Cómo es la violencia escolar: Identificar Conductas de Riesgo

El acoso entre estudiantes es algo que viene desde muchas generaciones atrás el cual a pesar de todo el abordaje que los profesionales han hecho todavía no se ha podido erradicar en la actualidad. Es cierto que las bromas entre chicos son comunes, y totalmente normal; sin embargo, si la recurrencia es constante, seguramente viene motivado desde la violencia lo cual se transforma en acoso.

Ahora que se ha retornado a las clases presenciales se ve reflejado un alto índice de violencia escolar en edades entre 8 años a 14 años. Incluso, han ocurrido muertes por ataques entre estudiantes en diferentes países del mundo.

Los psicólogos de apoyo de las instituciones tienen a responsabilidad de comunicar a los padres si sus hijos sufren violencia escolar. Una de las características principales de un niño que está sufriendo violencia escolar es su incapacidad para socializar.

Cuando los profesionales tratan de intervenir en casos de violencia escolar, lo primero que va a hacer es abordar la familia del afectado para ofrecerle estrategias psicológicas para proteger a sus hijos. Muchas veces los familiares de los agresores defienden sus actitudes violentas o simplemente lo niegan, lo cual empeora la situación para el chico que ha sido violentado.

Los pequeños agresores ven el acosar a los demás como algo muy natural, porque en su casa, su familia presenta disfuncionalidades en los roles; por lo tanto, puede ser difícil tratar con sus familiares. Si bien es cierto, existen victimas que son provocadores de los agresores sin darse cuenta. Sin embargo, la forma típica de acoso viene dada por un acosador que tortura a un niño que demuestra alguna inseguridad frente al grupo escolar, porque son detectados como los “débiles”.

Es importante que las instituciones muestren la iniciativa para hacer ves a los acosados que cuentan con adultos competentes que pueden ayudarlos a salir de cualquier problema. Muchos niños son espectadores del acoso y para protegerse guardan silencio frente a la violencia a sus compañeros y; aunque no parezca, el presenciar escenas de violencia escolar también ocasiona cierto daño psicológico a los niños.

Los niños espectadores de acoso, aunque no lo estén sufriendo propiamente, pueden padecer de ansiedad, baja autoestima, desarrollar fobias y otros trastornos. El presenciar escenas de violencia puede ocasionar igual daño que padecerlo, esto es algo que muchos padres no toman en cuenta.

Instrucciones para Identificar Conductas de Riesgo

Lo primero que hay que hacer para identificar las conductas de riesgo es definir el problema que se presenta en el área escolar. Los profesionales deben observar, evaluar y diagnosticar el caso para poder derivar al equipo de trabajo correspondiente para poder intervenir adecuadamente las situaciones de violencia escolar.

El seguimiento de un caso de violencia escolar es vital para poder producir un cambio verdadero en la conducta de riesgo de los niños: tanto agresores como agraviados y los espectadores. Las terapias deben ser planificadas en función de ayudar a todos los implicados en la situación de violencia, no se puede excluir a ninguno de los agentes participantes: activos y pacientes.

¿Que necesitas para Identificar Conductas de Riesgo?

  1. Si notas que tu hijo o estudiante presenta cambios fuera de lo común en su manera de participar en actividades grupales puede estar siendo acosado por otros.
  2. Un niño acosado generalmente es más retraído y temeroso, suele perder el apetito y presentar trastornos del sueño.
  3. Los agresores, presentan actitudes violentar y dificultades para manejar la ira frente a situaciones de frustración o estrés.
  4. Los espectadores pasivos, casi siempre demuestran alguna forma de tristeza, ansiedad o nerviosismo. Sin embargo, no suelen hacer comentarios al respecto del caso de violencia que han presenciado si no se les pregunta directamente; esto con el fin de protegerse, por su sentimiento de culpa por no haber intervenido después de cierto tiempo los impulsa a comentar lo que han visto.
  5. Otros niños son espectadores activos; es decir, animan a los agresores a violentar a otros, se burlan de los agraviados o propician las circunstancias para que se dé el acto de violencia. Estos tipos de agentes, generalmente no comentan con los adultos de su participación activa, mienten y tratan de tapar las situaciones de las violencias a los adultos.

Consejos para Identificar Conductas de Riesgo

La violencia se puede manifestar a partir de relaciones de dominio, manipulación e intimidación reflejados en patrones de conductas aprendidos en casa. Las relaciones de poder que se forman en el ambiente escolar muy frecuentemente son un espejo de los patrones que observan los niños en sus hogares.

Los padres de los niños agredidos tienen que tener en cuenta que existen medidas cautelares establecidas en las leyes de cada país para proteger a sus hijos en caso de que las instituciones no medien adecuadamente los casos de violencia.

Por si no lo sabías, la violencia escolar no es solo física, el tipo de violencia más frecuente es la psicológica. Evidentemente existen formas agravadas de violencia que van más allá como el abuso sexual. Sin embargo, no se debe esperar a que se llegue al agravar un caso para empezar a intervenir.

Recuerda, lo más importante es proteger la integridad de todos los agentes del caso de violencia. Los protocolos cautelares para la protección de niños y adolescentes agraviados existen; además, es importante que tanto padres como niños estén al tanto de esto para sentirse más seguros y saber qué acciones tomar. Por ello, entender los criterios del protocolo de medidas de protección dentro del marco internacional en categoría vulnerables como lo son los niños.

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