Cómo dar los primeros auxilios

Los accidentes están a la orden del día. Pueden presentarse en cualquier lugar y momento. Incluso, cuando estamos en casa, mientras vamos caminando por la calle, al comer en un restaurante, etc.

En tales circunstancias, siempre es un alivio contar con alguien que sea capaz de manejar la situación, que sepa qué hacer y como actuar ante un imprevisto como este, ya que brinda la posibilidad de salir de la situación de emergencia o aporta el tiempo suficiente para la llegada del personal médico.

En realidad, conocer cuáles son los primeros auxilios básicos, no cuesta nada y puede salvarle la vida a una persona. Incluso, hasta a un ser querido. Por eso, es importante que lo tomemos como parte de nuestra cultura y que aprendamos cuál es la manera correcta de darlos.

No obstante, no basta con saber cómo hacerlo, también debes ser capaz de identificar cuáles son las situaciones que lo ameritan. Por ejemplo, en caso de traumatismos, de asfixias, de hemorragias, etc. Estas son tan solo algunas de las situaciones peligrosas en donde se puede ver comprometida la vida de una persona.

¿Te gustaría saber cómo debes actuar ante una emergencia? ¿Quieres aprender a dar los primeros auxilios a quien los necesites? ¿Tienes la disposición y el deseo de ayudar a otros? Si las respuestas a estas preguntas han sido sí, no puedes dejar de leer este artículo.

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En él podrás encontrar todo lo que necesitas saber sobre la manera correcta de socorrer a alguien durante una situación de emergencia. No tienes que ser un enfermero o un médico para poder hacerlo, bastará con que tengas conocimiento de la técnica correcta que debes emplear en cada circunstancia.

En vista de que la vida de otros puede estar en tus manos, presta mucha atención a lo que debes hacer.

Instrucciones para dar los primeros auxilios

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Solo sabrás si estás realmente preparado cuando se presente la emergencia. No obstante, es importante que conozcas cuáles son los pasos a seguir:

  1. Lo primero que tienes que hacer es mantener la calma. Esto puede ser un poco complicado. Pero, si lo logras, esto te ayudará a actuar de forma rápida y efectiva. De ello dependerá la magnitud del daño, así como su pronóstico de supervivencia y las secuelas que puedan quedar.
  2. Si las circunstancias te lo permiten, llama a un número de emergencia o pídele a alguien que lo haga.
  3. Evalúa la escena donde ocurrió el accidente o donde se presentó la emergencia. Para garantizar tu propia seguridad y la de los demás, la zona debe estar libre de riesgos.
  4. No muevas al lesionado, a menos que sea estrictamente necesario, ya que un movimiento brusco podría generarle daños mayores en la zona del cuello y la columna.
  5. Verifica cuál es el estado general de la persona. Si está consciente, cómo respira, cuál es su condición circulatoria, etc.
  6. Toma al paciente por los hombros y agítalo suavemente, preguntándole si se encuentra bien. Así podrás saber si las lesiones pueden poner en riesgo su vida.
  7. Retira cualquier cosa, sólida o líquida, que esté obstruyendo las vías respiratorias. Desplaza su lengua para intentar que respire solo. En caso de que no esté sucediendo, debes darle boca a boca. primeros auxilios
  8. Colócalo boca arriba con la cabeza ligeramente hacia atrás, levantando su barbilla, así la garganta quedará estirada por completo y el oxígeno podrás pasar libremente. Insufla aire cada 5 segundos, es decir, unas 12 veces por minuto. Para ello, encuentra un ritmo que te permita hacerlo, quizás contando del 1 al 3. Has estado esta restablecer el patrón respiratorio normal.
  9. Verifica sus signos vitales. Cuenta los latidos de su corazón, las pulsaciones y la respiración durante 30 o 20 segundos. Luego, esas pulsaciones multiplícalas por 3, así obtendrás el total de respuestas por minuto.
  10. Si la persona no tiene pulsaciones, debes aplicar RCP o reanimación cardio pulmonar. Se trata de la combinación de insuflaciones con compresiones torácicas.

