Agarofobia: Qué es, Tratamiento y Síntomas de la Agarofobia

¿Has sentido alguna vez pánico en situaciones que escapan de tu control? ¿Por ejemplo cuando crees que huir podría resultarte difícil? En ese caso es probable que padezcas de agorafobia. Un trastorno bastante común en la sociedad. En este artículo vas a aprender todo lo que tienes que saber sobre esta enfermedad. ¿Estás preparado? En ese caso, ¡comencemos!

¿Qué es la agorafobia? Síntomas

La agorafobia es el miedo que sentimos ante situaciones en las que consideramos que tendremos dificultades para escapar. También puede desencadenarse cuando sufrimos un ataque de estrés o de pánico y pensamos que no habrá nadie cerca que pueda ayudarnos.

Podemos considerar la agorafobia como ataques de pánico. Esta sensación nos embarga y domina sin poder evitarlo. Aparece de manera inesperada ante situaciones como las que hemos indicado más arriba. La persona que las padece o bien intenta huir de estas situaciones que le provocan pánico o bien las pasa con un malestar verdaderamente elevado.

Síntomas de la agorafobia

La agorafobia se diagnostica cuando se padecen los siguientes síntomas:

  • Cuando comenzamos a sentir ansiedad ante situaciones o lugares en los que creemos que vamos a tener dificultades para escapar.
  • El afectado intenta huir de estas situaciones para evitar el miedo que le provocan. En caso de pasar por ellas lo hará con gran malestar y un nivel de ansiedad muy elevado. Por norma general intentará recurrir a amigos o familiares para que le acompañen en estas situaciones y así poder lidiar mejor con ellas.

La agorafobia puede surgir por igual en lugares cerrados como en espacios abiertos. Por ejemplo, una persona puede sentir agorafobia por encontrarse en mitad del campo completamente sola. También puede darse en lugares con gran cantidad de concentración de gente. Como un concierto. En sí la agorafobia se considera como tal, independientemente del contexto, cuando la persona tiene esa sensación de pánico ante su entorno y ante la situación que está viviendo. Sin embargo, aunque puede aparecer en cualquier contexto, suele haber una serie de situaciones comunes en las que la agorafobia se desarrolla. Resulta bastante común padecer agorafobia cuando:

  • Se siente miedo a perder el control en un lugar público. Por ejemplo en el trabajo, en una reunión o incluso en un restaurante.
  • Se siente miedo a estar en espacios abiertos completamente solo. Por ejemplo en medio del campo o incluso en casa.
  • Se siente miedo al utilizar diferentes medios de transporte. Muchas personas que han tenido accidentes de coche sufren agorafobia en estos vehículos desde entonces. El miedo al avión resulta también bastante habitual.
  • Se siente miedo a encontrarse lejos de los lugares conocidos. Por ejemplo haciendo un viaje al extranjero o lejos de nuestra casa. Donde desconozcamos nuestro entorno y dónde pedir ayuda en caso de necesitarlo.
  • Cuando se espera el turno en una fila. Aunque pueda parecer extraño muchas personas sienten agorafobia ante esta situación. Por ejemplo haciendo cola para comprar unas entradas para ver un partido de fútbol.

¿Qué puede provocar la aparición de la agorafobia?

En general la agorafobia aparece a causa de factores internos y externos. Es decir, que tanto nuestra propia personalidad como el medio en el que nos encontramos pueden provocar que este trastorno aparezca. Por norma general la unión de una serie de factores concretos provoca su aparición.

  • Tener una personalidad ansiosa. Aquellas personas que suelen interpretar las situaciones que viven como amenazantes suelen tener un nivel elevado de ansiedad. Estos sujetos tienen tendencia a padecer agorafobia. En estos casos también suele ser normal que estos trastornos de ansiedad se encuentren en su familia. Es decir, que persona con antecedentes familiares de ansiedad pueden llegar a padecer agorafobia.
  • Ser mujer. Parece ser que las mujeres tienen más tenencia a padecer agorafobia que los hombres. En general los trastornos emocionales son más comunes en ellas que en los varones.
  • Edades comprendidas entre los 18 y 35 años. Como hemos explicado unas líneas más arriba los factores internos pueden afectar a la aparición de la agorafobia. Por este motivo puede darse en personas que quizá sean todavía dependientes o no hayan madurado lo suficiente. De ahí el hecho de que la franja de edad más común para que se genere sean de los 18 a los 35 años.
  • Haberse enfrentado a episodios personales con niveles de pánico muy altos. Las personas que se han enfrentado a situaciones de pánico muy elevadas pueden conservar reminiscencias de esta situación y padecer agorafobia. El miedo puede quedarse instalado inconscientemente en nuestro interior y hacer acto de presencia en todo tipo de situaciones.
  • Estar siempre bajo situaciones de mucho estrés. Un nivel muy elevado y continuado de estrés puede provocar la agorafobia.

