia u otros fenómenos meteorológicos como la nieve o el granizo. De esta manera, son imprescindibles para gozar de una buena visibilidad al volante.

Al igual que debes pulir el parabrisas para mejorar el nivel de visibilidad, es imprescindible contar con los elementos que se encargan de entrar en funcionamiento cada vez que el conductor lo necesita para hacer frente a alguno de los fenómenos o circunstancias indicadas.

¿Por qué cambiar los limpiaparabrisas?

Es fundamental cambiar este elemento del vehículo teniendo en cuenta su gran importancia para la visibilidad del conductor. De hecho, se estima que un limpiaparabriisas en mal estado puede reducir la visibilidad en un 20%. A priori puede no parecer un porcentaje muy elevado, pero la realidad es que sí lo es y puede llegar a ser la causa de un gran accidente.

Además, al conducir en condiciones de lluvia con unas escobillas que no limpian bien y que dejan la suciedad expandida solo harán que se incremente el nivel de riesgo.

Por si lo anterior fuese poco, más allá de comprometer la seguridad de los ocupantes del vehículo y del resto de usuarios de la vía, se puede rayar el cristal del parabrisas. Cambiar los limpiaparabrisas es, por lo tanto, muy necesario, siendo además una operación económica y sencilla de realizar, al contrario de lo que ocurre con un cristal dañado.

Cuando cambiar los limpiaparabrisas

Por norma general, los limpiaparabrisas se cambian cada año y medio o dos años. No obstante, el tiempo dependerá de las condiciones y circunstancias, ya que no todas las personas le dan el mismo uso a su vehículo ni transitan por los mismos lugares.

En cualquier caso, hay varios detalles que te pueden indicar que debes cambiar el limpiaparabrisas, como son los siguientes:

• Ruido: Si notas que el limpiaparabrisas de tu coche hace algún ruido extraño cuando lo pones en funcionamiento, es muy probable que se deba a que las escobillas están realizando demasiada presión sobre el cristal o que la goma esté endurecida. De esta manera no estarán cumpliendo perfectamente con su función y será necesaria su sustitución.
• Suciedad: Si cuando activar las escobillas aprecias que el cristal queda sucio, con restos de impurezas, estrías o marcas de humedad,  puede deberse a que las escobillas se han desgastado o porque se han deteriorado por el frío o el calor.
• Rugosidad: Si cuando pasas tu dedo por el filo de la escobilla aprecias que hay algún tipo de rugosidad o corte, te indicará que es el momento de cambiarlos por unos nuevos.

Funcionamiento de los limpiaparabrisas

Este tipo de dispositivos se encuentran formados por un brazo sobre el cual se encuentra una escobilla. Este último elemento es el encargado de llevar a cabo la limpieza del cristal. Cuando el conductor activa el mando para ello, se pone en funcionamiento con un movimiento oscilatorio.

Lo habitual es que se pueda determinar la frecuencia con la que se mueven, para lo cual los vehículos incluyen varias posiciones definidas y una velocidad adicional que lo activa de forma intermitente. Asimismo, cada conductor puede activarlo en aquellos momentos puntuales en los que lo considere necesario.

Además del limpiarabrisas delantero, que puede estar compuesto por uno o dos brazos, en muchos modelos se incorpora uno de menor tamaño en la luna trasera.