Hazlo con los brazos extendidos en el centro del pecho con las manos entrelazadas. Debes hacerlo a un ritmo de unas 100 0 120 compresiones por minuto, en ciclos de 30 compresiones. Continúa el procedimiento hasta que la persona comience a respirar o hasta que llegue ayuda profesional.

Tal como has podido darte cuenta, estos son los pasos que debes seguir ante una situación de emergencia general. Pero, ¿qué necesitas saber sobre cómo actuar en casos específicos?

¿Que necesitas para dar los primeros auxilios?

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  • En caso de hemorragia: con la ayuda de una tela limpia o una compresa, aplica compresión directamente sobre la herida. Eleva la parte lesionada, ya que esto hace que la presión de la sangre disminuya y, por lo tanto, que se reduzca la hemorragia. Si la herida está en una pierna o un brazo, debes levantarlo a un nivel que esté por encima que el del corazón.
  • Si la hemorragia sea interna, vigila a la persona para detectar señales de colapso, como palidez, sed, ansiedad, frío, taquicardia, etc. Colócalo en el suelo de forma horizontal y abrígalo, mientras lo tranquilizas.
  • En caso de una asfixia: estas pueden producirse por el consumo de alimentos que sean difíciles de digerir, como es el caso de la carne. Si notas que hay síntomas claros de asfixia, colócate detrás de la persona rodeando su cintura con tus brazos.

Luego, ajusta el puño, con el pulgar hacia dentro, por encima del ombligo de la persona, mientras que con la otra mano agarras fuertemente el puño. Aprieta el puño hacia arriba y hacia dentro con fuerza para forzar al objeto causante de la obstrucción a que salga de la tráquea y se normalice el paso del oxígeno.

Estas técnicas son muy sencillas. Sin embargo, debes intentar hacerlo bien en cada situación, ya que de ello depende la vida de la persona. Pero, ¿qué otras recomendaciones debes tener en cuenta?

Consejos para dar los primeros auxilios

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Puede que la emergencia sea, aparentemente, sencilla y que pensemos que sabemos cómo actuar. Esos son los casos en donde más errores se cometen. Algunos de ellos son los siguientes:

  1. Usar los dedos para sacar cosas de los ojos. Las manos son unas de las partes más sucias de todo el cuerpo. A través de tus dedos puedes introducir cualquier cantidad de bacterias en tus ojos. En caso de que haya un elemento extraño en el ojo, usa agua limpia para enjuagarlo y no lo restriegues.
  2. Aplicar agua oxigenada en una herida abierta. Debido a que el agua oxigenada afecta a las células, puede afectar los tejidos de la piel. Aunque es cierto que las bacterias mueren, hacer esto retarda el proceso de curación. En su lugar, lo más recomendable es que laves la herida con agua y jabón neutro. Mientras que la presión del agua elimina cualquier residuo o suciedad de la herida, el jabón desinfecta la zona afectada.
  3. Inclinar la cabeza hacia atrás para detener la hemorragia nasal. Al hacer esto, toda la sangre corre por la garganta, así que la hemorragia en realidad no se detiene. De hecho, se corre el riesgo de tragársela y de irritar el estómago o inducir el vómito. La manera de actuar correcta es inclinarse hacia delante y aplicar presión en la nariz por unos 5 o 10 minutos hasta que el sangrado se detenga.
  4. Aplicar alcohol para bajar la fiebre. Puesto que se evapora con rapidez, puede dar la idea de que la piel está más fresca. Pero esto no significa que la fiebre vaya a desaparecer, ya que no afecta la temperatura corporal.

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Por el contrario, el alcohol se puede filtrar por la piel y causar una intoxicación. De modo que, ante la fiebre, lo más recomendable es descansar, tomar mucho líquido y aplicar compresas de agua fría. En caso de que la fiebre no ceda, acude al doctor.

Si sigues estas recomendaciones al pie de la letra, sabrás qué hacer y qué evitar en determinadas situaciones de emergencia.

 

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