Por desgracia este trastorno puede afectar negativamente a nuestro desarrollo emocional a cualquier edad. Y las vías de escape que generamos para poder evitar estas situaciones de pánico no hacen más que empeorarlas. Intentar escapar de lo que nos aterra en vez de enfrentarse a ello y comprenderlo no nos ayudará en absoluto a curarnos.

El crear vías de escape nos impide generar estrategias con las que ser capaces de hacer frente a estos ataques de pánico.

Tratamiento de la agorafobia

Por suerte la agorafobia puede controlarse si se conocen las estrategias y técnicas adecuadas. Aprendiendo estas técnicas evitamos los ataques de pánico porque aprendemos a controlarlos.

¿Qué puede pasar si no controlamos la agorafobia? Pues sencillamente que el miedo termine por apoderarse de nosotros y no seamos capaces de hacer muchas cosas que nos harían crecer como personas. La agorafobia puede afectarte a muchos niveles. Sobre todo a los siguientes:

  • Problemas para desarrollar adecuadamente tus labores en el trabajo. La agorafobia puede bajar tu rendimiento profesional y terminar por hacerte caer en el absentismo laboral o perder el empleo.
  • Problemas sociales. En los casos más extremos las personas agorafóbicas pueden terminar por perder su entorno social. El miedo puede provocar que dejen de salir, buscar nuevas actividades o relacionarse con su entorno.
  • Problemas emocionales. El pánico desmedido puede terminar provocando graves problemas emocionales. Desde una autoestima por los suelos a un sentimiento de culpa continuado por no ser capaces de hacer frente a las cosas más cotidianas. Puedes terminar por desarrollar problemas de ansiedad y de dependencia a ciertas sustancias para poder controlar tu entorno y tus emociones. Además es común que las personas agorafóbicas se vean inmersas en depresiones.
  • Problemas para viajar. Por norma general las personas agorafóbicas no son capaces de viajar por miedo a que les pueda pasar algo lejos de su entorno conocido. Te perderás muchísimas a causa de esta sensación de pánico.

Como ves las consecuencias de alimentar nuestro pánico son verdaderamente malas. Sin embargo tenemos una buena noticia, ¡puedes controlar la agorafobia y conseguir que deje de dominarte! Piensa que todos necesitamos un ligero aprendizaje y controlar nuestros miedos no es algo diferente. Aprender a tratar la agorafobia te hará sentirte fuerte ante tus debilidades y te permitirá desarrollarte tanto a nivel personal como profesional.

La terapia cognitiva conductual es la más utilizada para hacer frente a la agorafobia. Esta terapia nos permite controlar nuestros síntomas de ansiedad y evitar que entremos en pánico. Algunos expertos combinan la terapia cognitiva con tratamiento farmacológico durante cierto tiempo.

Este tipo de terapia obra verdaderos milagros sobre las personas que padecen ataques de pánico. Entre los ejercicios más comunes destacan:

  • La exposición programada a la situación que tanto tememos. Los expertos ayudan a los pacientes a enfrentarse a sus miedos adecuadamente. Les enseñan cómo exponerse a ellos y qué técnicas han de utilizar para poder controlarlos.
  • Técnicas de relajación. Un complemento ideal para este tratamiento son las técnicas de relajación. Sencillos ejercicios de respiración que pueden ayudarnos a controlar nuestras pulsaciones y evitar que entremos en pánico.
  • Gestión de pensamientos. Los pensamientos negativos son un verdadero problema para todos. Y no sirve con intentar dejar de pensar en ellos cuando aparece. Es importante que sepamos por qué son motivados y saber que no tienen base. Si te fijas los pensamientos negativos son tan enromes que se alejan, y mucho, de la realidad. Por ejemplo, la gente que tiene miedo a hablar en público teme caerse redonda en el suelo o no poder respirar. Lo cierto es que esto no va a suceder y si lo pensamos no tiene sentido. Puede que estemos nerviosos unos segundos, incluso unos minutos, pero poco a poco ganaremos la confianza necesaria para poder seguir y olvidar nuestros miedos. La gestión de pensamientos ha de realizarse tanto antes, como durante y después de la exposición.
  • Entrenar al sujeto en las habilidades que le provocan pánico. Muchas veces la falta de habilidades sociales es uno de los motivos principales para desarrollar agorafobia. Entrenar a los pacientes en este aspecto ayuda a evitar que el trastorno se amplíe.
  • Aprender a no escapar de nuestros miedos. Sin duda la mejor técnica que se aprende para evitar la agorafobia es la de luchar contra nuestros miedos. No podemos seguir escapando de ellos, pues lo único que conseguiremos en ese caso es hacerlos mayores.

Esperamos que estos datos te hayan servido de ayuda para conocer mejor la agorafobia. Si crees que padeces este trastorno ya ves que no tiene por qué resultar tan grave. Contacta con un psicólogo que te enseñe todas las técnicas necesarias para dominar todo tipo de situaciones. Dentro de muy poco tiempo ni siquiera te acordarás de haber padecido este trastorno.

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